¿Vale la pena cambiar en la vejez? La ciencia dice sí, y Dardo lo confirma

¿Vale la pena cambiar en la vejez? La ciencia dice sí, y Dardo lo confirma

Adoptar rutinas saludables -con una dieta equilibrada y actividad física- y abandonar el tabaco pueden mejorar la calidad de vida. El tema pasa por saber si tal esfuerzo tiene sentido a cualquier edad.

NO DEJAR DE SOÑAR. Torres entrena en la Plaza San Martín y sus deseos son convertirse en campeón del mundo y ser reconocido en la Legislatura. la gaceta / fotos de franco vera

No había corrido ni un colectivo en 70 años. Tampoco le preocupaba la comida saludable. Pero un buen día, Dardo Miguel Torres pensó que era hora de hacer algunos cambios. Empezó por salir a caminar por la plaza San Martín, a pocas cuadras de su casa. Fue así, por casualidad, que una mañana se cruzó con el reconocido atleta Efraín Wach. El lo incentivó para que trotara, y luego terminó involucrado en el mundo del atletismo. Si se lo cuenta otro, no lo creería. Ahora, con 83 años, corre en velocidad y hace lanzamiento de disco y jabalina.

Ha pasado a un estilo de vida absolutamente saludable. “Y sí que valió la pena. Para todos aquellos que creen que no tiene sentido cambiar en la tercera edad, que ya no hay ganancias, les digo que estos son los mejores años de mi vida”, apunta Dardo, que está casado, tiene siete hijos, 14 nietos y tres bisnietos. Se jubiló como mecánico electricista de locomotoras, aunque ahora sigue ejerciendo como pedicuro, que es su otro oficio.

Rutina

Torres no imagina su vida sin realizar ejercicios. Tres veces a la semana va al gimnasio y hace musculación. También sale a correr. “Gracias a la actividad física, no tengo ningún problema de salud y no me duele nada. Solo tomo medicación para la tiroides y la próstata”, remarca el hombre, que luce más de 200 medallas en su casa, que ha viajado por distintos países y provincias compitiendo.

“Después de jubilarme, pensé que media hora de caminata en la plata iba a ser bueno para empezar a moverme”, confiesa. Ahora puede correr 400 metros en un minuto y 37 segundos. Y está buscando mejorar sus tiempos. “Tengo ganas de seguir adelante; me gustaría ganar un mundial”, detalla. La última vez estuvo entre los ocho atletas más veloces en su categoría. Correr, ejercitarse y alimentarse bien lo hacen sentir joven y vital. Solo a veces toma una copita de vino.

Hasta los 120

Los médicos nos aconsejan una y otra vez: hacer actividad física, comer saludable y no fumar ni beber alcohol son las claves para vivir más y mejor, y para evitar muchas enfermedades. Pero, la pregunta es ¿tiene sentido con 60, 70 u 80 cambiar de estilo de vida?

Para muchas personas, el primer impulso es que ya no vale la pena hacerlo en los últimos años de vida, menos si llevan una vida entera con hábitos poco saludables. Sin embargo, esto es un error, según la gerontóloga Aurora Rueda. Confiesa que ella misma tuvo que cambiar de hábitos cerca de los 70 años. Y que gracias a eso se siente cada día mejor.

DISCIPLINA. El atleta que empezó a ejercitarse hace 10 años, hoy corre en velocidad, y también hace lanzamiento de disco y de jabalina.

A toda edad es un valor añadido hacer algo por uno mismo, sostiene la especialista, sobre todo si tenemos en cuenta que el número de centenarios en el mundo y también en la Argentina es llamativo. Según se calcula, hoy es posible vivir hasta los 120 años.

“Igualmente, los geriatras venimos hablando desde hace tiempo de una coexistencia simultánea de muchas enfermedades degenerativas graves, crónicas y persistentes, que disminuyen la calidad y la cantidad de vida en las personas mayores. Habitualmente, un paciente mayor de 70 a 75 años convive con estas patologías que tienen en común la inflamación crónica. Este proceso inflamatorio, que daña las células, se puede regular de cuatro elementos básicos: nutrición adecuada, ejercicio físico, manejo del estrés y bienestar afectivo”, recalcó la profesional.

Por eso, Rueda sostuvo que sí vale la pena hacer cambios a cualquier edad: “a los 10, a los 20 o a los 70 años. Y así lograr revertir los procesos de inflamación y asegurar que las células vivan el tiempo que tienen merecido vivir”.

La gerontóloga admitió que persiste una situación prejuiciosa: “muchos creen que porque soy viejo, estoy limitado y no tengo la posibilidad de revertir los procesos que me prejudican”. “Esa es la peor de las sentencias que puedo emitir a mi favor. En este siglo, ha cambiado la concepción de la vejez. Hay una autoafirmación y un autoreconocimiento personal. Soy yo el que me reconozco como ser potente, como ser capaz de dirigir mi destino, de ser saludable, activo, feliz y desprejuiciado”.

Comer saludable, muchas frutas y verduras, es tan esencial como saber controlar las situaciones de estrés, explica. Y otro consejo que da: ver las cosas con optimismo. Parece difícil después de cierta edad, pero hay que hacerlo. “Hay que bailar, caminar, moverse, reírse, tener actividad social. El viejo de hoy no puede ser pasivo. Ni mucho menos puede aceptar un destino de desgracia. Tiene que reformatearse, cambiar hábitos y mejorar”, concluyó. Y hacerlo aún cuando sea difícil revertir por completo las enfermedades que se presentan en la vejez.

Ganar tiempo

Una pregunta común de las personas cuando llegan a la tercera edad es si pueden ganar tiempo de vida, por ejemplo, si dejan de fumar a los 65 o 70 años y teniendo en cuenta que han sido fumadores empedernidos desde jóvenes.

La doctora Cristina Orellana, quien fue referente del Programa Provincial de Lucha Antitabáquica, señaló que en cualquier momento de la vida es muy valioso poder abandonar el uso del cigarrillo. “Dependiendo de la cantidad de años que se lleva fumando, hay algunos daños que lamentablemente no se pueden cambiar; los daños a nivel del árbol respiratorio dejan su secuela. No obstante, mucho es reversible y se puede recuperar, o al menos no permitir que los perjuicios avancen”, sostuvo.

“Fundamentalmente, dejando de fumar se reduce el riesgo de enfermedades vasculares; se puede mejorar muchísimo la configuración de las capas de las arterias y las venas”, añadió la profesional.

Vuelven los sentidos

Luego de abandonar el cigarrillo, cambia hasta el aspecto de la piel. Uno se siente mejor, hasta se saborea mejor la comida. “Mejora todo lo que tiene que ver con sensaciones: el gusto, de olfato. Se empiezan a percibir olores y sabores que estaban olvidados”, detalló Orellana.

“No importa el tiempo porque aun cuando haya lesiones, el hecho de que no avancen dejando de fumar es un plus bastante interesante a considerar. Así que vale la pena en personas de 60, 70 años o más que quieren dejar de fumar, alentarlos a que lo hagan porque siempre hay una mejora”, concluyó.

Mayor autonomía

Quien reorganice sus costumbres con edad avanzada sí puede mejorar su calidad vida. Además, la rutina de ejercicios permite mantener durante más tiempo la autonomía en la vejez. Así lo explica Adolfo Steimberg, profesor de educación física.

“Nunca hay edad para empezar la actividad física. No hay límites. Lo interesante es que uno puede hacer ejercicios adaptados, planificados por profesionales preparados. En los adultos mayores, el trabajo de fuerza es crucial para tener una densidad ósea y una independencia física. El ejercicio nos ayuda para prevenir la osteoporosis y la fragilidad, al estimular el crecimiento muscular y óseo. También promueve un bienestar mental y emocional, ayuda a que los adultos mayores se sientan mejores y más saludables, y tengan fuerza en las piernas para evitar caídas”, resaltó.

Steimberg, que es entrenador de personas de la tercera edad, siempre recomienda hacer trabajo de fuerza más que hacer una caminata, por ejemplo, ya que lo primero les permite estar más erguidos, con más fuerza para estar parados, si quieren levantar cosas, subir escaleras y corregir posturas.

“El ejercicio de fuerza ayuda a ganar tonicidad, algo que uno pierde en los músculos a medida que pasan los años”, precisó.

El profesor ha sido testigo de cambios rotundos en sus alumnos, muchos de los cuales empezaron a moverse después de los 60 o 70 años. “Por suerte, en los gimnasios hoy encontramos más adultos mayores trabajando a la par de los adolescentes y jóvenes. Obviamente, cada uno con sus cargas. Y también hay personas de la tercera edad que están tomando algunos suplementos que los mismos médicos se los recomiendan para poder trabajar mejor y estar más cómodos”, comentó.

Recomendaciones

Cambiar las costumbres arraigadas en toda una vida no es fácil. Tal vez lo ideal es que si una persona tiene que dejar de fumar, modificar su alimentación y hacer actividad física lo haga de a poco, una cosa por vez.

Según los especialistas, hay que fijarse objetivos pequeños y medibles. para no correr el riesgo de fracasar en el intento, sentir grandes frustraciones y retomar el modelo anterior de vida,

Quien quiera empezar a moverse, puede buscar ayuda de un profesional. Otra recomendación es buscar una actividad grupal.

En cuanto a las dietas, no se recomiendan que sean muy intensas en la vejez. Siempre deben ser supervisadas por un médico para evitar la desnutrición.

No hay que olvidarse -remarca la doctora Aurora Rueda- de que un estilo de vida sano también incluye ocuparse del bienestar mental. Y en ese sentido, la actividad social y afectiva son esenciales.

Para Dardo Miguel Torres, animarse a dar el primer paso es lo más importante. Y después todo empieza a mejorar. Solo hay que cambiar el chip. Porque como dice una frase que circula por las redes sociales: “no dejamos de movernos porque envejecemos; envejecemos porque nos dejamos de mover”.

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