En el último tiempo hemos escuchado cada vez más sobre la proteína y lo importante que resulta en el mundo del “fitness” y del ejercicio físico. Las ventas de suplementos y los alimentos con agregados de este macronutriente se volvieron tendencia mundial. Con el boom de la demanda por productos con un mayor contenido de este compuesto, ha crecido la popularidad de los alimentos que son fuentes naturales del mismo. Sin embargo, existen también muchos mitos respecto a estas recomendaciones.
La importancia de consumir proteínas se ha difundido masivamente. Esto se debe a que este macronutriente cumple una labor fundamental, y es la de dar estructura a nuestro cuerpo, conformándose como los “ladrillos” que sostienen el organismo. En el mundo del fitness es particularmente relevante, sobre todo para quienes practican un deporte o son personas físicamente activas. Esto se debe a que en el ejercicio se genera mucha tensiónen el músculo y este se daña, y es la proteína el elemento esencial que ayuda a regenerar el tejido.
¿Cuál es la importancia de la proteína?
Pero la proteína también es componente de diversas funciones en nuestro cuerpo. Son fundamentales para la fortaleza de nuestro sistema inmunológico; intervienen en procesos como la digestión, la respiración, el metabolismo del calcio y del fóforo y el aprovechamiento de la energía por parte de las células. Por ello es que consumir alimentos con proteína se ha vuelto cada vez más recomendado.
Sin embargo, algunos alimentos y bebidas se han promocionado como naturalmente altas en este macronutriente y en la realidad no contienen el nivel que muchas veces se piensa. Un listado proporcionado por el sitio especializado Health, puede ayudarnos a identificar aquellos productos erróneamente catalogados como fuentes altas en proteína.
Los alimentos que en realidad no son altos en proteína
Pasta de maní
La pasta de maní es una buena fuente de varios nutrientes, como vitamina E y ácido fólico. Sin embargo, aunque suele considerarse un alimento rico en proteínas, solo contiene una pequeña cantidad.
Este alimento aporta ocho gramos de proteína por cada dos cucharadas (32 gramos), lo que no es suficiente para considerarse "rica" en proteínas. La misma porción contiene 200 calorías, por lo que necesitarías consumir varios cientos de calorías para obtener una cantidad decente de proteína de esta crema.
La pasta de maní puede proporcionar un pequeño aporte de proteínas y otros nutrientes, como grasas saludables y fibra, a recetas como batidos y tostadas, pero no es la fuente más concentrada de proteínas. Se sugiere combinar la mantequilla de maní con ingredientes ricos en proteínas, como suplementos en polvo.
Yogur normal
El yogur es una opción popular para el desayuno y la merienda. Aunque algunos tipos de este producto tienen un alto contenido de proteínas, el yogur normal no es la mejor fuente.
El yogur griego es una mejor opción si estás intentando aumentar tu ingesta de proteínas. Aporta casi el doble de proteínas que el normal. Un envase de 170 gramos de la variedad normal natural contiene solo 8,92 gramos de proteínas, mientras que la misma porción de yogur griego natural contiene 17,3 gramos. Este último también contiene aproximadamente un 50% menos de carbohidratos que el regular, lo que lo convierte en una mejor opción para quienes siguen dietas bajas en carbohidratos.
Semillas de chía
Las semillas de chía suelen considerarse un "superalimento" debido a sus altos niveles de nutrientes como fibra, magnesio, calcio, selenio y zinc. Si bien las semillas de chía están repletas de vitaminas, minerales y otros compuestos protectores, no son ricas en proteínas.
28 gramos de semillas de chía contiene 4,68 gramos de proteína. Dado que las semillas de chía suelen consumirse en pequeñas porciones (por ejemplo, unas cuantas cucharadas a la vez), no deben considerarse un alimento con alto contenido proteico.
Aunque las semillas de chía no son la mejor fuente de proteínas, son una excelente fuente de nutrientes como la fibra, que es esencial para la salud digestiva, y el magnesio , necesario para regular el azúcar en sangre y la presión arterial.