Tomar un cable, llevar el enchufe hacia el tomacorrientes y ver unas chispas al conectarlo es una escena que, aunque habitual, muchos preferirían evitar. Es que el contacto con la electricidad muchas veces produce cierto temor por el desconocimiento y también por el peligro que puede implicar.
Por eso, al conectar algún artefacto, es frecuente reconocer esas chispas que afectan a millones de personas alrededor de todo el mundo. La buena noticia es que no suele tratarse de un problema alarmante, pero sí puede ser un indicador de que hay algo que funciona mal.
Por qué hay chispas al conectar algo a la electricidad
Uno de los motivos por el que pueden aparecer estas chispas es por la sulfatación de las clavijas o patas del enchufe producidas por el uso. Para remediarlo se puede usar una pequeña lima o lija y remover toda la parte que parece quemada. Una vez que ambas clavijas estén limpias, ya no debería producirse un falso contacto cuando intentes enchufar tu dispositivo.
Otra de las razones por las que se genera este pequeño fenómeno es por tomacorrientes en mal estado, ya sea porque tiene demasiados años o porque sufrió algún tipo de daño. En estos casos, lo mejor es comunicarse con un electricista para hacer el cambio correspondiente y evitar más falsos contactos.
Por último, si las clavijas no están sulfatadas y el tomacorriente es nuevo, entonces las chispas podrían generarse porque el dispositivo que se enchufa (Smart TV, refrigeradora, lavadora, teléfono inteligente, laptop, entre otros) es un dispositivo de alto consumo. En casos menos frecuentes, las chispas pueden provocarse al conectar un equipo demasiado rápido: probá hacerlo lentamente y verás que ya no aparecen.
Los electrodomésticos que no se deben enchufar juntos
Es importante saber que cuando se enchufan ambos aparatos en una “zapatilla” el consumo de energía puede superar la capacidad de la misma, generando un cortocircuito. En este marco, los cables pueden sobrecalentarse y terminan incendiándose. Los que nunca deben compartir este tipo de conexiones son la plancha y el aire acondicionado.
La plancha alcanza altas temperaturas y su potencia puede variar entre 1.000 y 3.000 watts, dependiendo del modelo. El aire acondicionado, por su parte, puede requerir entre 1.000 y 2.000 watts, mientras que los más grandes pueden llegar a consumir hasta 4.000.