
Así nació Canal 10 de Tucumán: la historia de sus difíciles años fundacionales

Canal 10 nació en medio de un cimbronazo institucional, pocos días después del golpe militar que depuso al presidente Arturo Illia. Frente a la cámara, el 9 de julio de 1966 se paró el rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Eugenio Flavio Virla, para inaugurar el flamante canal universitario. Se vivía el más delicado de los contextos. Es más; su mandato tenía los días contados: pronto la dictadura de Juan Carlos Onganía intervendría las universidades.
Verónica Ovejero decidió contar esta historia y su investigación tomó la forma de una tesis con la que obtuvo el Doctorado en Humanidades. “El nacimiento de la televisión universitaria en Tucumán y sus transformaciones en el período 1966-1976” se titula el trabajo de Ovejero, que es docente en las cátedras de Historia Social General y Metodología de la Historia I de la Facultad de Filosofía y Letras. En esta entrevista, ella aborda distintos aspectos de su investigación, mientras revela detalles desconocidos sobre el devenir de Canal 10 en aquellos tiempos fundacionales.
- ¿Cuál es el inicio de este camino?
- En su afán de desperonizar los medios, la Ley de Radiodifusión de la Revolución Libertadora (1955) habilitó la posibilidad de que las universidades de Córdoba y de Tucumán cuenten con licencias para radio y TV. Córdoba empezó con su canal en 1962 y Tucumán consiguió la licencia definitiva en el 64. Era la universidad del posperonismo, con Virla rector desde 1958, una etapa caracterizada por responder a un afán de modernización respetando los principios de la reforma universitaria. El peronismo estaba proscripto, pero la democracia universitaria funcionaba.

- ¿Por qué un canal de televisión de la universidad?
- En la segunda posguerra se dieron en Latinoamérica algunas experiencias del uso de los medios de comunicación, sobre todo de la TV, con fines educativos. Había una idea de que se podía alfabetizar con la televisión. Hubo ejemplos en Chile y en Uruguay; la Unesco también tenía un interés por promover esas iniciativas. Además estaba la disputa entre dos modelos enfrentados de televisión: el comercial privado y el público estatal.
- ¿Y cuál era la situación aquí?
- La UNT tenía otro antecedente: el Instituto Cinefotográfico, que se había creado durante el peronismo con el objetivo de asistir a las distintas dependencias con producciones audiovisuales. Era una finalidad pedagógica-científica y también de extensión, en cuanto a conectarse con la comunidad. No fue casual que mucho del personal que trabajó en el Instituto haya sido clave para la preparación de la planta del canal o haya pasado al 10. De hecho es en el espacio del Instituto donde se van a hacer las primeras transmisiones.
- ¿Cuáles fueron los primeros pasos?
- Identifico una etapa inicial entre 1964 y 1966, que es el armado del canal con los cursos preparatorios. Se hacen programas pilotos, se selecciona el personal y se elige al primer director, Juan Guillermo López, que venía de Canal 10 de Córdoba, una persona preparada y vinculada al audiovisual. Él se junto con Gerardo Vallejo, con Gustavo Moris, con Juan Carlos Golo, con Selva Cuenca, y forman el primer grupo de trabajo.

- ¿Cómo era el mapa de la TV en la Argentina?
- En ese momento se están expandiendo las televisoras. Por ejemplo, Salta, Jujuy y Santiago del Estero ya tenían un canal de TV. ¿Cómo podía ser que Tucumpan, siendo el polo de desarrollo cultural del NOA, hubiera quedado rezagada? En las Cartas al Director de LA GACETA parte de la opinión pública decía: vamos a ser la última provincia en contar con un canal de TV. Se identificaba a la televisión con el progreso y con la tecnología, entonces Tucumán debía tener cuanto antes su canal.
- ¿Cuál era la grilla en los comienzos?
- Durante el 66 y el 67, principalmente transmitían entre dos y tres horas diarias. En el 68 ya se ven algunos días con más carga, de cuatro a cinco horas; en el 69 un poco más. Recién en 1973 vemos las transmisiones desde las 12 del mediodía hasta la medianoche.
- ¿Cómo se pensó inicialmente a Canal 10?
- Son interesantes los debates en torno al perfil con que la universidad se proponía crear el canal de TV, sobre todo la cuestión que tiene que ver con lo cultural y educativo, sin publicidad. Puertas adentro algunos decían que ese perfil no seducía a una audiencia que buscaba más que nada entretenimiento. Entonces, se nota que desde el comienzo el canal estuvo plagado de enlatados. Eso fue otro problema, porque el propósito de generar contenidos culturales propios de calidad chocó con la cuestión presupuestaria. Por ejemplo, se apuntaba a que en su primer organigrama el canal tuviera un departamento de educación, pero nunca llegó a funcionar.
- ¿Qué sucedió entonces?
- Son pocas las propuestas de programas que respondieran a ese perfil cultural o educativo. Uno de ellos se llamaba “Producción Tucumán”, conducido por Jorge Wyngaard, que consistía en pasar una vez a la semana distintos documentos del Instituto Cinefotográfico. Después hubo algunas experiencias de enseñanza de idiomas, eran programas muy breves, de 10 o 15 minutos. Ya en otra etapa, a fines de los 60, se hicieron algunos ciclos de teatro y colaboraciones con lo que en ese momento era el Consejo Provincial de Difusión Cultural

- ¿Y en cuánto lo político?
- “Tucumán 68” después se reprodujo como “Tucumán 69” y así hasta el 72. Era un programa de entrevistas, pero en el marco de la dictadura y con un perfil mucho más institucional y controlado por parte del rector Rafael Paz -sucesor de Virla, en carácter de interventor- en cuanto a lo que se podía decir o quién podía participar. Los partidos políticos no tenían voz en el canal, eso recién empieza a verse en el 71, con el rectorado de Héctor Ciapuscio (reemplazante de Paz), que llega con la idea de abrir el canal a todos los sectores de la comunidad.
- ¿Qué pasaba con el área de noticias?
- Las noticias son un elemento central de un canal de televisión. Gerardo Vallejo fue el jefe del servicio informativo durante los primeros meses y su estilo fue una de las cuestiones que al rectorado de Rafael Paz no le gustaban. En su autobiografía, Vallejo cuenta cómo trataba de mostrar la infamia de la dictadura a través de las imágenes.
- ¿Qué análisis hacés de esa etapa?
- Lamentablemente tuve que trabajar con muy pocas imágenes, no había tanto registro. El noticiero duraba media hora y un gran porcentaje eran noticias que venían de Buenos Aires, internacionales o de deportes. Era difícil que en ese contexto, con un control y una pauta bastante autoritaria por parte del rectorado, se cubrieran los conflictos sociales. He podido ver los guiones del noticiero y claramente se ve cómo a las noticias vinculadas a la cuestión social, a los problemas sindicales y a las luchas obreras y estudiantiles se las cubría de una manera muy acorde al discurso oficial del Gobierno provincial. Se minimizaba o directamente omitía cierta información. También pasa hoy cuando ves cómo se cubren ciertos conflictos en las calles.
- ¿Por ejemplo?
- El guión del Tucumanazo de noviembre de 1970 no está; tampoco todos los de 1969. Hay muchos huecos, pero sí puedo decir que era un perfil de noticiero muy institucional-militar, con muchas coberturas de festividades, eventos militares y conmemoraciones de actos patrios. Hay muchísimo material de las visitas de Onganía.
- ¿Qué pasó en los 70?
- Hacia 1971 las cosas van cambiando porque se produce la crisis del gobierno militar. Y en 1972 por primera vez empieza a emitirse publicidad. Aparece una programación local que reproduce el estilo de la TV comercial: programas tipo ómnibus, musicales, deportivos, para la mujer, para niños. También muchos enlatados de Canal 13 y Canal 7, teleteatros, proyección de películas.
- ¿Y en cuanto a lo local?
- Con el apoyo de Ciapuscio volvió Gerardo Vallejo -que ya había hecho “El camino hacia la muerte del Viejo Reales”- y en 1972 lanzan los “Testimonios de Tucumán”. Esto coincide a nivel nacional con la transición hacia la democracia, aunque no deja de haber control ni de funcionar un aparato represivo que va escalando. En Tucumán ese año se da del Quintazo.
- En el 73 vuelve la democracia con la victoria del peronismo. ¿Qué pasó con el canal?
- A la universidad llega un rector como Pedro Heredia que, pese a pertenecer a un peronismo tradicional, se alinea con la “primavera camporista”. Hacia septiembre se nombra directora de Canal 10 a Estela Maris Garbarino, que propone una idea de la TV al servicio del pueblo, entendiendo que había que recuperar la identidad cultural de Tucumán en el canal. Se trata de volver a lo popular, retomando lo que había hecho Vallejo. Junto a “Pila” Garbarino entra al canal un grupo de jóvenes muy afines a la Juventud Peronista. Esa gestión duró pocos meses, hasta abril del 74 y la identifico como un momento de radicalización.
- ¿En qué sentido?
- Se hacen revisiones de la programación criticando la presencia de enlatados y de algunos contenidos, con la idea de que había que combatir todo lo que fuera penetración cultural imperialista. También, por ejemplo, se pronuncian en contra de los almuerzos de Mirtha Legrand o de la novela de Andrea del Boca “Papá Corazón”. En cambio, se proponen armar una serie de programas en conjunto con Fotia o transmitir conciertos desde los barrios.
- ¿Cómo cayó todo esto?
- Estas cuestiones comenzaron a generar un malestar hacia adentro; se vio claramente cómo a la UNT empezaron a tildarla de estar copada por estas expresiones asociados con el socialismo y el comunismo. Entonces a Garbarino se le da una licencia por tiempo indefinido y se termina ese ciclo, que fue muy breve pero interesante.
- La última etapa de tu trabajo llega hasta el golpe del 76. ¿Cómo la sintetizás?
- Ya es una UNT propia de la “misión Ivanissevich” (el ministro de Educación nacional que respondía a la extrema derecha peronista). Cada vez se sufre más la persecución a docentes y a estudiantes. En Canal 10 esto llegó a un límite con el Operativo Independencia, ya que podía verse una presencia total de la V Brigada de Infantería en el servicio informativo, con el control de todas las noticias. Es algo que fue parte de la política universitaria, había una suerte de celador en el canal que controlaba lo que se hablaba, quién entraba.
- ¿Cuáles son las principales fuentes con las que trabajaste?
- Me fue muy útil todo lo que está en el Departamento de Documentación y Archivo de la Escuela de Cine. Hubo un descarte de material en los años 90 que ellos rescataron y ahora están digitalizando. Pero al principio mi idea de trabajar con archivo fílmico un poco se desinfló. También han sido muy importantes el Archivo de la UNT, los diarios y revistas, y las entrevistas a protagonistas de la época.

- ¿Y qué conclusiones sacás?
- Lo primero es destacar que necesitamos una historia de la UNT para ese período. Yo he podido reconstruirlo parcialmente, pero creo que hay una historia de los años 50 y 60 que es muy necesaria y hay muy poco hecho. Desde el 55 en adelante hay un vacío. En cuanto a Canal 10, pienso que el hecho de haber nacido en el marco de una dictadura militar resintió su proyecto de televisora educativa y cultural. La pregunta que dejo planteada es si hubo o si hay una idea de recuperar ese perfil con el que Canal 10 fue creado.