

La balanza que simboliza el signo del zodíaco que corresponde a su fecha de nacimiento (22 de octubre de 1970) fue la que se le rompió al único no “econochanta” de la Argentina.
El tuit de Javier Milei elogiando las bondades de $Libra como motor de inversiones desencadenó cuestionamientos tanto de detractores como de seguidores, que no terminan de comprender cómo y por qué se aventuró a realizar un apoyo tan explícito a un emprendimiento privado que además se sabe volátil, de ganancia efímera y para pocos.
En el entorno presidencial afirman que el jefe de Estado fue víctima de una suerte de estafa, que no conocía el “sistema de fondeo” de la memecoin y que jamás promocionó que se invierta en ella, sino que mencionó lo importante que podía ser para el país. Anoche el propio Milei se justificó argumentando que “está cortando los curros de la Argentina” y que por eso intentan perjudicarlo. Según él, no hubo error ni suyo ni de nadie de su Gobierno.
Lo curioso, explican los originarios del mundo cripto, es que los nacidos o criados en ese universo son duchos en cuanto a su funcionamiento y es poco probable tanto que “cualquiera” pueda invertir en una memecoin como que quien promocione alguna no sepa de qué está hablando. O en qué se está metiendo.
El experto en criptomonedas Alejandro Egea, en charla con LA GACETA Play, explicó que todo el episodio puso en el centro una moneda virtual existente que atesora su valor, fundamentalmente, en el marketing y no en un activo estable. “Esto, desde nuestro punto de vista a nivel criptomoneda, lo llamamos como pump and dump. No es una estafa. No es como las que se decían que las compran y nunca existieron. Esta moneda existe. Está registrada en un protocolo”, dijo en cuanto a que -según su entender- no se trata de una estafa piramidal o estilo “Ponzi”.
El especialista aclaró que ahora cualquiera puede crear una memecoin. “Ese es el problema más grande. Ahora se hizo conocido esto porque Milei publicó un tuit. Pero aparecen todo el día, todos los días y por todos lados”, añadió. Y especificó que, en este caso, con el pump and dump lo que se hizo fue crear grandes cantidades de una criptomoneda de bajo valor, la promocionan para inflar el precio del token artificialmente y luego venden sus tenencias a participantes desprevenidos.
De lo “normal” a lo “legal”
En general, los gurúes de la movida cripto consultados por medios diversos de nuestro país y del exterior coinciden con Egea: esto pasa, es habitual, involucra a personalidades con altos niveles de exposición pública, no es una estafa y quienes se meten a comprar esas efímeras “figuritas difíciles” conocen que pueden perder todo.
El problema en este caso es que la promoción de $Libra la hizo un Presidente y, por ende, la formuló en nombre de un país. Justamente será la Justicia la que investigará si se incurrió en algún delito, hasta aquí, a partir de la denuncia que presentó el ex diputado Claudio Lozano. Como es la primera que ingresó a Comodoro Py, las más de 100 posteriores se acumularán en torno a ella.
El ex parlamentario nacional, además de Milei, apuntó contra Julián Peh, CEO y cofundador de Kip Network Inc y KIP Protocol -la empresa que desarrolló la criptomoneda-, Daniel Parisini, conocido por su nombre en redes sociales como “Gordo Dan”, el economista Agustín Laje, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, Hayden Mark Davis, representante de Kelsier Ventures, y contra quienes la investigación determine que pueden ser responsables de los hechos. Fueron denunciados por los delitos de asociación ilícita, estafa y otras defraudaciones e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Los defensores de Milei afirman que se trata de un ataque contra el Presidente para hacer mella en sus niveles de apoyo cercanos al 50%. Añaden que varios de sus antecesores fueron denunciados por causas “mucho peores” y que ello no les impidió seguir en el cargo o acceder a otros. Mencionan a Cristina Fernández y las múltiples causas por corrupción en su contra y a Mauricio Macri y los cuestionamientos por el Correo y presunto tráfico de influencia “financiera”.
Sin embargo hay diferencias que provocan que este caso golpee más fuerte a Milei. En primer lugar, el Presidente no dejó dudas respecto de su accionar. Fue él, en sus redes, quien dio difusión a una memecoin que colapsó en apenas horas, después de un incremento en su cotización de más de un 1.000% y su posterior desplome cuando los compradores con información privilegiada hicieron su diferencia (millonaria). Fue el propio Milei el que borró su tuit promocional al sentir cómo sus propios adeptos lo increpaban y culpaban por haber perdido su inversión.
Otro agravante: el jefe de Estado enarbola la bandera anticasta y anticorrupción. Su yerro cala más profundo entre quienes lo eligieron como el outsider capaz de enfrentar a ricos y poderosos. Nota al margen: pese al esfuerzo presidencial para circunscribir a “la casta” en la dirigencia política, el círculo rojo no existiría como tal ni la corrupción como cual sin la participación de empresarios y financistas. Ellos, tan cercanos a Milei, también son casta.
Aunque en la Casa Rosada intentan minimizar el impacto del Criptogate en la gestión hay un par de datos concretos que muestran que el golpe penetró e hizo daño. La Bolsa local reaccionó con un negativo profundo, el dólar “libre” y el MEP se picaron, y todo ello con un EEUU en feriado y sin actividad bursátil. Una encuesta de CB Consultores difundida por el diario “Clarín” dice que la imagen del jefe de Estado cayó 2,5 puntos en dos días. Se esperan otras que den dimensión real del daño. El periodista Claudio Jacquelin, de “La Nación”, contó que la consultora AdHoc, que investiga la dinámica de las redes, relevó que la controversia sobre el criptoescándalo es masiva en las redes y no “menor”, como insisten en la Rosada. Dice el estudio: estamos hablando de una conversación similar a la primera marcha universitaria en las primeras 48 horas. La negatividad de la conversación es la mayor que tenemos registrada desde que inició su presidencia.
Nadie más que el propio Milei fue el causante de ello.
No hay plata
Con un apoyo acotado de aliados clave como Mauricio Macri y un silencio estratégico del kirchnerismo duro, el caso de la moneda del signo zodiacal del Presidente aguarda el vaticinio social y político. Las explicaciones del Presidente, por lo pronto, suenan suficientes para los propios y poco claras para los detractores. Lo cierto es que la endeble credibilidad exterior de la Argentina recibe una sorpresiva y dañina puñalada, en especial en el Talón de Aquiles del Gobierno de los índices económicos maravillosos: la baja -o nula- inversión extranjera directa. Los datos del Banco Central muestran que pese a la implementación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), la inversión extranjera directa registró en 2024 su nivel más bajo desde 2003, con ingresos netos de apenas U$S 89 millones. Según los datos oficiales, el RIGI permitió el anuncio de inversiones por U$S 10.000 millones, con proyectos que van desde el oleoducto Vaca Muerta Sur hasta iniciativas de largo plazo como el buque de licuefacción, con un plazo de ejecución de hasta 10 años y una inversión de U$S 3.000 millones.
Si bien el régimen generó expectativas a mediano y largo plazo, las principales consultoras económicas explican que mientras siga el cepo cambiario y no haya incentivos reales por parte del Estado, todo quedará en el marco de los anuncios y los anhelos que se esfuman igual de rápido y notorio que la metáfora de mal gusto de Milei sobre el buzo y las burbujas.