
Todo comenzó como un intento de recuperar el entusiasmo por correr. Félix Straube, vive en Tucumán y retomó el deporte en diciembre del año pasado después de años de pausa. Pero rápidamente recorrer siempre los mismos senderos del Parque 9 de Julio empezó a volverse monótono. En dialogó con LA GACETA este corredor tucumano reconoció que fue en ese momento cuando decidió transformar su rutina en algo diferente: “Pensé, ‘¿y si corro dibujos?’”. Así nacieron sus primeras piezas de lo que se conoce como Strava Art o GPS Art, una disciplina donde las rutas trazadas durante la actividad física se convierten en representaciones gráficas visibles en ese tipo de aplicaciones. Pero no lo hace solo para medir distancia o velocidad. Su objetivo es otro: crear dibujos sobre el mapa con sus rutas.
Strava, lanzada en 2009, es una aplicación y red social diseñada para corredores y ciclistas. Permite a los usuarios registrar rutas, analizar su rendimiento y conectarse con una comunidad global de deportistas a través del GPS del celular. A partir de esta herramienta nació el concepto de Strava Art o GPS Art, como se lo conoce mundialmente.
Un fenómeno global
La tendencia tiene una historia reciente pero significativa. En Japón, Naoki Shimizu desde el 2016 se convirtió en una figura clave del GPS Art al recorrer ciudades creando dibujos relacionados con cada lugar. En Venecia, trazó un gondolero; en Albania, el águila de su bandera nacional. En Brasil, Gustavo Lyra corrió casi nueve horas para trazar un retrato de John Lennon en Río Grande y pasó casi nueve horas corriendo una ruta especial por el quinto cumpleaños de su hija. Era una imagen de Elsa de “Frozen”, la película infantil de Disney.

El canadiense Stephen Lund convirtió su bicicleta en un pincel: en 2015 comenzó a planificar rutas para crear dibujos, entre ellos un retrato de la reina Victoria. En 2023, cuatro ciclistas franceses recorrieron más de 1.000 kilómetros para dibujar un velociraptor en el mapa, estableciendo un récord mundial de Strava Art. En Argentina, la disciplina también tiene exponentes como Alejandro Iovane, de 39 años, un corredor de Villa Carlos Paz quien el 4 de enero de 2025 participó en un concurso internacional llamado “Strava Art Contest”. Puede ser andando en bicicleta, corriendo, nadando, caminando, haciendo senderismo o esquiando, las posibilidades son varias. Al respecto Iovane realizó una silueta de un corredor que plasmó tras recorrer 44 kilómetros en la ciudad de Córdoba.
En el caso de Félix, su primera obra fue un “like”: una mano con el pulgar hacia arriba. “Había un alambrado que no se veía en las fotos satelitales, y se deformó un poco el pulgar, pero salió bien dentro de todo”, comentó. Desde entonces, sus recorridos son cualquier cosa menos convencionales. Árboles de Navidad, dinosaurios, un mensaje de “Feliz cumple”, una mariposa, un hombre leyendo el diario un motociclista. Este último, según cuenta, fue el más desafiante. “Tuve que diseñar la imagen completa y no estaba seguro si iba a salir legible la letra. Pero resultó bastante bien”, recordó.
Cómo se hace
El proceso detrás de cada trazado no es sencillo. Primero, Straube busca imágenes simples en internet, las adapta para convertirlas en un diseño viable y las superpone en Google Earth - una herramienta que permite explorar una zona específica a través de imágenes satelitales y aéreas -, esquivando árboles, alambrados y otros obstáculos del parque. Luego exporta la ruta a un formato compatible con su celular y usando aplicaciones como Osmand - una aplicación móvil para visualizar mapas y utilizar un servicio de navegación ambos fuera de línea (offline)- , sale a correr siguiendo ese dibujo. “No escucho música mientras corro; necesito concentrarme en el trazado y estar atento al entorno”, comentó.
Sin buscar la perfección
Aunque no se considera un artista, el esfuerzo y la dedicación detrás de cada obra no pasan desapercibidos. Tampoco cree que su práctica tenga una intención estética. “Es solo una actividad recreativa. En el fondo soy solo un plagiador”, responde.
La precisión depende de múltiples factores desde la exactitud del mapeo del Sistema de Posicionamiento Global (GPS por su sigla en inglés) hasta el estado del terreno. “Mientras más grande es la imagen más fácil es que el resultado sea exacto porque los errores del GPS se notan menos”, explicó. Sin embargo, admite que no busca la perfección: “Todas las imágenes tienen sus imperfecciones. A veces es un error del GPS, otras porque justo había una parejita en el camino”, bromea.
Straube describe sus obras como un entretenimiento, más que como un mensaje. Su motivación principal es hacer del deporte una actividad más divertida y creativa. Pero incluso en esta modestia hay lugar para el ingenio: “Una vez corrí un dinosaurio porque estaba investigando unas huellas en Salta”.
Las reacciones que recibe son positivas. “No sé si podría hablar de una comunidad a la cual le guste lo que hago pero a mis conocidos y amigos les parece divertido”. Aunque asegura no conocer a otros aficionados que se dediquen a esto en Tucumán, Straube intuye que no está solo en esta práctica. “Debe haber alguien más en la provincia o en Argentina. Voy a buscar” dice dejando abierta la posibilidad de futuras colaboraciones.
En cuanto a lo que sigue, sus metas son simples: “No tengo grandes proyectos. Quiero seguir corriendo y divirtiéndome con esto. Si alguien quiere empezar mi consejo es que busque imágenes grandes que no le dé mucha importancia a que salga perfecto y que tenga cuidado al correr de esta forma siempre priorizando la atención al entorno y que obviamente se divierta”.
Félix en cada paso combina la disciplina del deporte con la creatividad transformando algo tan cotidiano como correr en una experiencia. Y aunque él no se proclame artista los trazados que deja en su paso dicen lo contrario.