En lo que respecta a la longevidad y la actividad física, las estadísticas pueden ser brutales. Un estudio ha logrado demostrar la diferencia exacta entre la esperanza de vida de las personas que realizan actividad física comparado con aquellos reacios a realizar algún tipo de ejercicio. De acuerdo con la investigación, aquellos adultos más sedentarios lograron prolongar su esperanza de vida significativamente al comenzar a moverse.
No es ninguna novedad que el ejercicio es bueno para la salud. Son conocidos los beneficios del ejercicio realizado con regularidad: se ha demostrado que aquellas personas más activas corren menor riesgo de sufrir cardiopatías, diabetes, depresión, demencia y muchos otros problemas de salud. Pero resulta que la actividad física también es un poderoso aliado de la longevidad.
Un estudio demostró la importancia del ejercicio físico para la longevidad
De acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, la actividad física desempeña un papel clave para prolongar nuestro tiempo y calidad de vida. En la investigación se han demostrado las diferencias significativas entre la esperanza de vida de los grupos más activos de los menos. Las cifras son estrepitosas: al menos 10 años de vida separan a los reacios del ejercicio físico de los que están en constante movimiento.
Para el estudio, los investigadores dividieron a los adultos estadounidenses mayores de 40 años en cuatro grupos en función de sus niveles de actividad física entre 2003 y 2006, y luego siguieron sus resultados de salud a lo largo de los años. En ese periodo, las personas más activas tenían un 73% menos de probabilidades de morir por cualquier causa que los adultos menos activos.
¿Cuántos años aumentan con el ejercicio físico?
"Si hay algo que se pueda hacer para reducir a más de la mitad el riesgo de muerte, la actividad física es enormemente poderosa", afirmó en un comunicado Lennert Veerman, autor principal del estudio y profesor de salud pública de la Universidad Griffith de Australia.
Los adultos más activos hacían ejercicio a un nivel equivalente a caminar durante dos horas y 40 minutos al día. Para alcanzarlos, los adultos menos activos tendrían que añadir casi dos horas de paseo a sus rutinas diarias. Pero si lo hicieran, podrían vivir una media de 10,9 años más, según las estimaciones. Para los adultos más reacios al ejercicio, esto se traduce en 6,3 horas más de esperanza de vida por cada hora de paseo.