Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, es fundamental prestar atención a nuestra alimentación para manteneros saludables. Las frutas de temporada, las ensaladas frescas y las opciones ligeras se convierten en aliados esenciales para enfrentar el calor. Además, adoptar hábitos de hidratación constante y evitar los excesos puede marcar la diferencia en nuestro bienestar durante esta época del año.
"Es fundamental garantizar una correcta hidratación, especialmente en una provincia como Tucumán, donde el verano trae calor y humedad. Siempre recomiendo el consumo de al menos ocho vasos de agua diarios. Para quienes encuentran difícil consumir agua pura, unas sales de rehidratación oral caseras son una excelente opción. Estas combinan jugos de frutas, azúcar y una pizca de sal, aportando minerales y azúcares necesarios para el organismo", afirmó la encargada del Tráiler de Enfermedades Crónicas en Villa Carmela, nutricionista Andrea López.
En cuanto a las comidas nocturnas, la experta sugirió mantener una alimentación equilibrada, incluso cuando los horarios de comida se ven alterados por las altas temperaturas. Para aquellos que no cenan, recomendó preparar una merienda completa que incluya frutas, proteínas como huevo, grasas saludables como las que aporta la palta, y fibra, evitando basar la comida solo en harinas.
Para quienes prefieren cenar, la profesional aconsejó optar por platos livianos como omelettes, sopas o ensaladas con proteínas como pollo o huevo. También destacó que un bife o una milanesa al horno acompañados de ensalada serían una opción más completa, aunque un omelette con verduras también puede ser suficiente.
En relación a los pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes, López enfatizó la importancia de no descuidar los hábitos saludables adquiridos durante el año, incluso en vacaciones. "Cuando se está fuera de casa, es clave buscar opciones que incluyan proteínas como carnes, huevos y verduras. Si no es posible evitar los carbohidratos pesados, como pastas o arroz, es necesario acompañarlos con ensaladas para incluir fibra y mantener el equilibrio", explicó.
Por otro lado, al referirse a la alimentación posterior a actividades físicas como nadar o ir al gimnasio, la nutricionista recomendó optar por lácteos, frutas, panes integrales o avena, combinados con proteínas. Según explicó, estas alternativas ayudan a evitar recurrir a opciones menos nutritivas, como facturas o tortillas.
Finalmente, la nutricionista subrayó que pequeños ajustes en la alimentación diaria pueden marcar una gran diferencia durante el verano. "El secreto está en priorizar comidas balanceadas, livianas y acompañarlas con una correcta hidratación. Estas prácticas simples nos permiten disfrutar del verano cuidando nuestra salud", cerró.