El debate cambiario: ¿Argentina es cara o barata?

El debate cambiario: ¿Argentina es cara o barata?

El equilibrio de las cuentas externas dependerá de varios factores: el rubro energético puede generar las divisas para compensar la salida, por ejemplo, a través del turismo.

¿La Argentina se encuentra cara o barata en dólares? Este interrogante ha sido y sigue siendo el centro de un debate acalorado, plantea GMA Capital. Técnicamente, los economistas hacen hipótesis sobre cuál debería ser el tipo de cambio que equilibre las cuentas externas y, al mismo tiempo, garantice cierta estabilidad social.

Desde comienzos de este año, el programa político y monetario del Gobierno, desde una base muy rezagada, convalidó un nivel de apreciación cambiaria que se hizo notar frente a lo ocurrido en otras latitudes. A tal punto que, en menos de un año, la tendencia de consumo regional se modificó de una manera abrupta. Antes de la actualización brusca de los precios, dispuesta por la gestión del presidente Javier Milei en diciembre pasado, brasileños, chilenos, uruguayos, bolivianos y paraguayos cruzaban la frontera con el fin de aprovechar que la Argentina estaba barata. Hoy la tendencia de consumo cambió diametralmente.

Según estimaciones del Bank for International Settlements (BIS), el peso se revalorizó un 40% en términos reales entre diciembre de 2023 y octubre de este año, muy por encima del resto de las monedas del mundo. Ni siquiera Turquía, que vio la lira apreciarse un 16,5%, se acercó a la moneda argentina. Mientras tanto, Brasil, nuestro principal socio comercial, devaluó un 13% en los primeros 10 meses del año. En este contexto, indica GMA, el tipo de cambio real multilateral (TCRM), un proxy de la competitividad precio de la economía, está en mínimos desde 2015 y cada vez más cerca de los valores de fines de 2001.

DÓLAR.

“Según los manuales, esta situación no es inocua para el sector externo. Por caso, en septiembre, y por cuarto mes consecutivo, el saldo de cuenta corriente cambiaria arrojó un valor negativo. Esta vez fue por U$S 700 millones, acumulando una salida de divisas por U$S 3.636 millones en el tercer trimestre, con un tipo de cambio promedio de $ 1.080 por dólar a precios de hoy”, describe el economista Nery Persichini. Si la cuenta corriente ya comienza a sufrir, ¿qué queda para lo que vendrá? Otra gran incógnita con respecto a la sustentabilidad del sector externo sobrevuela en torno a la magnitud de la salida de divisas por turismo en los próximos meses. A estos niveles de tipo cambio, se espera uno de los mejores veranos para vacacionar en otros países, particularmente Brasil, desde 2018. La cuenta corriente hoy ya está sufriendo por este sector, aunque se asoma un posible salvador a las cuentas externas.

Hay un factor que jugará fuerte para este fenómeno que se espera para el verano: la desaparición del impuesto PAIS que abaratará los gastos que los argentinos realicen en el extranjero. De pagar un dólar a $ 1.600, los argentinos podrán usar la tarjeta para adquirir bienes y servicios a una cotización estimada en $ 1.300,  al desaparecer aquella carga tributaria a partir del 23 de diciembre.

El nuevo escenario

El rubro energético sería el nuevo gamechanger (el que cambia las reglas) que puede generar los suficientes dólares a futuro de manera de no comprometer el equilibrio externo. Con proyecciones de un superávit energético de alrededor de U$S 7.400 millones para 2025, este sector podría financiar la salida de divisas por turismo que derivaría del nuevo nivel de tipo de cambio, puntualiza GMA Capital.

Ahora, más allá de las distintas mediciones con respecto a la situación externa, es importante saber cómo se encuentran las expectativas de quienes toman decisiones. Poco a poco los inversores se fueron convenciendo de que las autoridades defenderían un peso fuerte como parte central del programa económico. Así, el tipo de cambio real implícito en las curvas Dollar Linked y CER fue reduciéndose paulatinamente con el transcurrir de los meses, indica Persichini.

A mitad de año los precios de los bonos descontaban un dólar de $ 1.300 (a pesos de hoy) para fines de marzo de 2025, lo que en su momento implicaba una devaluación real del 17%. Asimismo, en aquel entonces el tipo de cambio implícito para mediados de 2026 era de $ 1.400, por lo que se esperaba una devaluación real del 26% hasta esa fecha.

Sin embargo, la prolongación de los controles cambiarios, sumada a la determinación del Gobierno de que el levantamiento de éstos se diera sin una devaluación significativa, llevó una importante reducción del tipo de cambio real breakeven (punto de equilibrio). Así, los precios actuales descuentan un dólar “planchado” en términos reales hasta marzo de 2025, una devaluación real del 6% hasta diciembre de 2025, y una del 7% hasta junio de 2026, proyecta GMA.

Con todo, distintas mediciones arrojan resultados contrapuestos sobre la situación externa. Mientras que el tipo de cambio real se encuentra en uno de los niveles más bajos de las últimas tres décadas, existe la posibilidad de que éste no represente el grado de insostenibilidad que hemos visto en el pasado. Y el mercado parece comprar esta idea, sintetiza Persichini.

Los niveles implícitos en las curvas parecen darle el visto bueno a las autoridades económicas de que podrán mantener reducida la volatilidad en los próximos dos años. Sin embargo, el partido es largo, y todavía no hay definiciones sobre la Fase 3 y el régimen cambiario que le seguiría al levantamiento del cepo cambiario,

Carlos Melconian

Efectos de la devaluación brasileña

“La fortificación de dólar en el mundo en general lleva, para los vecinos nuestros que tienen tipo de cambio flotante y lo usan como alternativa cuando bajan los precios internacionales y no tienen gran repercusión en sus precios internos, a devaluar, porque no quieren quedar pegados al dólar que se fortifica en el mundo. Mejoran su competitividad, como dicen los libros, a través de tocar la moneda”. De esa manera, el economista Carlos Melconian se refirió a la devaluación del Real brasileño y sus consecuencias para los socios comerciales.

Gustavo Ber

Hacia la unificación cambiaria

“El ingreso de divisas -junto a los fuertes progresos en el plan de orden macro - viene jugando a favor del apetito de los inversores, ya que mejoran las compras y la acumulación de reservas del Banco Central, dado que se sigue apostando por un clima de calma cambiaria”, indica el economista Gustavo Ber. Más allá de que se monitorea de cerca la dinámica del Real brasileño, los dólares financieros y libre continúan tranquilos y achicando la brecha, camino a una unificación cambiaria, acota.

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