El rompecabezas de Federico van Mameren: tiempo de balances

El rompecabezas de Federico van Mameren: tiempo de balances

El conductor de Panorama Tucumano analizó la gestión nacional de Javier Milei y también puso su lupa en la provincia.

10 Diciembre 2024

El análisis de Federico van Mameren sobre el primer año de Javier Milei en la presidencia y de Osvaldo Jaldo en la gobernación de Tucumán nos deja un panorama cargado de matices. En su editorial del 10 de diciembre, el conductor de Panorama Tucumano traza un balance que, como un rompecabezas, expone las piezas dispersas de un país y una provincia en plena transformación política.

En Tucumán, Osvaldo Jaldo ha tenido un año relativamente estable. Su estrategia de alinearse con la Nación bajo la premisa de que “si le va bien a la Nación, le va bien a Tucumán” ha dado frutos visibles. El gobernador cierra el año con obras concretas que responden a problemas históricos de la provincia, lo que fortalece su posición política.

Sin embargo, la estabilidad interna del oficialismo no ha estado exenta de tensiones. Las relaciones con el exgobernador Juan Manzur y otros actores del Partido Justicialista, como Pablo Yedlin, están lejos de ser armónicas. En este contexto, Jaldo enfrenta dos batallas clave en 2024: una interna, con el reacomodamiento de las figuras dentro del PJ tucumano, y otra simbólica, con la competencia entre las tarjetas sociales “Independencia” y “Ciudadana”, que podrían redefinir su relación con la intendenta Rossana Chahla, otra figura en ascenso.

Mientras tanto, la oposición en Tucumán aparece desdibujada, sin propuestas claras ni liderazgo firme. Este vacío de organización y acción le ha permitido a Jaldo consolidarse aún más, capitalizando la fragmentación de sus adversarios.

Milei: Una nueva forma de gobernar

A nivel nacional, el balance de Javier Milei también genera debates. El presidente ha impuesto un estilo disruptivo, basado en la confrontación con paradigmas tradicionales y una fuerte retórica anticorrupción. Si bien ha logrado avances económicos, el contexto de pobreza estructural persiste, desafiando la efectividad de sus políticas.

Sin embargo, una cuestión permanece inalterable: la ausencia de federalismo real. Como señala Van Mameren, incluso en los espacios de reacomodamiento político, las decisiones y los actores siguen centralizados en Buenos Aires, dejando al interior del país relegado en las discusiones clave.

El 2025 promete ser un año de definiciones. Tanto las tensiones internas como las externas pondrán a prueba la capacidad de estos líderes para mantener sus posiciones y avanzar en un escenario político cada vez más complejo. Como en un rompecabezas, las piezas están sobre la mesa, pero ensamblarlas requerirá algo más que habilidad: exigirá visión, estrategia y, sobre todo, voluntad política.

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