Un Estado chico, lo más pequeño que se pueda, con una delegación de servicios en las provincias lo más extendida que se pueda. Esa siempre ha sido la concepción de La Libertad Avanza (LLA), encarnada por el presidente Javier Milei en cada discurso. Y es una continuidad de lo que alguna vez Carlos Menem concibió en la década de 1990. El riojano quiso convertir al populismo peronista en liberal. Le fue bien en tanto y en cuanto la Argentina sostuvo la Convertibilidad, pero las consecuencias se pagaron en la posteridad, con una crisis tan profunda que ha quedado signada en la historia como una de las más crudas. El margen de maniobra para sus sucesores era escaso, independientemente de la muñeca política e institucional de las gestiones posteriores. En este año, Milei no ha cedido terreno en sus iniciativas de aplicar la motosierra a fondo. Y lo seguirá haciendo por más que 2025 sea un año electoral, en el que la actual gestión del gobierno nacional requiera del acompañamiento de los ciudadanos para poder convertirse en una fuerza con mayor representatividad en el Congreso.
Al Presidente de la Nación no le ha ido del todo mal, más allá de las medidas de ajuste que adoptó a lo largo del año. Como advierte Zuban, Córdoba y Asociados en su último sondeo, el Gobierno encuentra su oasis de estabilidad en los períodos en los que la economía aparece controlada y sufre sus picos de negatividad cuando la misma atraviesa momentos de incertidumbre. “Parece un razonamiento que peca de obviedad, pero es la clave de la, hasta aquí, buena performance libertaria. El diferencial ha sido la reducción del índice de inflación”, puntualiza el reporte de la consultora cordobesa.
En este circo de la política, los gobernadores terminan siendo equilibristas; algunos con pelucas (como el tucumano Osvaldo Jaldo); otros, en tanto, con rostro adusto de magos a los que no les sale el truco. El mandatario provincial ha decidido viajar a Buenos Aires para cerrar acuerdos en Casa Rosada. Para el tranqueño, este 2024 ha sido un año difícil y, por aquello del equilibrista, debió quedar bien con el ciudadano que espera que la provincia cambie su imagen y aquellos dirigentes que lo observan como el conductor del peronismo. En suma, el gobernador siempre arrastra las voluntades partidarias, por más que se generen lagunas con referentes que se ponen en la vereda del frente y que no entienden cómo alguien que ha llegado con el sufragio de la mayoría de sus partidarios, hoy termine transitando por la ancha avenida del medio. El pragmatismo de Jaldo es cada vez más fuerte. Mientras Milei contribuya con el cumplimiento de lo acordado, Tucumán seguirá apoyándolo institucionalmente. La sintonía fina se observa en los gestos. Por ejemplo, cada vez que en el edificio porteño de Balcarce 50 se menciona Tucumán, automáticamente el jefe de Gabinete, Guillermo Francos ordena: “hablen con Osvaldo”. O también con el desembarco institucional y político de los dirigentes nacionales, como el previsto para mañana, con el arribo de vicejefe de Gabinete del Interior, el tucumano Lisandro Catalán que, aún con el gobernador ausente, vendrá a esta ciudad para firmar acuerdos con el PAMI y con el Ministerio de Salud de la Provincia en el marco del Régimen de Reparación Federal. Pero el año no terminará solo con esas visitas. La Fundación Federalismo y Libertad anunció a través de las redes sociales que el jueves 19 llegará a esta ciudad el Presidente, en su tradicional cena anual de la entidad. Milei entregaría el premio Juan Bautista Alberdi, “a la valiente defensa de la libertad”.
La incursión presidencial por el interior es también un respaldo al desembarco de La Libertad Avanza. Precisamente, mañana mismo Catalán cenará con referentes libertarios locales y empresarios de varias actividades, con el fin de analizar el cierre del año y las perspectivas de 2025. En el último sondeo realizado por Jorge Giaccobe, se menciona que, con la escisión del peronismo en la provincia, LLA estaría con un 39% de imagen positiva en la sociedad tucumana, seguido por el kirchnerismo con un 30,5% y por el Partido Justicialista (se interpreta que es el ala que respalda a Jaldo) con un 30,2%. Claro que, para que ese escenario se sostenga, debería darse en los hechos esa fractura dentro del oficialismo provincial. Jaldo no cree que eso suceda, menos en el segundo año de gestión, cuando todavía se sostiene el respaldo ciudadano y siempre y cuando Cristina Fernández de Kirchner no termine complicando los planes del gobernador. Algunos dirigentes K sostienen que ella vendría a la provincia cuando Jaldo esté de vacaciones. Por ahora, son sólo especulaciones.
Jaldo, en tanto, está cada vez más preocupado por los efectos de las medidas de Milei en la provincia. De hecho, en la última reunión de ministros de Economía y de Hacienda provinciales en Salta, la Nación deslizó parte de su estrategia de ir a fondo con la reforma integral del sistema impositivo argentino. Fue en el marco de las deliberaciones del comité de Responsabilidad Fiscal. Los funcionarios transmitieron a cada uno de sus gobernadores que la idea es avanzar con la eliminación paulatina del Impuesto al Valor Agregado (IVA) o la reconversión a un impuesto al consumo local. Eso implicaría menos coparticipación federal; por lo tanto, un gran problema fiscal. La Nación, a su vez, no cedería la parte que recauda por los Derechos a las Exportaciones o retenciones, mucho menos por lo que ingresa a través del impuesto a los combustibles. Aquel sondeo de Giaccobe, que ha llegado a los WhatsApp del sector privado, indica en este sentido que seis de cada 10 tucumanos creen que “hay que bajar mucho los impuestos” y dos de esos 10 acotan que algo hay que reducir de la carga fiscal.
Ingresos Brutos
El temor entre los mandatarios provinciales es que la Nación promueva, lisa y llanamente, la desaparición del impuesto sobre los Ingresos Brutos, considerado como el más distorsivo del régimen tributario, por su efecto en cascada sobre toda la cadena comercial, desde lo productivo hasta las ventas finales. Esto, a su vez, llevaría a debatir un nuevo régimen de coparticipación federal de impuestos, una cuestión que, en la actualidad, resulta prácticamente una utopía porque ningún distrito querrá ceder parte de la torta de recaudación que le corresponde, mucho menos resignar una porción del porcentaje de la distribución.
La motosierra, mientras tanto, sigue con nafta. Y Milei está dispuesto a hacerla accionar. En esa orientación se inscribe la decisión de modificar el régimen migratorio para el cobro de aranceles a extranjeros que quieran acceder a la formación educativa en las universidades nacionales y también a la atención en los hospitales públicos. De lo primero, Tucumán y el resto de las jurisdicciones no tienen mucho que hacer porque la administración es federal, pero de lo segundo (lo referido a la atención sanitaria), pocos son los que quieren cambiar el sistema. Tucumán, por el momento, no tiene previsto sumarse a ese arancelamiento.
La Libertad Avanza, pero los gobernadores ponen cierto freno, no sólo por cuestiones políticas, sino también por supervivencia institucional en sus territorios.