El relanzamiento de la técnica japonesa pone en jaque el esquema de pensamiento tradicional sobre que el ejercicio debe ser intenso y cansador. Sus cuestionamientos radican en su método tranquilo y suave para ejecutarlo, ideal para los mayores de 50 años.
Este entrenamiento complementa la actividad física con el cuidado personal y el encuentro con uno mismo. Busca reducir el estrés causado por el intenso ritmo de la vida cotidiana orientando a las personas a velar por su bienestar general.
En qué consiste el método japonés
Esta antigua práctica, redescubierta en la actualidad se trata del slow jogging o trote lento consciente. Una práctica desarrollada por el profesor de la salud Hiroaki Tanaka de la Universidad de Fukuoka. Nació como resultado de una búsqueda sobre una actividad deportiva fácil que pudiera ser prácticada por cualquier persona, pero sobre todo beneficiosa sin forzar el cuerpo. La clave es forjar una salud integral, que armonice las dimensiones físicas, psíquicas y emocionales del hombre. Promete resultados beneficiosos para quienes lo practiquen.
Expertos recomiendan empezar con un trote suave a una velocidad de 4-5km/h, los corredores de nivel intermedio encontrarán su en el rango en los 7-8km/h, y quienes se encuentren en buena forma y practican deporte a diario pueden alcanzar velocidades de hasta 12 km/h al trotar lento. Este método consiste en dar pequeños pasos a una cadencia de aproximadamente 180 pasos por minuto, apoyando la parte media del pie para aprovechar la amortiguación natural del arco plantar.
Beneficios del slow jogging
-Promueve el bienestar cardíaco: Las evidencias destacan que “el ejercicio frecuente y moderado reduce la mortalidad cardiovascular en un 30%, 7 veces la posibilidad de muerte súbita y 50 veces la incidencia de infarto”.
-Previene enfermedades propias del mundo contemporáneo: diabetes, obesidad, hipertensión.
-Fortalece la inmunidad del cuerpo: disminuye la inflamación sistémica, el estrés oxidativo y fortalece el sistema inmunológico
-Contrarrestra la demencia senil y el alzhéimer
-Ayuda a perder peso: quema el doble de calorías que la caminata. Expertos confirman que trotar lentamente “genera más gasto de energía que caminar rápido”, al activar un consumo metabólico óptimo de las grasas almacenadas como combustible.
-Transforma la salud mental: tomar más aire fresco mejora el pensamiento y la resolución creativa de problemas.