Vacaciones 2025: qué vacunas aconsejan ponerse para viajar a Brasil

La devaluación del real, el dólar planchado en Argentina y el tipo de cambio favorable generaron el escenario propicio para que muchos tucumanos elijan pasar sus vacaciones en las playas brasileñas. En muchas agencias de turismo ya casi no quedan paquetes disponibles para ir al sur del país carioca. Ese gran entusiasmo no debería dejar de lado algunas cuestiones vinculadas a la salud.

Las enfermedades transmitidas por mosquitos son las que más deberían preocuparnos si estamos planeando ir a Brasil. Hablamos de dengue y también de otra patología mucho más peligrosa: la fiebre amarilla. ¿Es obligatorio darse la vacuna? ¿Qué cuidados debemos tener?

Hablamos con dos especialistas. Tomás Orduna, consultor en Medicina Tropical y del Viajero del Hospital Muñiz, y Susana Lloveras, infectóloga certificada en Medicina del Viajero. Ambos aclararon que ponerse la  vacuna contra la fiebre amarilla no es obligatoria, pero es muy recomendable si estamos pensando en viajar a Brasil.

“Si bien el país no pide el certificado para ingresar, se recomienda la vacunación porque desde el 2018 se ha ampliado la zona de riesgo para contraer la fiebre amarilla en Brasil, extendiéndose hacia la región de la costa y a zonas de playa muy frecuentadas por los turistas”, detalló Lloveras.

Según Orduna, en los últimos años no hubo tanta preocupación porque no había un turismo masivo de argentinos en Brasil. Sin embargo, para este verano las previsiones son otras.

Remarcó que desde hace por lo menos 10 o 15 años, Brasil no exige a ninguna persona que entre al país vacunada. Si bien no es obligatorio, sí existe la recomendación de inmunizarse contra la fiebre amarilla a los turistas que visiten cualquier lugar de Brasil, salvo la punta nordeste del país vecino (donde se encuentran Piauí, Ceará, Río Grande Do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas y Sergipe).

Vacunas para las vacaciones en Brasil: qué pasaba antes

Antiguamente, se recomendaba la vacunación contra la fiebre amarilla para ir a zonas selváticas. Pero eso cambió después de que hubo dos brotes epidémicos. El primero en el verano de 2016-17, y el segundo en 2017-18. En esas dos temporadas hubo entre 800 y 1.000 fallecidos por fiebre amarilla. Luego del verano del 18, siete argentinos regresaron de sus vacaciones y desarrollaron fiebre amarilla estando en nuestro país. Tres de ellos perdieron la vida. “Es decir, la tasa de letalidad fue del 40%, y ninguno estaba vacunado”, resaltó Orduna.

“Como ahora hay un cierto silencio epidemiológico, del año 19 para acá, y no se está viendo eso que pasó entre el 2016 y 2018 con la fiebre amarilla, por ahí para mucha gente es exagerado vacunarse. Pero lamentablemente con estas enfermedades yo no sé qué es lo que va a pasar en enero, en febrero o en marzo, si es que habrá o no una epidemia. No tenemos la bola de cristal para decir si van a ocurrir o no. Pero yo en medicina tengo que ser preventivo, y no esperar a que se muera alguien para decir empecemos a vacunar para ir a Brasil”, remarcó el especialista.

Qué es

La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave transmitida por la picadura de ciertas especies de mosquitos infectados. “En América tiene un ciclo a nivel selvático, y el circuito se da fuertemente entre mosquitos y monos. Cuando hay brotes de la patología en los monos -que se llama epizootia- y entran humanos a la selva en ese momento, corren riesgo de ser picados por los mismos mosquitos que están picando a los monos y adquirir la enfermedad. También ocurre que esas personas pueden ingresar luego a las ciudades portando el virus y ser las que le ofrecen, al de la especie Aedes aegypti (el mismo que transmite el dengue,  que está en las ciudades) para que se puedan producir los temibles brotes que ha habido a lo largo de los últimos 300 años en diferentes lugares de América. Para nosotros, en Argentina, las epidemias más importantes fue la de Corrientes, de diciembre de 1870, y la ciudad de Buenos Aires, 1871, de enero a junio”, remarcó Orduna.

La patología tiene un período de incubación, en general, de una semana. Al igual que pasa con el dengue, un porcentaje alto de personas que se infectan van a ser asintomáticos, aclara Orduba. De los que tienen síntomas y desarrollan la enfermedad, esta se caracteriza por fiebre muy alta y compromiso del hígado. El paciente se pone amarillo, y de ahí viene el nombre de la enfermedad. Termina presentando trastornos en la coagulación y se convierte en una fiebre hemorrágica, la cual tiene una letalidad promedio de hasta el 50%, especificó.

Dónde vacunarse

La vacuna se puede dar en forma gratuita en los vacunatorios de hospitales públicos que disponen de ella o en Sanidad de Fronteras, aclara la doctora Lloveras. En Tucumán, según el Ministerio de Salud, se la puede solicitar en el Vacunatorio de la Familia (Mate de Luna 1.935) y en Sanidad de Fronteras (República del Líbano 956). Además, se puede conseguir en los vacunatorios privados.

La vacuna se aplica una sola vez en la vida, excepto en circunstancias particulares, resalta la especialista. Y añade: hay que vacunarse, como mínimo 10 días antes de la fecha de partida hacia Brasil. No todos desarrollan síntomas por la colocación de la vacuna, pero los que lo hacen deben saber que son similares a los del dengue y aparecerían durante esos 10 días previos al viaje: fiebre y dolor, malestar, enrojecimiento o hinchazón en el lugar donde se aplicó la vacuna.

¿Cualquiera puede inmunizarse? Desde los nueve meses y hasta los 60 años que vayan a ir a Brasil es sin orden médica. Mayores de 60 años, con orden médica. Lo ideal es que consulten con un médico de cabecera. La vacuna tiene algunas contraindicaciones. Hay que tener precaución en caso de embarazo, en la etapa de lactancia, lactante, y en toda persona inmunocomprometida, que esté tomando corticoides en altas dosis, que tenga enfermedades reumatológicas, trasplantados y pacientes oncológicos o con HIV.

Dengue

La infectóloga Susana Lloveras explica que, en general, si estamos pensando en viajar a Brasil hay que recordar que hay más enfermedades transmitidas por mosquitos: el dengue y otras que no se pueden prevenir con vacunas. “Por lo tanto es necesario no descuidar las medidas de protección contra picaduras de insectos”, remarcó.

Orduna por su parte habló de la situación epidemiológica del país vecino en cuanto a dengue: Brasil tiene cinco veces más incidencia de casos por 100.000 habitantes que nosotros. Y allí circulan los cuatro serotipos de la enfermedad. “Para aquellos que puedan vacunarse contra esta enfermedad, es altamente recomendable si van a viajar a lugares donde hay mucha transmisión. Aunque para el dengue son dos dosis, con tres meses de diferencia entre una y otra, con la primera dosis el organismo ya genera una respuesta muy poderosa que dura no menos de 3 meses. Así que aconsejo que se vacunen antes de viajar y al regresar se pongan la segunda dosis”, concluyó.