Día de informes y de reflexión sobre la gestión pública

Los Poderes Ejecutivos rinden cuentas de lo realizado y de lo que se va a hacer en el período que se inicia de sesiones a pleno de las legislaturas y concejos deliberantes.

Por una parte, los jefes del poder revisan los compromisos asumidos el años anterior. Ponen énfasis en aquello que se ha desarrollado como eje central del camino de la administración y como guía del derrotero de la sociedad toda; además explican lo que no resultó o resultó a medias.

Por otra parte, comprometen su esfuerzo para avanzar en los temas pendientes y hablan de los proyectos a concretar para la sociedad del futuro. Se trata de una revisión intensa que está bajo la presión de los requerimientos de la sociedad y en ese marco tiene ecos en el mundo político y también en la gente común, que tiene una oportunidad de acceder al programa de gobierno y a su desarrollo, y con ello juzgar, ciertamente con una mirada influida por la propia ideología, los efectos de la administración y de la vida política en todos los niveles.

Ya no se trata, como ocurría hace un año, de una novedosa serie de promesas a cumplir por parte de administraciones noveles que tenían todo por delante y se podían permitir hacer una crítica hacia atrás por la herencia recibida, incluso tratándose de continuidad política con la administración anterior. Hace un año asumieron con la seguridad de que estaba en sus manos la administración del Estado y que tenían la posibilidad de tomar decisiones, incluso drásticas, para encarrilar lo que a su juicio estaba mal y mejorar lo que estaba regular o bien, hecho por los anteriores administradores.

Ahora la mirada de lo hecho reposa sobre ellos mismos. Las cosas que  han resultado bien han de ser exaltadas y las que no se pudieron lograr ya forman parte de sus acciones, que se puede atribuir o no a factores ajenos, pero ya son su propia responsabilidad.

En estos días previos se han analizado las tareas llevadas a cabo por los poderes Ejecutivos en el año que ha pasado. Se ha marcado con lápiz rojo en la columna del debe las propuestas que no han visto la luz o la han visto a medias. En la tarea del Gobierno tucumano, por citar un ejemplo, se ha marcado la continuidad de la crítica relación con los municipios, la falta de leyes de transparencia, la cuestión electoral, los problemas de ciencia y técnica, la crisis de las obras públicas. En la columna del haber se han coloreado de verde la paz social, la desaparición de conflictos -sobre todo con la crisis alimentaria y la del transporte colectivo- y el continuado descenso de los índices de inseguridad, así como las acciones frente al creciente narcotráfico. Los vaivenes de la vida pública del país han estado marcados por la economía y el impacto de la gestión del Gobierno nacional. Este ha influido notoriamente en el resto de las administraciones, y con las esquirlas de las luchas políticas ganadas y perdidas, parece enfocado en seguir por ese camino; y con ello ha de marcar con fuerza el derrotero de las otras administraciones, que, por otra parte, se van a enfocar en estos primeros meses en el año electoral.

Así las cosas, la jornada de hoy dista de ser solamente un día de anuncios políticos y de exhibición de logros obtenidos, o, si se quiere, de explicación de frustraciones. Este día es una gran oportunidad para la sociedad para analizar con datos concretos y una visión amplia el desenvolvimiento de quienes han sido elegidos para administrar la cosa pública, y el efecto que sus decisiones y sus acciones han tenido y pueden llegar a tener en la comunidad.