La serie de Ayrton Senna, la leyenda brasileña de la Fórmula 1, se estrenó la semana pasada en Netflix y se convirtió en una de las tendencias del momento. La entrega audiovisual reveló diferentes detalles de la vida del piloto, y entre ellos reveló que hubo una rivalidad con un piloto argentino en la Fórmula Ford: Enrique Mansilla.
El argentino corrió con Senna en 1981 –antes de que el brasileño cambiase su apellido paterno por el de su descendencia materna (Silva)- en el campeonato de monoplazas de Fórmula Ford 1600. Ambos representaban al equipo Van Diemen.
Una de las escenas más llamativas se dio cuando Mansilla y Senna protagonizaron una fuerte discusión por una maniobra de carrera y el argentino lo toma por el cuello fuera de la pista. “Sí, lo que pasaba es que a él no le gustaba perder ni a la bolita. Perdió una, perdió la segunda cuando perdió la tercera en Mallory Park no le gustó para nada, igual lo del toque fue una mala interpretación por parte de él. Imaginate que la carrera era muy pareja, nos tocamos en una curva durante la última vuelta, la victoria quedó en mis manos y él debió conformarse con el segundo lugar. La cosa siguió en la zona de boxes, donde dos asistentes nos tuvieron que separar. Después de lo que paso, Firman nos separó y ambos pudimos ganar sendos campeonatos. Haber corrido con Ayrton era muy divertido, era a todo o nada, impresionante”, dijo “Quique”.
¿Qué fue de la vida de Enrique Mansilla, el piloto argentino que compitió con Ayrton Senna?
Según detalla una entrevista con el Municipio de Lanús, Mansilla se retiró rápido del automovilismo. Así se dedicó a ser cazador de oro y de diamantes en Liberia. Allí fue secuestrado y, después de que fue liberado, volvió a Argentina. También compitió en el TC en 1995 y en el Top Race, ya como piloto invitado.
“Yo no tenía la trayectoria que tenía Ayrton, no te olvides que el corrió desde los seis años. Él se inició en el kart, yo en cambio a los 19 años tuve contacto con un auto de carrera por primera vez. Ayrton era un poquito menor que yo, pero tenía mucha experiencia testeando autos, mucha experiencia corriendo, yo solo era muy rápido, no te olvides que a ese nivel de competencia y en esa categoría, los autos son muy similares y la diferencia la hace el piloto. Ayrton la diferencia la sacaba de él mismo, venía de dos mundiales, tres sudamericanos, la tenía re clara, con 21 años tenía casi 15 años corriendo, no por nada llego a ser lo que fue. Siempre me decía que lo único que me faltó a mí fue hacer karting, siempre me decía que como corredor me faltaba maña, la picardía que te da el karting, yo la fui adquiriendo y él la tenía natural”, contó “Quique”.