El verano en Tucumán es sinónimo de altas temperaturas, de jornadas largas y de una demanda eléctrica que se dispara en busca de alivio al calor. En este contexto, resulta fundamental reflexionar sobre el uso responsable de la energía eléctrica, no solo como una medida solidaria para garantizar el suministro equitativo para toda la población, sino también como un acto de cuidado del ambiente y de la economía personal.
La electricidad es un recurso limitado; en especial, durante los meses de mayor demanda. Durante el verano -que en nuestra provincia arranca antes y acaba después de lo que prevé el calendario-, los sistemas de aire acondicionado se convierten en protagonistas en hogares, oficinas y comercios. Sin embargo, su uso desmedido puede generar sobrecargas en el sistema -con los consecuentes cortes de suministro- y un aumento significativo en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En este sentido, resulta crucial adoptar medidas que optimicen el uso de la energía eléctrica sin comprometer el confort térmico. Y en ese sentido, valen algunas recomendaciones para el uso responsable de los equipos de aire acondicionado: Configurar la temperatura adecuada: en general, se aconseja mantener el termostato en 24° C. Cada grado menos representa un aumento considerable en el consumo eléctrico, sin mencionar que puede generar problemas de salud debido al contraste térmico con el exterior. Aprovechar el modo “ECO” o “Ahorro de Energía”: muchos equipos -sobre todo, los modernos- cuentan con funciones diseñadas para optimizar el consumo eléctrico. Estas configuraciones permiten mantener una temperatura agradable con menor gasto de energía. Cerrar puertas y ventanas: para que el aire acondicionado funcione de manera más eficiente resulta indispensable evitar fugas de aire frío. Cortinas o persianas también ayudan a reducir la entrada de calor desde el exterior. Realizar mantenimiento periódico: limpiar los filtros de los equipos no solo mejora su rendimiento, sino que también reduce el consumo y prolonga la vida útil del aparato. Utilizar ventiladores como complemento: estos aparatos ayudan a distribuir el aire frío de manera más uniforme, y esto hace que el aire acondicionado trabaje menos. Por otro lado, es importante también adoptar medidas generales de ahorro eléctrico, como apagar luces y electrodomésticos cuando no estén en uso, sustituir bombillas incandescentes por LED, y desenchufar aparatos que permanecen en “modo stand-by” (cargadores de celulares o de notebooks, por ejemplo, y el microondas). El uso responsable de la energía no solo tiene implicancias inmediatas en la estabilidad del suministro durante las olas de calor. También es una oportunidad para reducir nuestra huella de carbono y para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Tucumán, como parte de una región que ya experimenta los efectos de temperaturas más extremas, puede plantearse el desafío de ser un ejemplo en adopción de prácticas sostenibles.
Por último, no podemos dejar de mencionar el impacto económico del ahorro energético en los hogares. Las facturas de electricidad pueden representar una carga significativa en los presupuestos familiares durante el verano, y cada acción destinada a reducir el consumo resulta también un alivio para el bolsillo. En suma, la responsabilidad en el uso de la energía eléctrica durante el tórrido verano tucumano no es solo una opción, sino una necesidad compartida. Con pequeños cambios en nuestros hábitos, podemos marcar una diferencia significativa, garantizando bienestar para todos y un futuro más sostenible.