
La música en el gimnasio del complejo Natalio Mirkin se detiene y el reloj marca exacto las 12. Juan Cuevas baja las escaleras con su botinero en una mano y una botella de proteína en la otra. Con una sonrisa que contrasta con el revuelo que generaron sus palabras, les avisa a sus compañeros que comiencen el almuerzo sin él. Tiene algo que aclarar. Después del empate contra Güemes, su declaración en conferencia de prensa resonó fuerte en la hinchada de San Martín de Tucumán y él, lejos de esquivar el tema, en un mano a mano con LA GACETA prefiere enfrentarlo con la misma actitud con la que pide la pelota dentro de la cancha.
“Creo que nunca me putearon tanto en mi carrera como acá. Pero lo que le quiero decir a la gente es que prepare la garganta, porque yo juego y la voy a pedir siempre. Me voy a seguir equivocando, pero me quedé acá, dando la cara, y la gente putea igual (Sic)”, había declarado Cuevas aquella noche.
Lo dijo sin rodeos y generó un sinfín de interpretaciones. Pero si algo tiene claro el mediocampista de 36 años es que no está en el “Santo” para agradar, sino para jugar y competir.
“El otro día, qué sé yo… Hay gente que por ahí lo tomó mal. Me llegaron comentarios. Yo tengo amigos y conocidos que son hinchas de San Martín. Voy a buscar al colegio a mis hijos, vengo al club porque mi hijo entrena acá, y todo el tiempo me cruzo con hinchas. Sinceramente, me mostraron apoyo. Pero seguramente hubo algunos que lo tomaron mal por la forma en que lo dije. No fue mi intención caerle a nadie”, explicó Cuevas.
Si bien comprende el enojo de algunos, Cuevas no deja de remarcar que lo suyo es carácter. “Lo que yo quise decir es que a mí la crítica no me duele, al contrario, me fortalece. Soy un jugador que no se achica. La gente que putea me motiva a seguir poniendo el pecho. Porque soy un jugador con personalidad, y ese tipo de jugador se necesita adentro de la cancha cuando las papas queman. Voy a seguir intentándolo, y seguramente me voy a seguir equivocando”, aclaró.
"Seguramente hubo algunos que lo tomaron mal por la forma en que lo dije. No fue mi intención caerle a nadie"
La reacción de sus compañeros ante los insultos
No obstante, los insultos y la silbatina no son algo que pase desapercibido en el plantel. “Creo que todos se dieron cuenta. Mis compañeros no me decían nada, pero se sentía esa energía rara. Yo no quería decirles: ‘No pasa nada, me están puteando a mí’, porque no me afecta. Pero hay chicos a los que sí. En el fútbol argentino pasa mucho, no es solo acá. Fíjate en Boca o Vélez, que salió campeón y ahora están puteando a los jugadores”, explicó.
“Tenemos que crear una armonía entre los jugadores y la hinchada. Cuando juguemos de local, tenemos que ganar juntos”, remarcó el “10”, una y otra vez.
Cuevas sabe que la relación con la hinchada es intensa y pasional, y no pretende suavizarlo. “La hinchada de San Martín es una de las mejores del país, y yo no vendo humo, digo la verdad. Cuando a un jugador le dicen: ‘¿Querés jugar en San Martín?’, lo primero que piensa es en la hinchada. En el partido de local, en la cancha explotada. Después pensás en todo lo demás”, aseguró.
El dolor por la final pérdida en Rosario
No obstante, lo que pasó el año pasado dejó marcas. El equipo hizo una gran temporada, pero el desenlace fue impensado. Y algunos hinchas aún lo tienen presente. “Creo que hay gente que sigue dolida por lo que pasó en la final. Y el otro día, justo me tocó perder la pelota y terminó en gol. Hay gente que se quedó con eso”, dijo Cuevas.
"Mirá, se dijeron muchas mentiras. No nos enojamos, sinceramente. También como que habíamos entregado el partido. Esa fue la peor", aseguró.
Explicaciones por la doble eliminación
“No nos enojamos porque sabemos que no es así. Yo creo que no hay dinero que compre la gloria. Es algo que queda para toda la vida, para una institución que viene buscando esto hace mucho tiempo. Creo que haber clasificado tres fechas antes no nos hizo bien. Después tuvimos exceso de confianza. Y está buenísimo haber tenido confianza, porque es bueno ir a una final convencido de que la vas a ganar”, dijo Cuevas sobre la final contra Aldosivi, aunque advierte que el equipo ya dio vuelta la página.
“Me dolió muchísimo, ni quiero pensar en eso. Cada vez que lo hago, me duele. Pero ya está. No hay que darle más vueltas”, pidió.
"Creo que haber clasificado tres fechas antes no nos hizo bien. Después tuvimos exceso de confianza. Y está buenísimo haber tenido confianza, porque es bueno ir a una final convencido de que la vas a ganar"
Tras la temporada inconclusa, Cuevas tuvo otras ofertas para marcharse del “Santo”, pero su decisión estaba tomada. “Los dirigentes también hicieron su parte. Me demostraron que querían contar conmigo para este año. La verdad es que tuve algunos llamados de otros clubes, pero, sinceramente, poniendo en comparación o en contexto lo que era San Martín en la misma categoría, preferí quedarme acá. Volví a confiar en mi propósito: yo vine acá para ascender. Y, ¿por qué no intentarlo otra vez? Mi gente me demostró que me quería acá, y ese fue el desafío de este año”, sostuvo con convicción.
Y así encara cada partido: con la ilusión intacta y la determinación de siempre. Lo que le pasó contra Güemes, lo que se dijo de la final pasada, lo que pueda venir, todo forma parte de un camino que elige transitar sin excusas. “Yo le aseguro a la gente que lo único que quiero es que vean la entrega del equipo. Eso no va a faltar nunca. Seguramente habrá partidos en los que juguemos bien y otros en los que juguemos mal, pero la entrega no va a faltar jamás”, prometió Cuevas que vive el presente con alegría. “Estamos contentos con el arranque del torneo y, más aún, con la idea que va tomando el equipo de Ariel (Martos)”, concluyó.