El asado es una de las actividades centenarias, no solo de este país, sino de la humanidad completa. En Argentina, tiene un tinte particular que hizo de la práctica de asar la carne un ritual esperado y hasta venerado. Pero las nuevas tendencias avanzan y chocan de lleno contra las metodologías más tradicionalistas.
Fósforo o encendedor. Con cartón, con papel o con madera. Con aceite, con alcohol o solo carbón. A punto o jugosa. Por si faltaba algún debate en torno al arte del asado argentino, ahora se suma una nueva discusión: qué parrillas usar para obtener mejores resultados.
La respuesta es simple: dependerá de los gustos, capacidades, necesidades e intereses del asador. Sin embargo, las posturas no se aceptan con tanta facilidad por los diferentes polos y entran en un enardecido debate entre quienes defienden las viejas prácticas y quienes deciden aplicar algunas modificaciones.
Nuevas parrillas para el asado
Las parrillas que surgieron en los últimos años, como las de pallets, las eléctricas o las que funcionan a gas, están diseñadas para ofrecer una experiencia distinta a la que presenta la clásica parrilla de hierro. Sirven para optimizar tiempo y recursos.
Quienes optan por estas nuevas creaciones, suelen elegirlas por múltiples motivos. Entre sus beneficios, destacan que tienen una menor emisión de humo, por lo que son ideales para espacios reducidos o urbanos, como los balcones de departamentos o patios más pequeños.
También hay un mayor control de la temperatura, porque permiten cocinar con precisión, sin preocuparse por las brasas. Por último, uno de los puntos favorables para los eco-friendly, es que estas nuevas parrillas utilizan combustibles más limpias y generan menos residuos y contaminación.