De intensidad a protagonismo: estos son los atributos del renovado San Martín de Tucumán

El cambio y el contraste respecto a las últimas temporadas son notables. Más allá de si juega bien o no, San Martín de Tucumán se muestra como un equipo que impone respeto desde el primer minuto, que juega con intensidad, que aprieta en cada pelota y que ataca con decisión.

En los primeros juegos de la nueva temporada, se mostró corto, sólido, incisivo y vertical; pero sobre todo con una entrega innegociable. En apenas tres partidos, incluyendo el duelo por Copa Argentina, el equipo de Ariel Martos demostró que está listo para plantarse en cualquier cancha.

Desde su asunción, el entrenador fue contundente con su mensaje. “San Martín debe recuperar su identidad, jugar con el corazón en la mano y honrar su historia con sacrificio”, había dicho el DT. Así, dejó en claro que la actitud sería el pilar fundamental de su equipo, sin importar el rival ni el contexto.

“No me encasillo en un sistema fijo. Adapto el esquema a las características de los jugadores con los que cuento. Sin embargo, la identidad de San Martín debe ser clara: sacrificio, luchar cada pelota como si fuera la última y apostar al buen fútbol. Quiero que el equipo sea protagonista, tanto de local como de visitante”, había declarado Martos en un mano a mano con LA GACETA.

Sin embargo, el equipo tenía que demostrar en la cancha que esas palabras no eran sólo un discurso. Y, al menos en este arranque de temporada, la respuesta fue contundente. Con un plantel renovado y una mentalidad combativa, San Martín se mostró como un equipo con hambre, con la convicción de no ceder terreno y de disputar cada balón como si fuera el último.

En los últimos años, el equipo había dado ventajas en duelos clave, mostrando irregularidad en los momentos decisivos. Defensores de Belgrano, Deportivo Riestra, Aldosivi y Gimnasia de Mendoza jugaron sus encuentros con determinación y eliminaron a San Martín casi sin despeinarse. En esos duelos el “Santo” no encontró respuestas; una deuda grande que los hinchas reclamaron con énfasis en el último tiempo.

Pero algo cambió. Ahora los futbolistas van con todo en las divididas y, cuando uno pierde la pelota, siempre hay un compañero listo para cubrir su posición. La presión es constante, la solidaridad dentro del campo es evidente y la entrega, innegociable.

“Esta es la identidad en la que estamos trabajando y la que nos va a definir como un equipo duro. La camiseta y el club lo exigen. Somos conscientes de que estamos en una institución muy grande, con mucha historia”, aseguró Hernán Zuliani. “Cada vez que entramos a la cancha sabemos que tenemos que dejar todo. Las claves son la predisposición y el compañerismo que tenemos, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Si mantenemos esa constancia, los buenos resultados van a llegar”, agregó.

Por su parte, Franco García aseguró que la manera de jugar del nuevo San Martín, que muchas veces roza el límite, fue un pedido del DT. “Quiere mucho sacrificio, mucha actitud. Es lo que exige San Martín y, para nosotros, esa exigencia nos da un plus. Los relevos muchas veces los hacemos para cubrirnos entre compañeros y dar todo en cada pelota. La clave es no negociar la actitud”, dijo el ex Cobresal de Chile. “Podés tener un mal partido, pero la actitud no puede faltar nunca. Eso es lo que nos inculca el cuerpo técnico, y ya se está viendo reflejado. En nuestra cancha no se pueden llevar nada y, de visitante, siempre hay que salir a ganar. Si se complica, al menos hay que rescatar puntos”, añadió García.

El desafío de haber jugado con uno menos en La Ciudadela

Haberse quedado con uno menos contra Ferro podría haber significado una derrota para San Martín. Pero su defensa estuvo correcta y cuando tuvo su situación en ataque, la aprovechó con el cabezazo de Martín Pino.

“Tuvimos una entrega bárbara, todos fuimos a cada pelota como si fuera la última. Eso es lo que buscamos: mantener esa actitud de local y de visitante. Los relevos fueron buenos; estuvimos rápidos, y eso nos permitió sacar el partido adelante sin sufrir tanto en defensa”, dijo Guillermo Rodríguez, que se complementó bien con Tiago Peñalba y no sintió el impacto de la expulsión de Federico Murillo. “Sabemos que esta es la manera de jugar si queremos pelear arriba. No hay otra forma: entrega, intensidad y compromiso”, sentenció.

San Martín parece haber encontrado el camino. Con esta mentalidad, el equipo de Martos busca consolidar una identidad clara: sacrificio, intensidad y protagonismo, fiel al ADN que demanda la historia en Bolívar y Pellegrini. Ahora, el desafío será sostener el nivel a lo largo de la temporada y demostrar que el cambio no fue sólo momentáneo.