“Ay para Navidad”, “Zamba de la Navidad”, “Los pastores”, “Despierta Navidad” y “La anunciación” serán algunas de las canciones vinculadas con el tiempo festivo que estamos atravesando que Coqui Sosa ofrecerá este atardecer, a partir de las 19, a los pies del Cristo Bendicente del cerro San Javier, con entrada libre y gratuita.
“Con este espectáculo ya recorrí numerosas ciudades argentinas desde 2001 y quiero cerrar la gira en un lugar emblemático para los tucumanos. Este evento es organizado por el Ente Tucumán Turismo, que me distinguió en septiembre como Embajador Turístico de la Provincia, un nombramiento que me implica una gran responsabilidad y que me obliga a recorrer mi tierra cantando, participando de actos y charlas relacionadas a nuestra cultura e identidad, acompañado eventos y acciones afines a reforzar la tucumaneidad”, afirma el cantor, sobrino de Mercedes Sosa y quien porta el apellido con orgullo.
Para darle una identidad, el recital “Despierta Navidad” recopila el cancionero popular argentino navideño en un repertorio que reúne clásicas con nuevas composiciones folclóricas de autores como Ariel Ramírez, Félix Luna y el Duende Garnica, junto a temas de su propia autoría. “Quiero transmitir el espíritu renovado de paz y esperanza que, precisamente en estos tiempos de pesimismo, violencia y desilusión, trae una nueva Navidad: sintetiza el trascendente, notable y preciso momento para la humanidad en que Dios se acerca al hombre hecho niño”, explica para LA GACETA.
- No es algo nuevo en tu carrera abordar este repertorio...
- Hace más de 25 años que trabajo con la temática navideña, y he grabado a lo largo de mi trayectoria dos producciones musicales al respecto: “Navidad y algo más”, un disco de 2001, y “Navidad y Misa Criolla en el sur”, en 2011, en DVD.
- Es tiempo de balances, ¿cómo fue tu 2024?
- A pesar de haber sido un año muy difícil y complejo para la cultura y sus protagonistas, en lo personal tuve actividades artísticas y de gestión intensas, basadas en el objetivo que persigo desde hace muchos años: promover, incentivar y difundir la “tucumaneidad”, es decir, mi propio origen y raíz. Me concentré en dos ejes: trabajar sobre el conocimiento de la historia de Bernabé Araóz, el gran héroe tucumano de la Independencia (con este proyecto, participé en distintos eventos en escuelas públicas y grabé la marcha compuesta en su homenaje, “El clarín de la patria”, de Horacio Gallo y Ramón Víctor Juárez) y continuar cantando y rescatando el cancionero popular local con sus autores y protagonistas. Logré llevarlo a grandes escenarios, con una estupenda aceptación del público que se siente reflejado e identificado en esos poemas.
- ¿Cómo nace esa identificación?
- Por formación y conocimiento, me niego a aceptar que nuestra música popular solamente puede ser para el jolgorio. Estoy convencido que también se debe y se puede promover nuestra raíz, y respetar incluso hasta los silencios, ideas impulsadas por mis grandes maestros (Mercedes, Atahualpa Yupanqui y Rolando Valladares) a las que adhiero fervientemente. No debería ser un camino u otro, sino en todo caso ambos. Y en ese sentido es que despliego en todos los espacios que puedo el legado de mi tía, con la idea de presentar y lograr que la Unesco declare su voz como patrimonio intangible de la humanidad.
- ¿Qué se viene para el próximo año?
- Ojalá nos una a los tucumanos y a los argentinos en un espacio común de debate para definir caminos a seguir y estrategias dentro de la batalla cultural existente. En el caso del pago chico, debemos entender que todo comienza como una piedra que cae al agua y expande su circulo hacia todas direcciones.