El fútbol provincial volvió a la actividad tras los incidentes en el partido entre Atlético Concepción y Sportivo Guzmán, y la duda sobre cómo sería el actuar policial para abordar los espectáculos deportivos de alta concurrencia era la gran incógnita. La final de la zona Repechaje de la Liga Tucumana, en la que Ateneo Parroquial venció 3-1 a Bella Vista, era el gran desafío del fin de semana.
Ambos equipos se jugaban la clasificación al siguiente Regional Federal Amateur, aunque la dificultad radicaba en la presencia de ambas hinchadas. A priori, se debía considerar que se trataba de un partido con una gran cantidad de fanáticos que coparían la cancha de San Antonio de Ranchillos.
El operativo se montó en cada ingreso al estadio: un vallado para señalizar, una requisa para quitar posibles proyectiles y la presencia de una gran cantidad de policías en distintos puntos estratégicos del estadio.
Cristian Núñez, Jefe de la División Seguridad Deportiva, aseguró que se afectaron a 180 agentes para controlar la seguridad de los actores del duelo. “Según el estatuto de AFA, las instancias definitivas se deben jugar en un estadio neutral con ambas hinchadas. También se afectaron recursos logísticos del Municipio para cuidar los vecinos de la zona”, explicó.
La tribuna local, orientada hacia la ruta 302, fue ocupada por los fanáticos de Bella Vista -asistieron alrededor de 800 personas-; mientras que la cabecera visitante fue copada por los de Alderetes. Entre ambas tribunas se colocó un pulmón con presencia policial para impedir cualquier altercado entre ambas parcialidades. “Dentro del estadio se instalaron alrededor de 100 uniformados”, comentó al pasar el veedor Oscar Gorosito.
La presencia policial se notó desde el precalentamiento de los jugadores. En los córners, y a la salida de los equipos, los protagonistas fueron acompañados por los agentes hasta el borde del campo de juego.
Las curiosidades no faltaron. Lo primero fue que las barras de ambos equipos llegaron sobre la hora. A las 16:55 arribaron tres colectivos que trasladaban al grupo más grande de los bellavistenses, quienes tardaron unos 15 minutos en ingresar al estadio tras un riguroso control.
Por su parte, el grueso de los hinchas de Ateneo ingresó a la cancha a las 17:25, cinco minutos después del pitazo inicial. El partido, de todas formas, se retrasó 20 minutos más de lo previsto. El lanzamiento de fuegos artificiales y bombas de humo causó que se perdieran algunos minutos de juego, aunque no fue algo que preocupase demasiado a los protagonistas.
Lo más llamativo ocurrió antes de la salida de los equipos. Uno de los árbitros pidió a un integrante del cuerpo técnico de Bella Vista que usaran el banco de suplentes más cercano a su hinchada, con el objetivo de prevenir posibles inconvenientes durante el precalentamiento de los suplentes.
Grito y emoción
Franco Sebastián Álvarez anotó el primer tanto del partido. El lateral capturó una pelota a media altura, y con una volea, desató la euforia de Ateneo. El festejo reflejó miles de emociones: corrió hacia el vértice del área, se arrodilló y levantó los dedos hacia arriba. Luego utilizó su camiseta para secarse las lágrimas y miró hacia la tribuna para encontrar a sus seres queridos. “Es un gesto para mi amigo Juan Lazo, que muró hace años”, comentó después del partido.
Ambos compartieron plantel durante varios años en Lastenia. En 2016, Lazo sufrió un accidente automovilístico que derivó en su muerte: el defensor, que conducía una motocicleta, chocó contra otro vehículo de la misma envergadura en la autopista ingreso a San Cayetano. “Siempre me acompaña y por eso lo tengo presente”, dijo Álvarez.
El gol desató la alegría de los hinchas de Ateneo. Los más eufóricos se subieron al alambrado para festejar la ventaja, pero, tras un pedido de la Policía, el árbitro ordenó parar la acción dentro del campo de juego hasta que las condiciones no estuviesen garantizadas. Después de tres minutos de párate, la actividad continúo.
El revés bellavistense
El empate llegó a los 27’ de la primera mitad. El defensor Leonardo Pérez lanzó un potente cabezazo dentro del área y anotó el empate parcial. El central corrió hacia la tribuna visitante y se agarró del alambrado para celebrar con un fanático.
El tanto, incluso, elevó el ímpetu de los “Gauchos”. Con rápidas asociaciones y gran profundidad en los últimos metros, generaron varias ocasiones que fueron desactivadas por José Fernández. “Después de la pandemia, volvimos varios a nuestra casa. En mi caso, empecé a los cinco años y siento que esta clasificación es un objetivo cumplido porque es la primera vez del club en esa categoría”, comentó.
La pelota parada
Ateneo resistió los embates continuos de Bella Vista. Desactivó la velocidad de Franco Guerrero y anuló la presencia del delantero Abel Olmos, aunque le costó muchísimo pasar la mitad de la cancha. La pelota parada, sin embargo, fue el antídoto para recuperar la ventaja. En el tiempo extra de la primera mitad, el defensor Jonathan Suárez capturó un rebote dentro del área y, de cabeza, puso en ventaja al “Expreso” del Este.
El defensor se recuperó de una lesión en la rodilla y disputó los últimos cinco partidos de la Liga Tucumana. “Es mi tercer gol desde mi regreso”, contó el central, que por un momento se vistió de “9” goleador.
Roja prematura
El inicio del complemento arrancó trabado. El lateral Emilio Avellaneda, de Ateneo, realizó una dura entrada a Luis Álvarez y fue expulsado por el árbitro David Royano. Esa salida condicionó la postura de Ateneo, por lo que apostó al contragolpe y estuvo cerca de ampliar la ventaja. Kevin Tusa ingresó sólo al área rival y se perdió un mano a mano frente a Nahuel Perdiguero.
El juego y la creatividad, poco a poco, se fueron apagando en ambos equipos. Esto provocó que lo más interesante se diese en la tribuna de Ateneo. Con el fin de apurar la salida del arquero Fernández, Olmos buscaba la pelota desde atrás del arco en cada intento de Bella Vista, y los hinchas del “Expreso” aprovecharon para ensalivarlo a más no poder. Tampoco puede pasarse por alto las múltiples bengalas amarillas que lanzaron al área, o la pequeña pelea entre fanáticos que se robó toda la atención de los aficionados.
Revancha
Maximiliano Álvarez falló dos jugadas clarísimas, aunque consiguió su premio sobre el final del partido. En el tiempo adicional del segundo tiempo, el delantero ingresó al área de Bella Vista en soledad y lanzó un flojo remate que fue atajado por Perdiguero. Un minuto después se repitió el duelo, pero el palo le impidió el grito.
Y, finalmente, el delantero anotó el 3-1 definitivo tras aprovechar la desarticulación de la defensa del “Gaucho”. “Hubo un profe que me gritaba que siga intentando y por suerte se me dio”, indicó.
Juan José Morales fue otro de los protagonistas que se emocionó tras la clasificación del “Expreso”. “Hace varios años que el club viene haciendo grandes cosas y esto es súper merecido”, comentó.
Ateneo, de este modo, vivió una tarde especial y será uno de los representantes tucumanos en el próximo Regional Federal Amateur. Pero, por sobre todo, el fútbol tucumano volvió a sonreír.