20 años pasaron de aquella noche en la que Omar Emir Chabán pidió a los asistentes que se comportaran. La pirotecnia parecía un entretenimiento fascinante en el recital de Callejeros, un show que sería la antesala a las celebraciones de Año Nuevo. Pero todo fue una pesadilla. Una bengala tocó la media sombra que se extendía por el techo y República de Cromañón se convirtió en una hoguera. 194 muertes se lamentaron luego del incendio y en los días subsiguientes, mientras que la impunidad era el sabor amargo que los familiares de las víctimas tenían en la boca. El responsable máximo de la masacre: el referente del rock argentino y administrador del local.
Aquella noche, Chabán se encargó de frenar al público ante la intensa actividad pirotécnica que ocurría dentro del local. “No sean pelotudos. No tiren bengalas. Si alguien prende algo nos morimos todos”, dijo el administrador desde la cabina de sonido. Las seis mil personas que estaban en el concierto asintieron cuando Pato Fontanet, el líder de Callejeros les preguntó: ¿”Se van a portar bien?”. Pero dos minutos y medio después una de las bengalas tocó la media sombra del techo. 194 muertes fueron el saldo de aquella noche y la Justicia buscó desentrañar la cadena de culpables, donde Chabán fue el máximo responsable.
Dónde se encontraba Omar Chabán el 30 de diciembre
Nunca se supo y muy difícilmente se sabrá quien encendió la bengala que inició la tragedia, pero Chabán resultó ser la cara responsable de los hechos. Recibió la condena más alta cinco años después, luego de haber repasado en cada declaración cada movimiento de la noche. Para el dueño de Cromañón, la seguridad del local era la última culpable.
“Mientras acontecían los sucesos, el imputado Chabán habría proferido la frase ‘yo les avisé que esto podría pasar, ahora jódanse’, para luego huir del lugar sin prestar ningún tipo de colaboración”, señalaron dos testigos. De inmediato, la jueza de la causa, María Angélica Crotto, ordenó una seguidilla de allanamientos. La prensa reportaba que estaba prófugo. Lo encontraron sobre el final de la tarde de aquel día fatídico. Estaba arrumbado en el baño de un departamento de su propiedad. Tenía un cepillo de dientes y pasta dental. No llevaba dinero ni pasaportes. Quedó inmediatamente preso. Más tarde aseguró que estaba en shock. Que pensaba suicidarse.
Excarcelación e indignación social
En febrero del 2005, la jueza Crotto ordenó el procesamiento con prisión preventiva de Chabán por el delito de “homicidio simple en concurso real en 192 casos (más tarde se sumarían los otros dos fallecidos). “Las 192 muertes no han sido por obra del azar ni de la casualidad, sino por las omisiones y acciones del propio Chabán. Mientras cientos de personas luchaban por salir con vida del local a su cargo, Chabán se limitó a retirarse del lugar normalmente y con una actitud tranquila”, dijo la jueza. Pero advirtió que no era el único responsable y dictó el secreto de sumario.
El 13 de mayo de 2005, la Sala V de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional decidió dejar en libertad al empresario Omar Chabán. Los camaristas Gustavo Bruzzone y María Laura Garrigos de Rébori sostuvieron que no existía prueba concreta en el caso de que el imputado pudiera fugarse o entorpecer la investigación. Pero aquello desató la furia y la indignación de todas las víctimas. En una oportunidad, el padre y los hermanos de unas de las víctimas apedrearon la casa, rompieron vidrios, le gritaron “asesino”.
2009, juicio y máxima condena
Para 2009 llegó el juicio. Chabán no era el único en el salón. Estaban Callejeros y su manager, el entorno de Chabán, los policías acusados de cobrar coimas, funcionarios porteños. Fueron semanas de escuchar a los sobrevivientes contar cómo aquel boliche se había transformado en un infierno. A Chabán le dieron 20 años de cárcel. En ese momento tembló, contó después. Estrago doloso calificado por muerte. En ese juicio, a los Callejeros los absolvieron.
“Los tres pendejos que quemaron el lugar son los responsables. Me parece una hijaputéz que no digan quiénes fueron, porque lo saben. Hay un pacto de silencio, porque yo soy el capitalista hijo de puta, entonces les robé la plata a ellos. Entonces yo soy el único hijo de puta”, decía Chabán. A los padres, sin embargo, siempre les pidió perdón. Decía que él debió haber muerto aquel día.
Apelaciones mediante, hubo un cambio de calificación. El incendio no podía interpretarse como intencional (con dolo) y los Callejeros no podían quedar absueltos. Pero se agregó el delito de cohecho para Chabán, a quien le terminaron fijando la pena en once años y nueve meses. Recién cuando a la defensa le denegaron el recurso extraordinario ante la Corte Suprema, Chabán debió volver por tercera vez a prisión. En la tarde del 20 de diciembre de 2012, Chabán se presentó solo en tribunales y quedó detenido.
Chaban insistía en que “lo que pasó en Cromañón es culpa colectiva”. En una de sus últimas entrevistas que le hizo el periodista Pablo Plotkin para la revista Rolling Stone, Chaban afirmó: “Acá había una ideología de la bengala, una cosa viril y machista. Yo acepto mi responsabilidad en Cromañón, Callejeros también, pero el público es responsable con nosotros. No penalmente, pero sí a nivel social. ¿Por qué nunca nadie habla de ellos?”
Chabán creyó que “era culpable”
El empresario no estaba bien de salud para aquel momento. Entró a enfermería y se quedó allí, sin pasar nunca a una celda. Según los médicos, tenía la enfermedad de Hodgkin, un cáncer que ataca al sistema inmunológico y deja al cuerpo sin defensas. En 2013 le otorgaron la prisión domiciliaria. Llegó a pesar 50 kilos. Tenía miedo de que lo lincharan y lo mataran. Sentía mucha bronca porque Callejeros estaba en libertad y él no. “Mi miedo no era ficticio. De hecho pasó. Estuve preso. Hoy ya sé cómo es. Entiendo bien lo que pasa y ya no siento nada. Incluso yo estoy de acuerdo con lo que dicen. Yo creo que soy culpable. De verdad soy culpable. Pero estoy en desacuerdo con que no se acepte que todos son culpables a la vez. Cuando se acepte eso socialmente, entonces yo voy a estar completamente de acuerdo. Sólo eso quiero”, dijo tras el fallo de la Corte Suprema.
Chabán murió a los 62 años, el 17 de noviembre de 2014 en el Hospital Santojanni. Confesó que nunca dejó de pensar en ese fatídico 30 de diciembre. “En Cromañón, en las muertes. Por más que trate de evitarlo, el inconsciente me gana. Es una obsesión”, dijo en un reportaje.
Fuentes: Infobae