Con la sanción en la Legislatura de una ley para restringir el uso de pantallas en los establecimientos educativos de la provincia, distintos expertos en educación fueron consultados por LA GACETA y opinaron sobre los puntos que plantea la norma sancionada.
Establecer límites
“Desde mi perspectiva, considero que hay que crear conciencia primero desde la familia y establecer los límites sobre su uso cuidado y responsable para evitar todos los daños que están ocasionando a nivel físico, mental y emocional, para luego legislar”, opina Marilina Rotger, neuropsicopedagoga.
“Nuestros hijos son como barcos que navegan en un mar de pantallas, hay que saber cuándo pueden ingresar a ese mar y cómo acompañarlos para que no naufraguen. Somos sus faros de ayuda”, comenta.
Convivir con el otro
El docente Adrián Barón coincide con Rotger al decir que “hay un ‘desdibujamiento’ del rol de los padres en los procesos de crianza”. “No pueden marcar límites porque todavía no están entendiendo la magnitud que tiene la experiencia de los niños y adolescentes en el uso excesivo del celular”, expone. Por otro lado, piensa que los dispositivos móviles influyen de forma negativa en la manera de sociabilizar de los jóvenes porque “la escuela es espacio público y en ella se aprende a habitar el espacio público, a estar con el otro, a convivir con el otro”.
Un recurso
Cecilia Sáenz, la directora del Colegio Nueva Concepción, cree que los celulares generan ventajas y amenazas, como la distracción de los chicos, en el sistema educativo y “deben usarse como un recurso pedagógico con el fin de enriquecer el aprendizaje del alumno”. Para esto, en su institución disponen de talleres dictados por especialistas para padres y docentes, donde plantean un uso responsable de la tecnología.
Educación pobre
El delegado episcopal docente, Daniel Nacusse, afirma que “la gigantesca desigualdad en el acceso a la conectividad que tenemos como sociedad, fomenta una brecha que debería subsanarse” para que pueda aprovecharse en misma medida la tecnología por todos los alumnos. “La educación pobre para pobres y otra educación para gente que tiene acceso a las pantallas es un tema grave y no nos damos cuenta de eso”, afirma.