Estamos en tiempo de Adviento, cuando un Niño hecho hombre hace más de 2.000 años llegó del dorado Paisaje de Dios a enseñarnos lo bueno de la vida, transmitiéndola de generación en generación. Sobresalen su amor, las esperanzas y la misericordia del corazón y quedan a criterio los sentimientos y las conductas de los fríos cerebros materialistas. Muchos hermanos argentinos tienen poco y unos pocos tienen mucho. Los “Muchos”, pacíficamente cumplen un buen desempeño ante los planes socioeconómicos del gobierno, que los deja paupérrimos, indigentes al borde del abismo, decayendo los trabajos, la salud y la educación. Los “Pocos” siguen amasando fortunas gracias a la impunidad y de gobiernos recaudadores. Sé que los tiempos cambian y la conciencia puede cambiar los pensamientos de los “Pocos”, porque el sol sale para todos. Entonces, compartamos la alegría del Niño que nos colmará de Paz, Amor, Fe y Esperanza. A los “Muchos” y a los “Pocos”, Feliz Navidad.
Pedro Pablo Castaño
[email protected]