Estados Unidos enfrenta dos episodios de crisis relacionados con diferentes situaciones climáticas. Por un lado, los incendios forestales están acechando Los Ángeles, en California, en la costa Oeste del país. Por el otro, una intensa ola polar afecta desde Kansas y Missouri hasta Nueva Jersey.
En el primer caso, lo que empezó como un incendio en una reserva natural avanzó rápidamente hacia zonas pobladas, favorecido por las ráfagas de viento de Santa Ana, alcanzando hasta 161 kilómetros por hora en áreas montañosas, según detalló el Servicio Meteorológico Nacional (NWS). El fuego arrasó miles de hectáreas, destruyó viviendas, obligó a la evacuación de más de 30 mil personas y dejó sin electricidad a otras 250 mil. Actualmente hay tres focos de incendio, el Eaton Fire, donde se quemaron más de mil hectáreas, el Hust Fire, donde las brasas terminaron con más de 500, y el Palisades Fire, que perdió más de 1.182. En la zona de Pacific Palisades numerosas viviendas fueron reducidas a escombros, y más de 25 mil personas están bajo alerta.
El gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que más de 1.400 bomberos están trabajando en la zona, pero que los incendios aún no pudieron ser controlados por los fuertes vientos, que dificulta el trabajo para apagar las llamas, siendo Pacific Palisades la zona más afectada. “El incendio de Pacific Palisades está controlado al 0%”, afirmó a Los Ángeles Times el jefe de bomberos Anthony C. Marrone. A todo esto se suma el problema de que muchos lugares están teniendo problemas porque los hidrantes se están quedando sin agua, aunque los habitantes y conocedores de la zona afirman que se trata de un problema común de la ciudad, debido al viejo sistema que no fue mantenido o mejorado. Hasta el momento no hubo que lamentar víctimas fatales.
En otro extremo, el territorio desde Kansas y Missouri hasta Nueva Jersey está afectado por una intensa ola polar con fuertes nevadas y temperaturas récord que llegan hasta los -30 grados. La tormenta polar que lleva consigo una mezcla de nieve, aguanieve y lluvia helada afecta a casi 60 millones de personas, según el NWS, que también pronosticó hasta 30 centímetros de nieve en la capital, Washington, por lo que se tuvieron que suspender actividades del Congreso para la certificación de la victoria electoral de Donald Trump. A su vez, se han cerrado escuelas en Estados como Indiana, Virginia y Kentucky. Se han cancelado y retrasado viajes en aviones, y más de 300 mil personas, desde Missouri hasta Kentucky, se quedaron sin electricidad. Las autoridades recomendaron evitar el uso de las rutas, que se encuentran congeladas, a fin de evitar y prevenir accidentes de tránsito. Se espera que el mal tiempo mejore en los próximos días, pero las bajas temperaturas seguirán.