En un gesto que entrelaza su pasión por el deporte con un fuerte compromiso social, Matías Orihuela, defensor de Atlético Tucumán, protagonizará mañana por la noche un evento inusual. El lateral izquierdo dejará temporalmente las canchas para subirse al ring de un humilde gimnasio de boxeo de la provincia para una exhibición solidaria. Este evento tiene como objetivo recaudar fondos y recursos para mejorar las instalaciones de un club de barrio que se dedica no solo a formar boxeadores, sino también a contener a chicos en situación de vulnerabilidad.
Orihuela, quien entrenó boxeo de forma complementaria durante este año, decidió involucrarse activamente al observar las precarias condiciones del gimnasio donde practica. “Ellos (los dueños del club) ya hacen un esfuerzo enorme porque no cobran cuotas y reciben a chicos de la calle para que no estén en la droga. Pero el lugar está muy deteriorado: hay bolsas rotas, no tienen ventiladores y entrenan en un calor tremendo. Por eso me surgió la idea de ayudarlos organizando esta exhibición”, comentó el futbolista.
El evento se llevará a cabo mañana desde las 20 y, además de la exhibición, incluirá el sorteo de una camiseta oficial del “Decano”. También contará con la presencia de varios integrantes del plantel profesional de Atlético, quienes se sumarán para apoyar la causa y generar mayor visibilidad para este noble esfuerzo.
Durante el diálogo con LA GACETA, el defensor hizo especial hincapié en aclarar que esta actividad no pone en riesgo su integridad física ni su compromiso con el fútbol profesional. “Es solo una exhibición de tres rounds, de dos minutos. Voy a subir con Ezequiel Casalicchio, un compañero que también entrena hace tiempo conmigo. No es para lastimarse, sino para mostrar un poco lo que hacemos y que la gente pueda colaborar comprando entradas o donando material para el gimnasio”, explicó el jugador que siente que en las redes sociales algunas informaciones que circulan en las redes sociales están fuera de contexto.
“No me voy a lastimar, a las 22 ya estaré en mi casa descansando porque al otro día entrenamos en el club. Siendo sincero, comencé este deporte hace 10 meses porque ya había pasado por pilates y yoga, pero no me convencía. Necesitaba algo para sumar en el doble turno”, remarcó. El defensor, que siempre ha mantenido una preparación física constante, encontró en el boxeo un complemento ideal para su entrenamiento como futbolista. “Lo hago como una forma de mantenerme activo, mejorar mi resistencia y trabajar la coordinación. Entreno los días que puedo, según el calendario del club, y eso me ayudó muchísimo en lo físico, bajé de peso y me siento muy bien”, relató.
En cuanto a la velada de esta noche, Orihuela reveló que esta idea surgió de manera espontánea: “Estaba entrenando y vi que al gimnasio le faltaban muchas cosas. Entonces le propuse al profesor hacer algo para ayudar. Pensé en llevar una camiseta y organizar la exhibición como una especie de cierre de año. No imaginé que iba a tener tanta repercusión”, agregó el futbolista que disputó 18 partidos durante este año en el club de 25 de Mayo y Chile.
El rol social del boxeo
El gimnasio que Orihuela frecuenta no es un espacio cualquiera. Además de formar atletas, cumple una importante función social en la zona de Villa Alem: acoge a jóvenes de sectores vulnerables para alejarlos de los riesgos de la calle. Entre ellos se encuentra Casalicchio, un boxeador amateur con gran potencial que, según Orihuela, “no tiene trabajo y, sin embargo, gana todas las peleas que disputa. Es increíble ver cómo ellos entrenan en condiciones tan adversas. Por eso, más allá de lo económico, la idea es que la gente que asista pueda dimensionar lo que significa para estos chicos contar con un lugar adecuado para practicar el deporte que aman”, agregó el ex Newell’s.
Su presente en Atlético Tucumán
Al hacer un balance sobre su año en el “Decano”, Orihuela se mostró autocrítico y reflexivo. “En lo personal, creo que fue un año regular. Perdí la titularidad, pero siempre estuve predispuesto a sumar desde el lugar que me tocara, ya sea en el banco o entrando a la cancha. Este es un club que exige mucho, y sé que tengo que seguir trabajando para recuperar mi puesto. Hay una competencia sana con Juan (Infante) que le está tocando jugar y lo hace muy bien, yo apoyo a mis compañeros a muerte”, señaló el futbolista.
A pesar de las críticas en redes sociales, el defensor destacó que mantiene un vínculo respetuoso con los hinchas. “En persona, jamás nadie me insultó. Todo lo contrario, siempre hay buena onda y me piden fotos. Pero en redes a veces se pasa el límite. Por eso decidí alejarme de Twitter e Instagram para enfocarme en lo importante que es el juego”, confesó el lateral que ya no intercambia mensajes que los fanáticos en las redes sociales. “Era una locura, insultaban a mi esposa, a mi hija. A veces yo no jugaba y lo mismo se descargaban conmigo. Es entendible el enojo, pero a veces se cruzan los límites”, añadió.
Además hizo referencia a una jugada que lo marcó en el semestre. “El gol en contra a Tigre no pude hacer nada, la pelota apareció de golpe, no sé cómo pueden pensar que me quiera hacer un gol. Fue una jugada desafortunada”, remarcó antes de expresar su deseo de seguir en el club y recuperar protagonismo. “Tengo contrato hasta 2026 y quiero seguir aportando. Esto es una rueda, y sé que trabajando puedo volver a estar en mi mejor nivel”, finalizó.
Con la sed de revancha en lo futbolístico de cara al 2025, pero sin dejar de lado su perfil solidario, esta noche, el defensor se subirá al ring no solo como boxeador amateur, sino como alguien comprometido con lo que hace, con ese. Un pequeño gesto que puede significar un gran cambio para quienes necesitan crecer en un deporte que no recibe el apoyo que tienen otras disciplinas.