Diego Flores y el plantel de San Martín nunca entendieron cómo debían jugar los partidos decisivos

Diego Flores y el plantel de San Martín nunca entendieron cómo debían jugar los partidos decisivos

La derrota contra Gimnasia comenzó a gestarse luego de la pobre imagen exhibida en Mendoza. Al igual que en Rosario, el "Santo" se arrastró en la cancha.

El final parecía previsible luego de la imagen que San Martín había mostrado en la  final por el primer ascenso contra Aldosivi, y tras el nivel que exhibió el lunes pasado en Mendoza contra Gimnasia y Esgrima.

Lo sentían muchos hinchas que llegaron a La Ciudadela dudando de un equipo que demostró no estar a la altura de los partidos decisivos. Ni los jugadores, ni el cuerpo técnico. Todos fallaron y dejaron escapar una chance que hace un mes parecía inmejorable.

El “Pituco” hizo pata ancha en Bolívar y Pellegrini no porque haya mostrado mejor juego que el “Santo”, sino porque sus futbolistas entendieron la instancia que se estaban jugando y cómo debían afrontarla.

Diego Flores volvió a errar en el planteo de un partido decisivo y sus jugadores no estuvieron a la altura en ningún momento. ¿Cómo explicar tantos puntos bajos? ¿Cómo entender que nadie haya podido mostrar un poco de rebeldía cuando las cosas no salían? ¿Qué pasó que casi todos parecieron esconderse para no recibir la pelota?

El miedo escénico que mostró el “Santo” fue alarmante. Y el gol de Luis Silba se sentía en el ambiente desde el mismo momento en el que Bryan Ferreyra pitó el inicio del partido.

Ezequiel Medrán mandó a su equipo a presionar alto (con cuatro jugadores) intentando generar el error en la salida de San Martín. Y Flores no supo leer nunca que el negocio estaba en explotar las espaldas de esos futbolistas para poder comenzar a gestar juego desde su propio campo.

Gustavo Abregú, “Caco” García y Juan Cuevas repitieron el nivel mostrado en Rosario y, otra vez, Junior Arias quedó a un kilómetro de distancia.

Para colmo el mediocampo nunca hizo pie y una muestra de ello fue el gol de Gimnasia. El “Lobo” movió la pelota de izquierda a derecha y luego lanzó el bochazo al área. Nadie marcó; ni en el medio, ni en el área.

El equipo retrocedió caminando y mal, Nicolás Romano le ganó con llamativa facilidad a Agustín Dattola y Silba sólo tuvo que empujarla porque Juan Orellana no estaba en el lugar en el que debía. Ahí se terminó el partido y la temporada.

San Martín no tuvo ninguna chance clara a lo largo de todo el partido y eso a esta altura parece ser imperdonable para un equipo que se fue apagando justo cuando el torneo pedía más fortaleza, más entereza, mayor experiencia y sobre todo jerarquía.

La estadística dirá que el “Santo” fue el de mayor efectividad a lo largo de la temporada. Que ganó mucho de local y de visitante, que fue uno de los que más goles anotó y el que menos recibió, que tuvo un arquero récord, que se clasificó a la final con varias fechas de anticipación y que parecía tener todo listo para lograr el ascenso.

NO ESTUVO A LA ALTURA. Flores falló en los planteos de los partidos decisivos. LA GACETA / Inés Quinteros Orio

El plantel de San Martín quedará marcado por la manera en la que se derrumbó

Pero este plantel y este cuerpo técnico también quedará marcado por la manera en la que se cayó. No tuvo rumbo ni hubo lugar para la heroica. Ni adentro, ni afuera de la cancha.

Flores no transmitió nada en los momentos cruciales. Erró los planteos, falló en las modificaciones, y cuando las papas quemaban en el duelo contra Gimnasia estuvo con las manos en la cintura y no dio ni una indicación. Y los jugadores no estuvieron a la altura para jugar los partidos que marcan a los grandes equipos.

Pareció faltar carácter y astucia. Sólo así se explica que Aldosivi y el “Pituco” lo hayan pasado por encima con más ganas e ímpetu que buen juego.

La doble eliminación parece ser un golpe de nocaut para San Martín. Desde que volvió a la Primera Nacional tras su paso por la Superliga nunca estuvo tan cerca de concretar el ascenso. Ahora el trabajo para la dirigencia será encontrar los porqués de un fracaso rotundo de un plantel y un cuerpo técnico que no estuvieron a la altura, y que tiraron por la borda los buenos números que supieron conseguir durante buena parte de la campaña.

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