El amor puede llevarnos a actuar de las maneras más irracionales y a ver el mundo de una forma, quizás, un poco alterada. “El amor es ciego”, es un refrán que retrata aquel fenómeno, mientras que la neurociencia encuentra estos motivos en procesos corporales así como la psicología en nuestra habilidad de adaptación.
Cuando nos enamoramos podemos percibir el mundo de una manera un poco diferente, por lo que la frase “el amor es ciego” se inserta para describir esa alteración que ocurre en nuestra percepción en el momento en que nos gusta alguien. En esa seducción podemos ignorar o minimizar defectos, problemas o señales que probablemente, en otro contexto no aceptaríamos bajo ningún término.
Esa especie de encanto o hechizo que nos lleva a una ceguera ante actitudes desagradables de quien nos gusta, tiene sus motivos en el complejo fenómeno que implica el enamoramiento. Este estado abarca procesos biológicos, psicológicos y sociales que influyen ampliamente en la manera en que interpretamos y respondemos al comportamiento de la persona amada.
¿Por qué el “amor es ciego” según la neurociencia?
Desde la neurociencia, algo ocurre en nuestro cerebro. Los lóbulos frontales son los principales afectados cuando nos enamoramos. Esta parte del órgano central es la encargada por excelencia del autocontrol, las valoraciones y los juicios y cuando alguien nos cautiva, vemos su capacidad disminuida.
Vale aclarar que la capacidad de crítica no se suspende con las otras personas o situaciones sino solo en relación con la persona amada. Además, este estado no se mantiene por siempre, se evidencia solo en las primeras fases del enamoramiento y la pasión; una vez que la relación se hace estable la persona vuelve a asumir su postura crítica.
La suspensión de la capacidad critica no se evidencia solo durante el amor de pareja sino también durante el amor maternal como puede observarse en la imagen. Las madres tienden a ser menos críticas con sus hijos que con los niños ajenos.
Este cambio está estrechamente relacionado con variaciones a nivel químico ya que se generan sustancias como la dopamina, responsable de la atracción interpersonal o la serotonina, que desempeña un rol fundamental en los pensamientos obsesivos. También se observa una disminución de la actividad de las regiones relacionadas con las emociones negativas y activación de las áreas relacionadas con la recompensa, una reacción de euforia bastante parecida a la que se puede observar en el cerebro de las personas adictas.
¿Qué dice la psicología sobre la ceguera durante el enamoramiento?
Este cambio de percepción, desde la psicología, también se debe a una capacidad adaptativa. Un ejemplo de ello lo proporcionan desde el sitio Epsiba Psicología: Imaginá que acabas de empezar una relación y tu pareja olvida algo importante, como una cita. En condiciones normales, esto podría parecerte una señal de descuido. Sin embargo, si esta en una etapa inicial del amor romántico, es probable que justifiques automáticamente este descuido: “Estaba ocupado”, “Debe estar pasando un mal momento”. Este tipo de reinterpretaciones no son casualidad, sino parte de un mecanismo que nos ayuda a construir y mantener conexiones emocionales,
Por supuesto, esta “ceguera” no es absoluta ni permanente. Con el tiempo, a medida que la relación evoluciona y ella mor inicial se transforma en un vínculo más estable, nuestra percepción tiende a volverse más equilibrada. Sin embargo, las primera etapas del amor están diseñadas, en cierto modo, para priorizar la conexión emocional sobre la evaluación objetiva. Es como si nuestro cerebro nos ayudara a cerrar los ojos a ciertas realidades para facilitar la construcción de una relación.