Sin trabajo, sin obras, sin salud, pero con la droga al acecho

Sin trabajo, sin obras, sin salud, pero con la droga al acecho

Los duros resultados de un informe de la Pastoral Social de la Diócesis de la Santísima Concepción sobre la realidad social pusieron en alerta a las autoridades.

SITUACIÓN CRÍTICA. El informe habla también de la falta de médicos en los hospitales de esas zonas rurales. SITUACIÓN CRÍTICA. El informe habla también de la falta de médicos en los hospitales de esas zonas rurales. LAGACETA / foto de Osvaldo Ripoll

La Pastoral Social de la Diócesis de la Santísima Concepción brindó un duro informe acerca de la realidad social que viven comunidades de ese ámbito eclesiástico, el que se extiende desde Monteros hasta el límite con Huacra. El documento fue presentado por el obispo local, Monseñor José Antonio Díaz en el marco del Encuentro del Bien Común y la Amistad Social que se desarrolló este domingo en el Centro Cultural “Nilo González” con motivo de  las fiestas patronales en honor a la Inmaculada Concepción. De este participaron funcionarios provinciales, locales y legisladores.

El informe fue titulado “Análisis del contexto socioeconómico diocesano: logros, deudas y desafíos”. En el documento se aborda con crudeza las “deudas” que el Estado mantiene con “las comunidades más alejadas de los centros urbanos principales y de la ruta nacional 38”. Apunta que éstas “se encuentran carentes de infraestructura básica, caminos, transporte público, acceso a salud, falta de entidades bancarias y financieras. También -dice- preocupa la falta de obras estructurales para evitar las inundaciones”.

Desempleo y adicciones

En el análisis social se apuntó  que “la desocupación y la carencia de fuentes de trabajo genuinas son preocupaciones que atraviesan toda la realidad diocesana”. “En algunos casos, el trabajo en dependencias con el Estado -sostiene- es la única fuente laboral real. Esto hace que las familias, o algunos de sus miembros, se tengan que trasladar a diferentes puntos de la provincia o fuera de ella para conseguirlo  o que cuenten sólo con ocupaciones informales”.

Por otro lado, el informe se plantea la gravedad que adquirieron las adicciones o consumos de drogas. En el informe se asegura que estos vicios “están destruyendo el futuro de nuestros jóvenes”. Advierte en ese sentido que “son necesarias políticas urgentes de prevención, asistencia y tratamiento”. “Los centros de día e internación, así como los organismos que atienden esta  problemática, son insuficientes”, apuntó.  

También expuso la necesidad de que “se articulen las acciones entre las fuerzas policiales y judiciales a fin de combatir eficazmente ese flagelo”. En otra parte del documento se denunció la situación de “los sectores de la sociedad que presentan mayor vulnerabilidad, como son los ancianos, las personas discapacitadas y los que sufren violencia intrafamiliar”. “Reciben atención de los diferentes organismos municipales que realizan un gran esfuerzo. Pero eso no es suficiente en cuanto a recursos humanos y materiales”.

Hospitales sin médicos

La Pastoral Social además expuso la coyuntura que se plantea en algunos hospitales del interior. “La situación en estos es compleja por la falta de profesionales e insumos. No hay médicos para cubrir las guardias y se sufren muchas situaciones de violencia cuando los pacientes no son atendidos, Los profesionales prefieren trabajar en el sector privado por los bajos sueldos que ofrece el sistema público”. En la introducción a la exposición leída por el obispo Díaz  se explicó que la “diócesis de la Santísima Concepción vivió este año una intensa experiencia sinodal” y que “en este contexto vimos oportuno  ampliar la mirada sobre la realidad diocesana, compartiendo espacios de comunión, reflexión y escucha a través de los Encuentros Sinodales del Bien Común realizados en cada departamento del sur.

La Pastoral Social dijo que esta experiencia eclesial de diálogo, nacida en 2016, “es para el bien común y se busca, desde nuestras diferencias, dar alternativas”, remarcó. En el informe se valoró como un logro social el hecho de que “nuestras comunidades están abiertas y dispuestas para el encuentro y el diálogo, valorando positivamente las oportunidades que se generan en este sentido”. “Esto posibilita el trabajo en red y la articulación entre organizaciones de la sociedad civil, el Estado y la Iglesia”. Apuntó que estas, “para poder dar respuesta a demandas urgentes, como la alimentación, y contención, se organizan en cocinas comunitarias, comedores y merenderos y también en acciones de apoyo escolar, deportivas y recreativas.

De un funcionario

Raúl Albarracín, secretario de Gobierno, estuvo presente en el  encuentro que organiza todos los años el obispado en el marco de la ley que declara a Concepción capital de la provincia. Dijo que éste “es un ámbito de diálogo que genera una sinergia que contribuye a trabajar en conjunto en la promoción de la dignidad humana”. “El Estado, el gobierno de la provincia, asume el principio de encarar acciones por el bien de todos los tucumanos, compartiendo los problemas que hay con solidaridad, sin distinciones de ningún tipo; y la subsidiariedad, que es apoyar y ayudar a los que ayudan. Ningunos de los problemas expuestos no son ajenos y el gobernador Osvaldo Jaldo, y todo su equipo de trabajo, está preocupado y ocupado en ellos” remarcó.

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