Los grandes telescopios tanto espaciales como terrestres llaman la atención. Cuánto más grande es el espejo más difusión tienen. Esto lleva a pensar que los telescopios pequeños no sirven y que pronto van a desaparecer. Es cierto que con telescopios más grandes se pueden observar objetos más lejanos y más detalles de los cercanos. Pero hay muchas cosas que se pueden observar con telescopios pequeños.
Los grandes telescopios son caros de construir y operar y no son tantos. Es más difícil conseguir tiempo de observación en los telescopios más pequeños.
Lo mismo ocurre con los telescopios espaciales. Con el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb (JWST), el más grande en vuelo, muchos pensaron que el resto de los telescopios espaciales quedaban obsoletos. Sin embargo, el Telescopio Espacial Hubble sigue sorprendiendo con sus descubrimientos. Incluso telescopios más pequeños como el Kepler, aún aportan descubrimientos aunque ya no estén funcionando porque todavía no se han analizado todos sus datos. Algunos de estos pequeños telescopios espaciales, como TESS tienen varios pequeños telescopios que trabajan coordinadamente. Kepler y TESS se han construido para buscar planetas extrasolares y han sido muy exitosos.
BRITE-Constellation quizás no es tan conocido, pero es muy original.
El proyecto, que se comenzó a desarrollar en 2002, es un conjunto 6 nanosatélites cúbicos de 20 centímetros de lado que portan un telescopio con un espejo de 3 centímetros cada uno y funcionan coordinados. De este proyecto participan Canadá, Austria y Polonia. Los satélites se lanzaron entre 2013 y 2014. Uno de ellos se perdió en el lanzamiento, dos se desactivaron el 2019 y 2020 debido a diferentes fallos. Los 3 restantes siguen funcionando.
Con estos satélites de han obtenido resultados importantes sobre estrellas masivas, estrellas pulsantes, intercambio de masa entre estrellas cercanas, etc. No se darán detalles sobre los resultados particulares, lo importante es que las observaciones complementaron resultados obtenidos observando desde Tierra permitiendo conocer más sobre los objetos del cielo.
¿Tiene sentido poner en órbita telescopios tan pequeños con el alto costo que esto significa?
Observar desde el espacio es más eficiente que hacerlo desde Tierra porque hay menos interferencia de la atmósfera. Los objetos se ven más brillantes, lo que permite observar más detalles, incluso se puede observar radiación que es absorbida por la atmósfera.
El lanzar telescopios pequeños fue una idea muy novedosa que permitió a varios países desarrollar tecnología aeroespacial nueva, incluso algunos sin una gran trayectoria en el tema.
Se puede solicitar acceso a los datos e incluso hacer propuestas de observación, quizás es una oportunidad para ir familiarizándose con la observación astronómica espacial.
El costo de este proyecto fue de 6 millones de euros hasta el momento, muy inferior a los 10 mil billones de dólares que costó en JWST o los 600 millones de euros del telescopio Euclid.
Cuando estuvo en riesgo su continuidad debido a problemas presupuestarios hubo aportes de particulares que le permitieron seguir funcionando.
Las observaciones de los satélites BRITE no son comparables a las de Euclid o JWST pero son muy útiles para la investigación astronómica. Es un proyecto de bajo costo que podría entusiasmar a países con poco desarrollo en la investigación espacial y tecnología astronómica como para ir avanzando en el tema.