La migración es un tema muy sensible en los países desarrollados y, también, en aquellos permeables a la llegada de extranjeros. Los desplazamientos obedecen a motivos de estudio y trabajo, o a la búsqueda de una mejor calidad de vida como consecuencia del avance de la pobreza y la violencia. En el caso de Europa, los Estados que conforman el continente llevan décadas lidiando con la presión migratoria. En España, por ejemplo, hay 6,8 millones de habitantes con nacionalidad extranjera en una población de 49 millones, lo que representa el 14% de la población total, según datos del Instituto Nacional de Estadística español. Ante esta situación, la Unión Europea (UE) adoptó nuevas medidas de control de las fronteras y de ingreso a los territorios nacionales, que entrarán en vigor a partir de octubre de 2025.
Las nuevas exigencias para entrar a Europa
La novedad mayor es la implementación del Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, en inglés), un nuevo requisito de entrada a los países de la UE para los extranjeros provenientes de naciones que no requieran de un visado para ingresar a cualquiera de los 27 países que conforman la UE, más Noruega y Suiza. El ETIAS supone una especie de arancel para los turistas de países (incluida la Argentina) que no sean miembros de la UE, como es el caso del Reino Unido o Ucrania.
El ETIAS no constituye un visado, sino que se trata de un documento que formará parte del pasaporte. El costo del ETIAS es de siete euros y tendrá una duración de tres años, o hasta que expire el pasaporte del solicitante. Durante ese tiempo, se podrá entrar a Europa las veces que sean necesarias y, al cumplirse el plazo, habrá que renovarlo, al igual que si el pasaporte expira. El trámite se debe hacer a través de la página web oficial de la Unión Europea, donde habrá que responder preguntas de información básica, y otras relacionadas a cuestiones de salud, antecedentes penales o cualquier otro requisito que pudiera implicar el rechazo a la solicitud.
El ETIAS deberá solicitarse hasta 96 horas antes de viajar a Europa para dar tiempo a las autoridades de tramitar y realizar los controles necesarios de manera eficaz. Originalmente estaba planeado que entrara en vigencia en noviembre de 2023, pero, por problemas técnicos, se retrasó para el verano europeo de 2025. Al trámite lo deben realizar todas las personas de entre 18 y 70 años que no sean ciudadanos de la UE.
Identificación con biometría
El segundo requisito anunciado por la UE se trata de un sistema de biometría. A partir de octubre, será necesario presentar una serie de datos biométricos, como huellas digitales o fotografías digitales, estilo pasaporte. Estos datos, según la UE, se almacenarán en una base de datos protegida y facilitarán procesos como el solicitado de visas, para que no haya que hacer el mismo trámite cada cinco años, tiempo en el que expira un visado en Europa. Esto es un primer paso hacia la implementación del Sistema de Entradas y Salidas (EES), el cual consistirá de tres fases: la primera durará 60 días, tiempo en el que los países miembros podrán usar el EES sin necesidad de pasar por los controles de biometría. En la segunda etapa ya será obligatorio aportar datos biométricos a al menos la mitad de Estados miembros, y en el último plazo, todos los países de la UE deberán garantizar el sistema.