01 Enero 2025
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Han pasado tres lustros del último día en el que Mercedes Sosa estuvo presente en el mismo plano con quienes aún escuchamos su voz, pero su presencia sigue latente y más fuerte que nunca, tanto en lo musical como en lo social. Se han hecho infinidad de producciones periodísticas y libros sobre ella, se han rodado numerosos documentales y la cantidad de homenajes resulta incontable porque su figura trasciende todas las barreras.
“And now from Tucumán, Argentina… ¡Mercedes Sosa”, dice un presentador y es lo primero que escuchamos al darle play a “Mercedes Sosa en New York, 1974”, el inédito disco que salió hace unas semanas con las grabaciones del espectáculo que la tucumana ofreció en el teatro Tawn Hall de Manhattan.
Sucedió hace 50 años y el disco devuelve aquel espectáculo al presente para conquistar los oídos de nuevos oyentes y amantes clásicos del folklore. Son 34 canciones, incluyendo grandes temas como “Al Jardín de la República”, “Acércate cholito”, “Hasta la victoria”, “Alfonsina y el mar” y muchas otras que conforman un repertorio elegido minuciosamente. En él la cantora retrató la coyuntura política y social que atravesaba Latinoamérica en ese momento. Esas canciones sonaron en territorio estadounidense, pese a los intentos de sabotaje que tuvo que enfrentar el concierto.
“La salida de este disco podría significar el resurgimiento de la canción de compromiso y protesta”, dijo uno de los sobrinos de Mercedes, Jorge “Coqui” Sosa, sobre el material.
Durante una hora y 26 minutos, Mercedes, en uno de los mejores pasajes de su carrera, logra una de sus mejores actuaciones en suelo internacional, únicamente acompañada por Santiago “Pepete” Bértiz, el virtuoso guitarrista mendocino que la acompañó hasta pocos años después.
El disco llegó acompañado por un documental recopilatorio, con videos en blanco y negro de aquella actuación, junto a la opinión y análisis de artistas como Víctor Heredia, Teresa Parodi, Soledad Pastorutti y Abel Pintos.
Esta novedosa propuesta puede significar el puntapié inicial para que más trabajos de la tucumana se desempolven, editen y vuelvan a brillar tras muchos años. “El trabajo que hicieron con el disco es maravilloso, escucharlo completo es increíble. De alguna manera, mi tía ‘Marta’ siempre vuelve al presente y su discurso sigue vivo gracias a la gente que hace este tipo de cosas. Hay mucho material que sigue por ahí, grabaciones de ella cantando temas que sólo interpretó en otros países y que todavía pueden salir”, anunció premonitoriamente Adrián Sosa, otro sobrino de la cantante.
El paso del tiempo parece no haberle pasado por encima a “La voz de América” y su recuerdo resuena con fuerza en los rincones de la provincia; no sólo en las reproducciones, reversiones y nuevos lanzamientos de su música, sino también en los homenajes que mantienen viva su figura y su legado en Tucumán.
A comienzos de noviembre, la Legislatura sancionó un proyecto que le daba el nombre de la cantora a la ruta provincial 340, en el tramo comprendido entre la comuna rural de San Javier y su intersección con la ruta provincial 341, en Raco.
Además, este año se hizo una revalorización en el Mirador Mercedes Sosa (el lugar donde fueron esparcidas sus cenizas), ubicado en San Javier, que fue sede del lanzamiento de “Las Huellas de Mercedes”. Se trata de un homenaje que apunta a rememorar y destacar sitios importantes en la vida de la artista. En principio, estos sitios son el Museo Folklórico, el Hotel Metropol, el parque 9 de Julio, la escuela San Martín y la peña El Alto de la Lechuza.
La propuesta, impulsada por el Ente Tucumán Turismo, incluyó actividades organizadas a fines de octubre con el propósito de lograr que la voz de la artista sea declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco.
“Tucumán siempre fue el epicentro de la cultura y no es casualidad que Mercedes haya nacido aquí. Si cuidamos su legado, la provincia se verá beneficiada”, sentenció “Coqui” Sosa al referirse a los homenajes.
Es innegable que la imagen y el sonido de una de las voces más importantes del país mantiene su vigencia y ha sobrevivido al avance de los cambios tecnológicos, al surgimiento de las plataformas musicales, al arrollador desarrollo de las inteligencias artificiales. Y por sobre todo, ha logrado salir airosa de una batalla contra el enemigo más difícil al que se enfrenta el legado de un artista y el de una persona: el olvido.
Ya sea por relanzamientos musicales o iniciativas impulsadas por entidades gubernamentales, por los involucrados en la Fundación Mercedes Sosa o incluso por sus más acérrimos fans, el impacto cultural y social que dejó la artista tucumana por excelencia se mantiene con fuerza en una provincia que no la olvida y se aferra a aquella voz que tanto le ha regalado.
“Mercedes siempre fue una mujer muy sencilla, le dolía la cabeza igual que a cualquiera, se sentaba a ver películas como cualquier otra persona. Pero era su sensibilidad y ternura lo que la caracterizaba y la hacía diferente. En la actualidad se la recuerda porque ella siempre estuvo del lado de la gente, Mercedes era de la gente”, destaca Adrián Sosa.
“Lo que más gusto es poder partir, ya sin miedo / mejor ahora es poder volver cuando quiera”, canta Mercedes en “Encuentros y despedidas”. Esas palabras reflejan su más grande poder: el de siempre volver, el de nunca ser olvidada. Esa resiliencia histórica y su avasallante legado son las cualidades que le permiten anteponerse al olvido y reforzar año tras año el valor de su historia y de su arte para nuevos y viejos oyentes. Mercedes Sosa fue, sigue y seguirá siendo eso, una huella cultural imborrable que es capaz de vencer al olvido y derrotar al paso del tiempo a través de su voz.
Producción periodística: Leandro Díaz.
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