Hace 16 Hs
Las lecturas de hoy nos hablan de la cercanía del Señor, nos anuncian que está a punto de llegar. Sofonías, inspirado por el Espíritu Santo, en el siglo VII (a.C.) anunció el nacimiento del Hijo de Dios, que vendrá a traer amor y paz a este mundo. En cambio san Pablo nos habla desde la cárcel: escribió a sus hermanos de Filipos y a nosotros para darnos ánimos, pues el Señor está cerca. Se refería a la Segunda Venida del Señor, la “Parusía”, cuando Jesús descienda desde el Cielo para instaurar su Reino de Amor, aunque no sabemos cuándo.
San Pablo puede referirse a la venida de Jesús a nuestro corazón, en esta vida, no como un fenómeno místico especial sino bastante normal. Se trata de esos momentos en los que nos sentimos llenos de un amor y una felicidad que parecen sobrenaturales, cuando estamos orando o cuando vivimos el Evangelio junto a otras personas. Recuerdo haberlo vivido siendo joven en mi parroquia, cuando los catequistas ayudábamos al párroco a meter en sobres las cartas que él enviaba a sus feligreses, momentos especiales en los que, mientras trabajábamos, charlábamos y reíamos. El Señor está muy cerca de cualquiera de nosotros.
La Navidad es una fiesta religiosa pensada para vivir el Reino de Dios, cuando celebramos el nacimiento del Niño Jesús con familiares o la comunidad. Por desgracia, hay personas que la detestan porque sienten que les fuerza a hacer cosas o a ver a familiares que les incomodan. No se han preocupado de prepararse interiormente para vivirla bien ni han ayudado a su familia o a su comunidad a hacerlo. ¿Soy consciente de lo que realmente celebra la Iglesia en Navidad? ¿Me preparo interiormente para poder experimentarlo? ¿Ayudo a los que conviven conmigo a prepararse?
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