Una bomba en los 70: la Cámara Federal ordenó la indagatoria de Mario Firmenich por un ataque a la Policía Federal

Una bomba en los 70: la Cámara Federal ordenó la indagatoria de Mario Firmenich por un ataque a la Policía Federal

El tribunal declaró que ese delito es imprescriptible por tratarse de una grave violación de los derechos humanos y cuestionó la falta de esclarecimiento del hecho.

Mario Firmenich, en los años 70. Mario Firmenich, en los años 70.
Hace 5 Hs

La Cámara Federal ordenó la indagatoria de Mario Firmenich por la voladura del comedor de la Policía Federal, un hecho ocurrido en 1976. El tribunal declaró imprescriptible y una violación de los derechos humanos aquel ataque de Montoneros al comedor de Coordinación Federal.

La Cámara Federal indicó que el ex líder de Montoneros Mario Firmenich debe ser llamado a prestar declaración indagatoria como responsable del ataque, que dejó 24 muertos. Al declarar que ese delito es imprescriptible por tratarse de una grave violación de los derechos humanos y  cuestionó la falta de esclarecimiento del hecho.

Hoy lo resolvió la Sala I de la Cámara Federal, con la firma de los jueces Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi.

"La barbarie no absuelve ni exculpa"

“La brutal represión ilegal que desplegó la dictadura militar que usurpó el poder a partir de marzo de 1976 fue el episodio más oscuro, cruel y aberrante de la historia argentina. No hubo porción de la historia argentina previa a ese período que se le compare. Pero, aun así, su barbarie no absuelve ni exculpa a quienes planearon el atentado (la agrupación Montoneros), a las distintas células encargada de su logística y realización -los integrantes del denominado “Pelotón de Combate Sergio Puigros”-; ni a los que lo ejecutaron materialmente. Las atrocidades de unos, no neutralizan los crímenes de los otros”, afirmó el juez Llorens en sus fundamentos.

La sede donde estalló la bomba, en 1976. La sede donde estalló la bomba, en 1976.

Cabe recordar que la bomba que un infiltrado de los Montoneros colocó en una silla, cubierta por un sobretodo, en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, a las 13 horas del 2 de julio de 1976 y estalló 20 minutos más tarde, mató a tres oficiales de la Policía Federal, 20 suboficiales y una mujer civil, que había ido a visitar a una amiga. Ese fue el trágico saldo del atentado más sangriento que se produjo en la Argentina en la violenta década del 70.

El responsable fue identificado como José María Salgado, de 21 años, que había cumplido el servicio militar en la Policía, mientras mantenía una activa militancia en la organización armada, que ya actuaba en la clandestinidad.

La sede donde estalló la bomba

El edificio donde funcionaba el comedor de la dependencia policial estaba ubicado en Moreno 1431, a una cuadra del Departamento Central de Policía. La sede era visitada en su mayoría por personal civil y suboficiales de baja graduación, incluidas varias mujeres que pertenecían al área administrativa. 

Así lo había informado el propio Salgado a sus superiores en la organización guerrillera, pese a lo cual la conducción nacional del movimiento armado, con Mario Firmenich a la cabeza, decidió por votación seguir adelante con el plan.

Salgado se preparó y ensayó para el ataque. Durante los días previos ingresó varias veces a la dependencia policial con un paquete y comprobó que nadie lo revisaba. El día programado llevó un maletín con la carga explosiva de 9 kilos de TNT y bolillas de acero, preparada en laboratorios de dos unidades básicas de La Plata. Lo dejó en la silla, con el detonante de tiempo activado, y abandonó el lugar. Tras el atentado, siguió combatiendo en Montoneros y hoy su nombre luce en el Parque de la Memoria, el monumento con el que el gobierno de la Ciudad recuerda a las víctimas de la represión militar.

Ahora, el juez Llorens señaló que “los horrores de la dictadura se llevaron, por lejos, el primer lugar en la competencia de atrocidades y barbarie. Pero una vez que ese resplandor pudo ser apaciguado, los contornos se definieron, dejando ver que también había otras crueldades para analizar”, en referencia a que la condena y castigo al terrorismo de Estado dio paso a la persecución de los actos de las agrupaciones terroristas.

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