Por Jorge Figueroa
02 Enero 2025
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Gabriel Chaile es un artista cosmopolita aunque esta palabra pareciera pertenecer a otro tiempo. El GPS ubica al tucumano en países distintos; en ciudades de inmensos rascacielos o en territorios planos como lo son donde tiene ubicado su taller central, en Lisboa (que es el permanente, y otro eventual, en Buenos Aires). En barrios pobres como La Boca y en un country (Escobar, en Malba- Puertos). En tres o cuatro meses trabajará en tres continentes: Europa, América y Asia.
Seguir su recorrido por los títulos de importantes medios de comunicación: “Chaile conquista Londres”, escriben al referirse a la presentación de su escultura “Hornero” (finalista en la convocatoria de la National Gallery para ser exhibida en la plaza de Trafalgar). Antes había exhibido “Mama luchona” que en noviembre 2021 llegó a la tapa del suplemento Weekend Arts del New York Times; “Mamá luchona”, de 4,15 metros de altura, “una figura que remite a las cerámicas condorhuasi, tiene 300 huevos incrustados y un rostro en el frente”, le contó a LA GACETA el artista (hoy se la puede ver en la city porteña, en el espacio Arthaus) . “Una imponente escultura de arcilla de Chaile, es una celebración de la vitalidad aún viva de las culturas indígenas precoloniales de su país natal, Argentina”, dice Holand Cotter, codirector de crítica de arte del New York Times.
En la Bienal de Venecia de 2022 el empresario Eduardo Costantini, fundador y presidente del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), adquirió para su colección personal las cinco piezas que expuso en la bienal. Y desde hace pocos meses existe un Pabellón con su apellido en el nuevo museo de Costantini, Malba- Puertos, en la localidad de Escobar.
Este año, de Londres a Estados Unidos y luego regresando al país. Pero en agosto y noviembre, en Los Ángeles y Nueva York, el discurso del artista se fue endureciendo, y promete esa dirección cuando inaugure su próxima muestra el 6 de enero en Punta del Este, en José Ignacio, nada menos. “Creo que ‘Centro Cultural Ambulante’ continuaré realizando, es como una marcha con textos que escribí y esculturas móviles”, le cuenta al periodista de LA GACETA, admitiendo que sus esculturas “parecen ahora más enojadas, soy más frontal”. O, bien puede decirse, están integradas a la cultura del tiempo preciso que viven, con un recorrido con cajas copleras. “Immigrants, you are welcome”, “Pan, trabajo”, “¿Qué significa para ti el otro?”, “Gritos del silencio” y “Basta”, son algunos de los textos.
Entrevista a Gabriel Chaile
El jueves pasado en un bar de Barrio Norte, más precisamente en el pasaje Bertrés, entrevistamos durante casi una hora de la calurosa tarde a Chaile. Entre reencuentros, confirma que hay cinco galerías que lo representan: una en Alemania, otra en Argentina, la de Brasil y dos en Estados Unidos.
- ¿Qué hiciste en Estados Unidos en estos tres últimos meses?
- Un ‘Centro Cultural Ambulante’, en Los Ángeles que se repitió en el Museo Guggenheim, en Nueva York. La performance se inició, en Nueva York, desde lo alto de la rotonda con sonidos de golpes de tambores. Aunque los asistentes no podían ver lo que sucedía, el ritmo emulaba el pulso de una marcha que descendía lentamente hacia la planta baja. En cada piso se alcanzaba a ver una escultura sostenida por una persona, que se iba sumando a medida que avanzaba la procesión, describe, confirmando el informe de la revista especializada Artishock.
- ¿Cómo sigue esta marcha?
- Me invitaron a Arabia Saudita a interpretar el Corán. Es una cerámica que tiene agua y aceite. Una metáfora de esta relación y peensaba en una forma de convivencia, y le propuse a la Bienal llevar una cerámica que ya estaba hecha en Portugal y conseguir otras que estén efectuadas en Arabia, Con aceite de oliva y agua, trabajar como una suerte de mamuschka, con una cerámica que tenga agua y la otra el aceite. Me intriga y me interesa, me da un poco de miedo, porque tampoco le quiero faltar el respeto a nadie. Hay que ser muy cuidadoso con el sistema religioso en general. La Bienal de Arte Islámico se inaugura el el 25 en la zona oeste del aeropuerto internacional, sobre la arena.
- En 2024 también inauguraste en el nuevo Malba- Puerto...
- Sí, pusieron un pabellón en el que puedo decidir con qué obra dialogar. Ahora se inauguró con textiles wichis de Claudia Alarcón y estuvo curada por Andrei Fernández. Muchos críticos no están acostumbrados al textil, y que requiere una determinada forma de exhibir; no conocen que el textil no se asienta en el muro como es la forma clásica, no va afirmado, sino colgado por lo general (se refiere a cómo alguna crítica recibió esta puesta en escena).
- Hay cambios en tus obras, una revista describió que estabas más directo…
- En realidad, como hablábamos recién estoy pasando por distintos países con un proceso de acelere, de viajar mucho viendo distintas idiosincrasias o políticas distintas, está la percepción general del avance de la derecha en el mundo. Me gusta que me acompañen curadores, curadores, porque hablando termino haciendo un dibujo en la pared, que no era mi plan, pero sí estaba en mi cuaderno.
- Trabajas con notas y bocetos, algo que parece tan lejano a lo contemporáneo…
- Claro, sí. Siempre estoy con una libreta donde tomo notas de cosas que escucho o veo…a veces eso son los títulos de algunas obras. Me paso mucho tiempo observando comportamientos e imágenes que tienen que ver con cosas con las que yo siento familiaridad.
- Me hablabas de la vagancia…
- Soy fan de la vagancia. Me gusta perder el tiempo y mi equipo de trabajo que armé es muy parecido, un par de semanas escuchamos música o bailamos hasta que algo se nos ocurre o surge. Tengo mucho trabajo, tres proyectos, y no sé si aceptaré los tres, en Países Bajos. En Montana (Estados Unidos), hay una propuesta que trabaja con una comunidad indígena. Y la exposición individual en una nueva galería en Nueva York; en la Bienal del Mercosur (abril), julio para descansar y otros proyectos para 2026, con la residencia en Italia, que la quiero hacer porque necesito descansar y me dejan que no haga nada.
- En la primera semana de enero, en José Ignacio…y la antropología.
- Siempre trabajo con la antropología de la imagen, investigando lo que estás detrás. Presento lo que está trabajado como selva…trabajé las pinturas de Linares (Ezequiel), la obra del fusilamiento, y en esas pinturas en las que de las plantas salía la punta de un fusil (NdelaR: serie “Jardín de la República”). Hay dibujo, objeto, estructura que son los mismos diseños, imágenes preindígenas, quería hacer el dibujo de la selva, me gustar trabajar con la antropología de la imagen, investigar lo que está detrás de la imagen,
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