La confesión de una boxeadora tucumana que sueña con ser campeona mundial: "No sabía saltar la cuerda y hoy soy la n°2 del mundo"

La confesión de una boxeadora tucumana que sueña con ser campeona mundial: "No sabía saltar la cuerda y hoy soy la n°2 del mundo"

Lucrecia Manzur tuvo un 2024 muy positivo y espera este año pelear por el titulo mundial

ENTRENANDO. Lucrecia Manzur es la segunda en el ranking mundial de peso pluma. LA GACETA / DIEGO ARAOZ
Benjamín Papaterra
Por Benjamín Papaterra 06 Enero 2025

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¿Las vendas? Colocadas y firmes. Lucrecia Manzur cierra el puño, prueba si están cómodas y recién entonces se calza los guantes. El entrenamiento de la “Turquita”, de 25 años, no tiene vacaciones. El objetivo está claro: ser campeona del mundo, y para lograrlo no puede dar ni un segundo de ventaja a sus rivales. Es cierto, no tiene lujos ni entrena en gimnasios de última tecnología. La vida de la boxeadora podría compararse con cualquiera de las películas de la saga de “Rocky”: mucho esfuerzo, mucho corazón y una enorme garra para enfrentar las adversidades. Después de 10 años, la fórmula empezó a dar resultados. Ya tiene tres cinturones colgados en sus hombros: el argentino, el sudamericano y el OMB latino. Según la última actualización del ranking de la WBO (Organización Mundial de Boxeo) de diciembre de 2024, la tucumana ocupa el puesto número 2 de la categoría peso pluma (hasta 57,15 kilogramos), solo por detrás de la danesa Sara Mahfoud.

Los triunfos no han cambiado su rutina. La “Turquita” realiza ejercicios de fortalecimiento por la mañana, sigue una dieta balanceada y entrena por la tarde. No se permite descanso, ni siquiera en vacaciones. “El 2024 fue muy bueno porque gané tres títulos importantes, pero todavía falta mucho para alcanzar mi objetivo. Vamos bien, pero no estoy satisfecha y sé que puedo llegar más lejos”, asegura. El récord de Lucrecia es digno de elogio: 16 peleas, 12 victorias y cuatro derrotas, dos de ellas por knockout.

La última derrota, frente a Daniela Bermúdez, fue la más dolorosa. No tanto por el resultado deportivo, sino por la manera en que ocurrió. En el tercer round, la santafesina le asestó un golpe en la oreja que le provocó un corte y, por ende, el final del combate. “Tenía un poco de líquido acumulado, pero nunca pensé que explotaría así. Eso me causó una pequeña depresión, pero supe superarlo y volví rápidamente después de la operación”, relata.

BUEN CIERRE. Lucrecia Manzur tuvo su mejor temporada en 2024. LA GACETA / JOSÉ NUNO

Tras aquel episodio, la tucumana acumuló tres victorias consecutivas. La más recordada fue contra Marcela Acuña, un sueño cumplido para ella. Nunca imaginó vencer a su ídola, pero ese logro no la conforma. Entre sus metas está enfrentarse a la puertorriqueña Amanda Serrano, una de las leyendas del boxeo femenino. El historial de Serrano habla por sí solo: 51 combates, 47 victorias, tres derrotas (todas por decisión) y un empate. Además, ostenta cuatro títulos mundiales: el de la Federación Internacional de Boxeo (IBF), la Organización Internacional de Boxeo (OIB), el Consejo Mundial de Boxeo (WBC) y la Organización Mundial de Boxeo (WBO). “Estoy trabajando para llegar a enfrentarla. Es un objetivo que tengo. Ahora estoy un poco más cerca, pero ella está a años luz”, admite.

El presente le trae recuerdos a Manzur. Su inicio en el deporte, cuenta la “Turquita”, fue por una invitación de su padre, Gabino Manzur, quien también fue boxeador. “Él me preguntó si quería entrenar. Probé y me gustó”, recuerda. Lo curioso es que la joven no tenía técnica ni conocimientos sobre el boxeo. “No sabía ni saltar la cuerda ni golpear la bolsa. Me daba vergüenza porque no sabía hacer nada, pero después de seis meses de entrenamiento debuté en amateur y, desde entonces, no paré. Me enamoré de este deporte”, confiesa.

Los desafíos de Lucrecia Manzur

Practicar boxeo no fue una decisión fácil dentro de su casa. Su madre, Graciela Giménez, dudó en autorizarla, aunque con el tiempo terminó aceptando. “No me va a ver porque no le gusta verme pelear. Se siente incómoda con esas situaciones”, explica Lucrecia. Otra duda que surgió fue si debía centrarse únicamente en el boxeo. La joven cuenta que más de una vez pensó en dedicarse al fútbol y estuvo cerca de sumarse a los entrenamientos en los clubes de Villa Alem.

A TODO O NADA. La boxeadora, Lucrecia Manzur, quiero pelear el titulo mundial. LA GACETA / DIEGO ARAOZ

“Estuve cerca de anotarme en Tucumán Central o en Amalia, pero al final desistí porque practicar dos deportes me hubiera desgastado y expuesto a lesiones. Por eso decidí enfocarme solo en el boxeo”, comenta.

El listado de desafíos no termina ahí. La “Turquita” asegura que la manutención económica es complicada para las boxeadoras. “Si no fuera por la ayuda de mis padres, creo que no podría seguir entrenando. Todavía no gano dinero con esto, todo es esfuerzo. Mi mamá se encarga de que cumpla mi dieta, mi papá es mi entrenador y mi promotor organiza todo lo relacionado con mi salud mental y los combates. Es una lástima que a esta altura no tenga ingresos fijos”, critica.

A pesar de las dificultades, el crecimiento de la tucumana parece no tener techo. Queda un largo camino hacia la cima, pero sueña con alcanzarla. Para eso, trabajará incansablemente hasta lograrlo.

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