En Buenos Aires, crecieron las quejas por la escasez de limones y los altos precios, cuando los consumidores han logrado acceder a la poca fruta que llega al mercado. Este problema de baja disponibilidad y valores elevados se repitió en los últimos días en diversos puntos de ventas del país, y Tucumán no ha sido ajeno a esta situación.
En el Mercofrut, el centro de referencia mayorista y minorista de la provincia, se ha registrado una disminución en el abastecimiento, lo que ha generado aumentos en cadena. En los barrios, por ejemplo, se han llegado a ofrecer tres limones por $1.000 o $500 por fruta, mientras que la bandeja de 10 docenas (de limones medianos) ha alcanzado un precio de hasta $20.000, luego de haber rondado los $12.000 y $15.000. Es decir, el precio por unidad se ha ubicado en casi $170 en la plaza mayorista durante este período.
“Se trata de una situación estacional, pero esta vez se sumaron dificultades en la actividad citrícola, especialmente el impacto de las heladas de mediados del año pasado en la floración de las plantas, así como la crisis que atraviesan los citricultores”, señaló Juan Carlos Medina, referente del Mercado de Concentración Frutihortícola de Tucumán (Mercofrut), al explicar la reducción de la oferta en el mercado interno.
“Hace algunos meses, los verduleros daban el limón como vuelto o como un extra; ahora, no hay o cuesta mucho conseguirlo”, agregó el titular de una de las asociaciones de puesteros del mercado. Medina también alertó el robo en las quintas y la posterior venta ilegal de limones "en los semáforos".
No obstante, Medina proyectó que la oferta mejorará dentro de unos 10 días o en febrero, con la salida de limones y naranjas del Litoral. José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), coincidió en el diagnóstico y pronosticó una mejora en el ingreso de la fruta al mercado interno a partir de marzo. Sin embargo, advirtió que “es probable que tanto la molienda como la exportación de fruta fresca comiencen con retraso en 2025 debido a las dificultades en la actividad”.
El mercado y los problemas
“Si bien la falta de limón es una cuestión estacional, existe un problema adicional que claramente observamos los que vivimos en Tucumán. Las heladas de julio del año pasado impactaron en diversas zonas, principalmente en el sur de la provincia, aunque también afectaron a todas las producciones que estaban en marcha en ese momento. En el caso del limón, no afectó directamente la producción de 2024, pero sí tuvo un impacto grave en la floración de primavera. Como resultado, se estima que este año la producción será menor que la de años anteriores, con una afectación importante en la floración que da la fruta de verano, que es muy reducida”, explicó el directivo.
La actividad citrícola provee de fruta al mercado básicamente entre marzo y septiembre. El resto del año, los centros de operaciones se abastecen con las pequeñas producciones de verano (floraciones de verano).
“A fines de 2024 y comienzos de 2025, se observó una fuerte caída en la oferta de la fruta, y fundamentalmente atribuimos esto a los efectos de las heladas. Esto ha provocado una disminución significativa en el volumen disponible, lo que llevó a importadores y cadenas de supermercados a traer limones desde Chile, Egipto o España. Al no haber fruta en estos momentos, los precios han subido considerablemente”, insistió Carbonell.
En su análisis, subrayó la crisis del complejo agroindustrial citrícola, señalando que “hace seis años que el mercado interno en la Argentina se abastece con un limón ‘gratis’”. “En junio, julio y agosto, en Buenos Aires o en las verdulerías del resto del país, se conseguía el kilo a $300, cuando el sector viene en crisis desde 2019 con fuertes pérdidas. El 2024 fue el peor momento”, enfatizó.
El titular de Federcitrus advirtió que más de 100 productores han dejado la actividad y que se han perdido más de 15.000 hectáreas. “Esto se debió a las condiciones del mercado. En los últimos 20 años, la oferta mundial de limón se duplicó, pero no así la demanda”, afirmó. Además, mencionó que el “exceso de impuestos, el costo de los fletes, el mercado cambiario y la falta de tratados de libre comercio con clientes, como los que tienen nuestros competidores”, también son factores que contribuyeron al complejo escenario de la agroindustria local.
“Confío en que la crisis estructural esté llegando a su fin y que volvamos a la tan ansiada rentabilidad”, concluyó el directivo.