Del ancla fiscal a la motosierra profunda: Javier Milei y su ruta hacia 2025

Del ancla fiscal a la motosierra profunda: Javier Milei y su ruta hacia 2025

El ajuste histórico y los desafíos futuros para un Presidente que llegó como un torbellino a la Casa Rosada.

“Somos el mejor gobierno de la historia argentina”. La frase retumbó la noche que el presidente Javier Milei recibió el premio “Juan Bautista Alberdi” en Tucumán. Suena desafiante para un país que suele pasar de la crisis a la expansión sin escalas, pero que -a lo largo de tantos años- no pudo estabilizar su economía ni presentarse como nación fiable en el mercado internacional.

El ancla fiscal fue una de las claves para cambiarle el humor a los argentinos. ¿Cómo es posible que el ajuste sea soportado por la sociedad? La respuesta está en el descrédito de la política por las anteriores experiencias gubernamentales. La Argentina no pudo subirse a la senda de la estabilidad en años de vacas gordas, mucho menos en los de vacas flacas. Así, el economista libertario transita una prolongada luna de miel, en la que su imagen se sostiene en niveles elevados, al son de una inflación que se desaceleró tanto como la típica mirada argentina en las pizarras de las agencias de cambio para saber si el dólar le marcará el rumbo a sus decisiones económicas.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubica hoy por debajo del 3%, mientras que hace un año, con la herencia que dejó el peronista Alberto Fernández (desequilibrios macroeconómicos) sumada a la actualización brusca de los precios, ese indicador se ubicó en un 25,5% y expuso a la Argentina ante el riesgo de la hiperinflación. El ajuste lo pagó en parte la política, con menores transferencias de recursos federales y el congelamiento de la obra pública, pero también con la quita de subsidios a los servicios y la reducción del gasto previsional que impactó de lleno en los haberes jubilatorios. Eso justifica otra frase que en Tucumán lanzó el Presidente: “hicimos el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad y eso se tradujo en una caída de la tasa de inflación”.

El 2024 fue un torbellino de situaciones en las que Milei no dejó la centralidad y la capacidad de generar situaciones, negociando con la misma casta que criticó para alcanzar las metas macroeconómicas deseadas. Como sintetiza GMA Capital, la realidad económica se focaliza en un cuarteto compuesto por el inquebrantable compromiso fiscal, la nueva política monetaria, la vigencia de un dólar estable con el paraguas del cepo, y el recorte de la inflación y el mantenimiento de la confianza. Como pintura del mercado, se evidenció una terna que incluye el recorte del riesgo país por debajo de los 700 puntos básicos, el mejor carry trade en pesos en más de 30 años y retornos en acciones que permitieron duplicar el capital.

Pero para un sector de la Argentina no todo ha sido color violeta en este primer año de la gestión Milei. En términos generales, el Gobierno aplicó un muy fuerte ajuste ortodoxo para ordenar algunas variables macroeconómicas con un costo social elevado. La suba del tipo de cambio, de 118%, conjuntamente con la desregulación de vastos sectores de la economía y el incremento significativo de las tarifas de servicios públicos (luz, agua, gas, transporte), impactaron sensiblemente en los precios (la inflación alcanzó 25,5% en diciembre, 20,6% en enero y 13,2% en febrero). Sin ningún tipo de compensación de ingresos ni acuerdo de precios, esto implicó una reducción sensible de los ingresos en términos reales, detalla el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

Por su parte, las principales variables macro parecen haber mejorado. Sin embargo, presentan “pies de barro” en su evolución. Así entonces, las dudas se vinculan con el nivel de apreciación cambiaria, los dólares acumulados, el impacto en materia económica sobre sectores industriales, entre otras cuestiones, puntualiza la entidad. El CEPA observa que los jubilados y los pensionados fueron los más perjudicados por las políticas adoptadas por la actual gestión. El Gobierno aprovechó el desfasaje temporal de la fórmula previsional y modificó la fórmula jubilatoria antes de que la misma incorporara el efecto sobre salarios y recaudación, considera. Y agrega que a ello se suman las restricciones en el acceso a medicamentos por parte de uno de los sectores más empobrecidos de la Argentina.

El “torbellino Milei” todavía busca pisar en la política. La Libertad Avanza es un partido incipiente con un líder fuerte que, en 2025, intentará consolidarse como fuerza. El Gobierno encuentra su oasis de estabilidad en los periodos en los que la economía aparece controlada y sufre sus picos de negatividad cuando la misma atraviesa momentos de incertidumbre, plantea Zuban Córdoba y Asociados. Eso explica, en gran parte, la buena performance libertaria.

No es riesgoso asumir que mientras se mantenga la baja de la inflación, el Gobierno no debería tener grandes problemas. Esto es tan así que es el verdadero diferencial, el hecho objetivo que este Gobierno puede mostrar a diferencia de los anteriores que, al llegar el momento electoral, solo tuvieron explicaciones para dar y ningún hecho objetivo que mostrar, puntualiza.

Milei ingresa en la segunda fase de su plan. Pensando en 2025, el ancla fiscal no será el único requisito para sostener el rumbo económico de un país que ingresa en la zona de la recuperación. El mercado y los empresarios le exigirán que, de una vez por todas, la Argentina abandone el escenario de restricciones cambiarias.

La baja de impuestos no será posible. Antes, el Gobierno necesitará estabilizar algunas variables financieras o, en definitiva, como lo viene diciendo el Presidente de la Nación, poner en funcionamiento la motosierra profunda y avanzar con las 3.200 regulaciones pendientes de eliminación.

En esa senda, hay una sociedad que espera que la situación socioeconómica mejore y que los resultados macro se perciban en la micro, es decir, en la vida cotidiana de cada uno de los argentinos. Será en un año impar, de esos que marcan un test electoral para cada gestión de Gobierno. Milei le dice adiós a un año de fuerte ajuste. El que viene promete seguir en esa senda, pero con mayor flexibilidad en la acción y no tanto en el discurso. El economista libertario seguirá golpeando a la casta política.

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