

Resulta difícil entender por qué, con prácticamente los mismos nombres, el rendimiento de Atlético cambió tanto de un partido a otro. Eso fue lo que pasó en el José Fierro. Tras dejar una buena imagen en Córdoba, el “Decano” hizo agua en su cancha, fue superado en todos los aspectos por Gimnasia de La Plata y sufrió la primera derrota del ciclo de Lucas Pusineri.
El esquema, a priori, era el mismo que el utilizado en el empate 1-1 ante Talleres. El DT mantuvo la línea de cuatro en el fondo, con la única novedad del ingreso de Miguel Brizuela por el lesionado Gianluca Ferrari. De mitad de cancha para adelante, los nombres fueron los mismos: Guillermo Acosta-Adrián Sánchez-Nicolás Castro en el medio, y Ramiro Ruiz Rodríguez-Leandro Díaz-Mateo Coronel en el ataque.
¿Cómo se explica, entonces, tanta diferencia de rendimiento? Quizás el principal motivo tiene que ver con las posturas que tomó en cada partido el equipo. En Córdoba, haber sumado a un nombre como Castro en la mitad de la cancha le permitió tener mayor contención, sabiendo que Talleres iba a ser, a priori, quien iba a intentar tomar las riendas del partido.
Anoche, ante Gimnasia, Atlético fue quien debió, o al menos intentó, asumir el protagonismo. Pero no lo logró prácticamente en ningún momento.
El mediocampo se mostró excesivamente amplio. Sánchez quedó muy sólo por el medio, por momentos, principalmente debido a que Castro se tiró más a la izquierda. Esa distancia entre los volantes, y entre la defensa y la línea de medios, le brindó a Gimnasia muchos espacios para atacar. Fue así, justamente, que llegó el gol tempranero de Rodrigo Castillo, aprovechando también un error de Matías de los Santos. Con un doble cinco mucho más marcado, y con Lucas Castro moviéndose con libertad a espaldas de Sánchez y Acosta, el “Lobo” del “Traductor” Diego Flores fue muy punzante cada vez que atacó. Sólo la falta de efectividad, dio la sensación, le impidió liquidar la historia mucho antes.
Sánchez, Acosta y Castro estuvieron flojos en la contención, pero también en la creación. Lejos, muy lejos quedaron Coronel y Ruiz Rodríguez, que no pudieron más que apostar a algunos arrestos individuales. Ni hablar de Leandro Díaz, que entró poco y nada en juego.
Las bandas también fueron una complicación para Atlético. Porque Damián Martínez y Juan Infante quedaron muy sólos, sin colaboración del mediocampo. Eso aprovechó Gimnasia, que proyectó bastante a sus propios laterales, Fabricio Corbalán y Pedro Silva Torrejón, y que tuvo a Bautista Merlini y Alan Sosa muy activos.
Los cambios en el complemento no mejoraron a Atlético. Pusineri apostó a un doble cinco más claro (Rodrigo Melo-Sánchez), y a sumar “picante” por afuera con Carlos Auzqui, pero no le rindió frutos. Aunque pudo empatarlo en una jugada aislada, Atlético fue superado por un Gimnasia que fue mucho más práctico, simple y punzante.