La sociedad en general no conoce, e incluso tiene prejuicios con respecto al campo. El productor arriesga mucho, y fue creciendo e incorporando tecnología sin ninguna ayuda del Estado. Al contrario, aportando dólares al país con las exportaciones, a pesar de las retenciones y la alta presión impositiva. Recaudaciones que se utilizan para hacerse cargo del empleo público, de las jubilaciones sin aporte, de los subsidios económicos, de los planes sociales y hasta de las 72 PYMEs que conforman los asesores del Senado. La Argentina de 1880 a 1930 fue el medio siglo de oro de la historia nacional. Es imprescindible una rebaja gradual de las retenciones hasta eliminarlas, con el foco en las economías regionales, y propuestas para solucionar los problemas de infraestructura y conectividad entre otros. Las entidades agropecuarias hacen contactos y lobby con los políticos, pero debieran también poner más énfasis en la opinión pública y la sociedad. La coyuntura es difícil, el tipo de cambio con los costos internos, la presión fiscal, el fenómeno Niña, que a causa del cambio climático, cada vez es más frecuente. Pero podemos llegar a una cosecha de 200 millones de toneladas. Para convencer a la opinión pública, y que la sociedad reconozca el esfuerzo y el aporte del campo, hoy los jóvenes juegan un papel fundamental con el uso de las redes sociales. A través de ellas deben dar a conocer y explicar a la sociedad para sacarle los mitos que ha impuesto el populismo. Para esto, los Ateneos de jóvenes de las Sociedades Rurales juegan un papel trascendente. La carga de responsabilidad está en todos los productores, no sólo en la política. El momento es único, se ha logrado equilibrio fiscal, una baja brutal de la inflación, del 210 % anual en el 2023, a la mitad en 2024, y una proyección de menos del 30 % en el 2025. Se está reestructurando el Estado y eliminando regulaciones. Baja el riesgo país y mejora la calificación de Argentina, a la que ya se le reconoce mayor estabilidad económica y menos riesgos. Tenemos una gran oportunidad, que es la tendencia de largo plazo del crecimiento de la demanda global de alimentos. El esfuerzo es muy largo y duro, pero vale la pena. Y el sector acostumbrado a lo inesperado, como la sequía y los precios internacionales, sin duda lo puede lograr, para volver a ser la Argentina del medio siglo de oro de la historia nacional.
José Manuel García González
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