Jocelyn Wildenstein, conocida mundialmente como la "mujer felina", falleció en París a los 84 años tras sufrir una embolia pulmonar.
Su vida, marcada por un estilo de vida opulento, cirugías extremas y un divorcio multimillonario, se convirtió en un símbolo de controversia y fascinación.
La metamorfosis que la convirtió en Catwoman
Nacida el 5 de agosto de 1940 en Lausana, Suiza, Jocelyn soñaba con un futuro lleno de glamour y lejos de sus orígenes modestos. En los años 90, dio inicio a un drástico cambio físico con más de 30 cirugías, invirtiendo más de 4 millones de dólares en procedimientos estéticos para emular los rasgos de un felino. Según diversas fuentes, su objetivo era complacer a su esposo, Alec Wildenstein, un apasionado amante de los grandes felinos.
Entre los procedimientos se incluyeron modificaciones en los párpados, pómulos, mandíbula y labios, resultando en un rostro tenso y ojos rasgados que desataron críticas y burlas, pero que ella defendió como la imagen que siempre deseó.
Lujo, arte y un divorcio millonario
Jocelyn alcanzó la cima del lujo al casarse en 1978 con Alec Wildenstein, heredero de una de las familias más ricas del mundo del arte. Juntos construyeron una de las colecciones privadas más importantes de Estados Unidos. Sin embargo, su unión terminó en 1997 en medio de un escándalo por infidelidad.
El proceso de divorcio fue uno de los más costosos de la historia: Jocelyn recibió 2.300 millones de euros más una asignación anual de 100 millones de dólares durante 13 años. A pesar de esta suma astronómica, su fortuna se esfumó rápidamente por un estilo de vida extravagante y malas decisiones financieras.
Declive financiero y proyectos finales
En 2018, Jocelyn se declaró en bancarrota, enfrentándose a deudas y problemas legales. Aunque intentó recuperar la estabilidad con un documental biográfico producido por HBO, su estreno sigue pendiente.
Pese a su caída económica, mantuvo una relación de casi dos décadas con el diseñador Lloyd Klein, marcada por altibajos y episodios mediáticos.