En la Primera Confitería se presentó el Seven de Tafí del Valle con un toque acorde a la importancia de la competencia deportiva. Por segunda vez, se anunció lo que ocurrirá el 25 de enero en la villa veraniega. Ya son 25 ediciones, y el evento merece que tanto el público como los protagonistas se aclimaten a lo que, según los organizadores, será inolvidable.
Ya se había hecho el primer anuncio formal en octubre, durante la Feria Internacional de Turismo (FIT), en uno de los gigantescos salones del predio de la Sociedad Rural de Buenos Aires. Ahora, en el renovado e histórico bar del cerro San Javier, en el corazón de la montaña, se dio un paso más en la organización de la competencia.
En poco más de un mes, otra montaña será el escenario del Seven que pondrá en juego la Copa LA GACETA. “Tuvimos que limitar la cantidad de equipos participantes”, confirmó Cayetano Fortino.
El tono de voz del organizador alternaba entre lamento y alegría. Los equipos serán 12, como en las últimas ediciones, pero debieron rechazar a varios interesados. “Nunca nos costó conseguir equipos, pero ahora nos resulta difícil decirles que no”, reconoció. Si fuera por ellos, el cupo sería ilimitado, pero prefieren garantizar una buena experiencia para todos. Por eso deben ser selectivos. Este enfoque es clave para que, en cada edición, el número de espectadores aumente, atraídos por la calidad del juego y la promesa de pasar un sábado ameno durante las vacaciones.
La cancha, ubicada en la estancia El Churqui, volverá a ser el escenario de la competencia. Es la “debilidad” de los rugbiers, ya que pocas veces juegan rodeados de montañas, con nubes bajas y enfrentándose a un rival invisible: la altura. “Habrá un muy buen nivel de juego”, aseguró Martín Terán, ex jugador de rugby y fútbol, quien organiza el evento junto con Fortino. Su afirmación tiene fundamento: ya están confirmados los jugadores de los equipos salteños que protagonizaron la final de la edición pasada.
La presentación en el cerro, fue un anticipo de lo que los organizadores avisaron: habrá sorpresas al estilo de las de la presentación que se hizo en la Primera Confitería. “Somos sinónimo de Corso”, se definieron dos bailarines de las comparsas de Aguilares. Matías Graneros, integrante de Berimbao, grupo campeón de los corsos aguilarenses; y Maribel Carrizo, de la debutante comparsa Imperio, se destacaban con sus atuendos con plumas enormes y todo el brillo plateado que portaban la dama, en su bikini, y el caballero, en su zunga. Ellos, esta vez representaron lo más clásico de Aguilares, en enero, los encargados de hacerlo serán los rugbiers, que llegarán desde varios puntos del país también.