Quién es María Servini, la jueza que investigará el “Criptogate” de Javier Milei

Quién es María Servini, la jueza que investigará el “Criptogate” de Javier Milei

Tiene 87 años y hace 35 que está al frente del Juzgado 1 de Comodoro Py, la unidad que controla las elecciones nacionales en la CABA.

1
CONOCIDA COMO CHUCHI. María Romilda Servini será la encargada de controlar la investigación al Presidente por el caso $LIBRA. / ADOBE STOCK CONOCIDA COMO "CHUCHI". María Romilda Servini será la encargada de controlar la investigación al Presidente por el caso $LIBRA. / ADOBE STOCK

El caso de la criptomoneda $LIBRA, una supuesta estafa que involucra al presidente Javier Milei, quedó en el centro de la agenda judicial argentina. Y en ese terreno la protagonista, al menos por ahora, es la jueza María Romilda Servini, quien este lunes recibió el "Criptogate" por sorteo. A los 87 años, Servini es una de las figuras más emblemáticas de los tribunales federales porteños de Comodoro Py. Se trata de una magistrada acostumbrada al perfil alto por el desempeño de la función de control de las elecciones nacionales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con cinco décadas de trayectoria, en 2025, el foco está nuevamente sobre ella, esta vez para investigar al Presidente. La magistrada recibió el "Criptogate" junto al fiscal Eduardo Taiano. El caso debería acumular el centenar de denuncias que generó la divulgación de la criptomoneda $LIBRA por parte de Milei, el pico de cotización y su posterior caída. Estas presentaciones colocan al jefe de Estado como posible partícipe necesario de una supuesta estafa, entre otros hipotéticos delitos. Pero, ¿quién es Servini y cuáles son sus antecedentes?

JUEZA FEDERAL. Es la única mujer de los 12 jueces federales de la Capital Federal y ha logrado mantenerse en su cargo durante más de tres décadas. / ADOBE STOCK. JUEZA FEDERAL. Es la única mujer de los 12 jueces federales de la Capital Federal y ha logrado mantenerse en su cargo durante más de tres décadas. / ADOBE STOCK.

María Romilda Servini lleva 35 años al frente del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1. Es uno de los juzgados más poderosos de los tribunales de Comodoro Py, porque además de la competencia penal concentra la electoral, es decir, es el único que además controla las elecciones nacionales. Además, durante mucho tiempo fue la única mujer de los 12 jueces federales de la Capital Federal (hoy hay dos: ella y María Eugenia Capuchetti).

Los detalles consignados y gran parte de los enunciados a continuación provienen de Chequeado y su plataforma Justiciapedia, una herramienta que permite conocer más sobre el sistema judicial y entender las complejas relaciones entre los actores clave de la Justicia argentina. Además, se consultaron los archivos de otros medios, como Página/12 y La Nación.

Jueza de Menores durante la dictadura

Nacida el 1 de diciembre de 1937 en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, Servini se trasladó a la Capital para estudiar Derecho en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su carrera en la Justicia comenzó en 1974, cuando fue designada como defensora oficial en la Justicia Penal de la Capital. Fue la primera mujer que ejerció este cargo.

En 1975, poco antes del Golpe de Estado, fue nombrada jueza de Menores, un ascenso firmado por la presidenta Isabel Martínez de Perón. Este hecho marcaría a Servini como una magistrada cercana al Partido Justicialista, un vínculo que se reinventó cada vez que hizo falta, pero que tuvo su auge durante el menemismo. Casada con Juan Cubría, brigadier retirado de la Fuerza Aérea, la jueza pudo adaptarse sin sobresaltos al período de la Dictadura. Esa plasticidad para acomodarse al poder de turno se convertiría en la marca registrada de Comodoro Py. 

EN SUS AÑOS DE JUVENTUD. Ingresó al sistema judicial en 1974, cuando fue designada Defensora Oficial en la Justicia Penal de la Capital, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo. / TÉLAM

En una entrevista concedida a Página/12 en 2002, Servini dijo que "no todo el mundo sabía qué pasaba" durante el terrorismo de Estado. Y recordó que ella, como jueza de Menores, devolvió la identidad y restituyó a sus familias biológicas a los dos primeros chicos apropiados por los militares: Cecilia Méndez (1976) y Emiliano Hueravillo (1977). También lo hizo con el nieto de Estela de Carlotto, presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Pero luego, cuando se reabrieron las causas de lesa humanidad, Servini se excusó de investigar, por ejemplo, los crímenes endilgados al I Cuerpo del Ejército con el argumento de que, por su esposo, conocía a militares imputados en esos procesos.

En los años 80 fue jueza subrogante en un juzgado de instrucción de mayores. Allí, entre otros hitos que la colocaron en el radar de las noticias, intervino en el caso del clan Puccio.

Los 90 y la crítica pública

El ascenso de Carlos Menem a la Casa Rosada implicó el ascenso de Servini, a quien le dicen "Chuchi" desde la niñez para distinguirla de su madre, que también se llama María Romilda. En 1990, el entonces Presidente la traslado al Juzgado 1 de Comodoro Py, la unidad más poderosa desde el punto de vista político. Ya en ese lugar, Servini enfrentó críticas por su actuación en el "Yomagate", una causa de narcotráfico que involucró a la cuñada de Menem, Amira Yoma. Según reconstruye un perfil publicado el año pasado en La Nación, el juez español Baltazar Garzón había reclamado la detención de Yoma y la jueza viajó a España. Las órdenes de Garzón para detener a Amira Yoma terminaron en la caja fuerte de su juzgado. Por esta causa solo terminó preso un personaje secundario de la historia, Mario Caserta, condenado en 2003 por el entonces juez federal Jorge Ballestero a cinco años de prisión por ser el “organizador” de una asociación ilícita que blanqueó en el país dinero del narcotráfico.

Otro hecho ocurrido en 1992 marcó para siempre su carrera como jueza: presentó un amparo para evitar que se la mencionara en el programa televisivo de Tato Bores, actor y humorista argentino. El movimiento le valió ser satirizada bajo el nombre de “Buruburubudía” por un coro compuesto por celebridades del momento, entre ellos Luis Alberto Spinetta, Patricia Sosa, Pappo y Gustavo Cerati.

En 1999, Servini trascendió nuevamente al lograr la confesión de Michael Townley, ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile, sobre el asesinato del general Carlos Prats, ex jefe del Ejército chileno en la etapa de Salvador Allende, en Buenos Aires (1974). Esto la posicionó como la jueza que puso en jaque a la dictadura de Augusto Pinochet.

Fue en esa época, al final del menemismo, que la jueza avanzó con una causa por supuestos actos de corrupción que involucraba a Alberto Kohan, secretario general de la Presidencial. Esta investigación del financista egipcio Gaith Pharaon, y del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) relativa a maniobras de lavado de dinero permitió a Servini ganarse una aliada inesperada: Elisa Carrió.

Pesquisas de los últimos tiempos y más enfrentamientos con el poder

En tiempos más recientes, Servini procesó a Romina Picolotti, ex secretaria de Medio Ambiente, por irregularidades en la gestión de fondos públicos, e involucró a funcionarios en causas como el tráfico de efedrina. Si bien mantuvo una buena sintonía con Néstor y Cristina Kirchner, en 2013, la jueza declaró inconstitucional la reforma impulsada por aquella para "democratizar la Justicia".

Además, en 2017, se enfrentó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación al oponerse a la reforma que imponía la jubilación obligatoria a los 75 años para los jueces, argumentando que la medida tenía un tinte personal en su contra debido a sus investigaciones sobreswael entonces presidente y actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. Servini cuenta con un amparo que la habilita a permanecer en el cargo de manera vitalicia, pese a que la Constitución establece el retiro a los 75. Sucede que, en su momento, Servini alegó que la cláusula constitucional había sido establecida en 1994, cuando ella ya desempeñaba funciones judiciales.

La enemistad con Lorenzetti tuvo otro capítulo ligado a temas de familia. Ocurre que el hijo de la jueza, Tomás Cubría, llegó, mediante una serie de designaciones directas, a manejar los fondos del Poder Judicial de la Nación. En ese rol, Tomás Cubría cuestionó públicamente los manejos financieros de la Corte que presidía Lorenzetti. A continuación, se vio obligado a renunciar. Pero estas manifestaciones nutrieron los ataques que la propia Cubría y Carrió dirigieron contra el ministro del máximo tribunal del país, y hoy impulsor de la candidatura de otro juez de Comodoro Py, Ariel Lijo, para integrar la Corte.

50 AÑOS DE TRAYECTORIA. Servini dedicó su vida a la Justicia, y aún no piensa retirarse. / ADOBE STOCK

El "Criptogate" y un nuevo desafío

Servini tiene desde este 17 de febrero sobre su escritorio el caso del "Criptogate", que involucra a Javier Milei y su presunta participación en una estafa relacionada con la criptomoneda $LIBRA. La denuncia sostiene que el Presidente, a través de sus redes sociales, habría promovido esta supuesta estafa, que ya ha generado gran polémica a nivel nacional e internacional, y un temblor en los mercados. La jueza se enfrenta a una investigación de gran voltaje en un contexto político tenso. Es el escenario que Servini mejor conoce como decana de Comodoro Py.

WHATSAPP ESTUDIANTES ¡Tu voz es importante para nosotros! Contanos sobre eventos en Tucumán; proponé temas para nuestros artículos o comentá lo que estuviste leyendo. Escribinos al WhatsApp Estudiantes de LA GACETA.
Tamaño texto
Comentarios
suscribite ahora
Informate de verdad Aprovechá esta oferta especial
$11.990 $3.590/mes
Suscribite ahoraPodés cancelar cuando quieras
Comentarios
Cargando...