La Declaración de la Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos (Cpbio), realizada en Costa Rica el miércoles y de la cual participó el Centro Azucarero Argentino (CAA), trató sobre la importancia de los biocombustibles en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por su sigla en inglés) de cada país para mitigar los efectos del cambio climático. “En atención a que los países deben actualizar sus NDC en febrero del año que viene resulta especialmente importante ofrecer los puntos de vista de la Cpbio”, destacó el presidente del CAA, Jorge Feijóo.
En el comunicado que se elevó se afirmó que los Biocombustibles son protagonistas en las NDC 3.0 y la Acción Climática Global, pero que estos biocombustibles líquidos están subrepresentados en las NDC de la región.
Una revisión de las NDC de países del continente americano evidencia una limitada inclusión de los biocombustibles como estrategia de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), a pesar de su importancia en planes y políticas nacionales en muchos países que buscan descarbonizar el sector transporte.
En contraste, se priorizan soluciones como la electrificación y el hidrógeno, que, si bien son aspiraciones globales, presentan desafíos significativos para su implementación en muchos países de la región debido a limitaciones económicas, de infraestructura y sociales, lo que hace que su aporte a la descarbonización sea demasiado lento para la urgencia del desafío climático.
En segundo lugar, es imperioso que las NDC 3.0 de 2025 aceleren el ritmo de descarbonización en función de los resultados del Balance Mundial (Global Stocktake, GST) y el Acuerdo de París, ya que las NDC 3.0 necesitan ser progresivas y más ambiciosas que las NDC actuales; las reducciones deben aplicarse a través de la economía (no a ciertos sectores solamente), cubrir todos los gases de efecto invernadero y estar alineadas con la meta de limitar el calentamiento global a 1,5° C.
En tercer lugar, es reconocer a los biocombustibles como una solución estratégica en la descarbonización. ya que ofrecen una alternativa viable y sostenible, es una solución inmediata y comprobada para descarbonizar sectores críticos, pero su potencial sigue infrautilizado en las contribuciones nacionales actuales de reducción de emisiones.
En cuarto lugar, se debe potenciar los recursos biomásicos de la Región, ya que, con abundantes recursos de biomasa y experiencia en prácticas sostenibles, los países de la región están posicionados de manera privilegiada para liderar la producción de biocombustibles. La utilización de caña de azúcar y almidón de maíz para la producción de bioetanol y de distintos tipos de aceites usados y vírgenes (soja, colza y palma) para biodiesel constituyen las principales materias primas utilizadas en la producción de biocombustibles y son recursos abundantes en la región. La producción y consumo de estos productos no solo contribuye a cumplir con los objetivos de descarbonización, sino también diversificar las economías locales, mejorar la seguridad energética, generar empleos en áreas rurales y agregar valor a sus productos.
En quinto lugar, es destacar el rol del liderazgo regional y el posicionamiento de cara a la COP 30, ya que el continente americano produce el 87% del bioetanol del mundo y un 44% del biodiésel, posicionándose como la región productiva más relevante.
“Finalmente, y como reflexión final sobre los biocombustibles y los NDC, los biocombustibles líquidos sostenibles no solo representan una solución técnica inmediata para mitigar el cambio climático, mejorar la calidad de aire y también genera oportunidades para solidificar y/o transformar las economías locales, fortalecer la seguridad energética y avanzar hacia un desarrollo sostenible. Su inclusión prominente en las NDC 3.0 es esencial para garantizar que las Américas puedan cumplir con sus metas climáticas mientras construyen un futuro más resiliente y equitativo”, finalizó Feijóo.