Las personas que viven en la misma ciudad con su familia no comparten los mismos rasgos psicológicos que aquellos que migraron a otro lugar alejado de sus parientes. De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, mantenernos próximos físicamente a nuestros parientes puede incluso incidir en las probabilidades de luchar por la propia nación en una guerra.
Vivir en un ambiente con muchos familiares cercanos o exento de parientes puede afectar ampliamente a nuestra psicología. Los investigadores de la Universidad de Michigan utilizaron fundamentos de la ecología del comportamiento para explorar los efectos de la relación ecológica, es decir la prevalencia de parientes familiares en el entorno de una persona, en nuestra psicología. Para ello analizaron seis estudios de participantes en Estados Unidos, Filipinas y la República de Ghana.
“Estos efectos surgen porque vivir en zonas con muchos familiares, o simplemente sentir que hay muchos familiares cerca, cambia la importancia que le damos al apoyo entre pares y el asegurararnos de que no resulten heridos”, advierte Joshua Ackerman, profesor de psicología de la Universidad de Michigan.
Los efectos en nuestra psicología de vivir cerca de nuestros parientes
Una vez analizados los resultados, los investigadores reflejaron las maneras más inesperadas en que vivir cerca de la familia puede afectar a nuestra psicología. En aquellas poblaciones que presentaban ecologías con mayor cantidad de familiares o que se imaginaban viviendo en esos ambientes, se demostraba un comportamiento pro-grupo más extremo. Estas personas revelaron un fuerte sentimiento de pertenencia y una adherencia a la comunidad relevante, lo que aumentaba incluso su disposición a luchar en una guerra por su país.
A la misma vez, aquellas personas que vivían cerca de sus familiares tenían comportamientos más interdependientes y revelaban una mayor aversión por los comportamientos antisociales. Estos se mostraron punitivos contra quienes presentan conductas contrarias a las nomas aceptadas por una sociedad y se demostró que eran más propensos a estar a favor de la pena muerte. En este último caso, según Ackerman, esto sirve como medida de prevención para reducir el riesgo de daño a los miembros de la familia o para castigar a quienes dañan a la propia familia.
Vivir con familiares conlleva tanto beneficios como problemas, dice el autor principal Oliver Sng, profesor adjunto de ciencias psicológicas de la Universidad de California en Irvine. “Es natural que te sientas más conectado con quienes te rodean, ya que muchos de ellos son familiares de algún tipo”, afirma. “Pero esto también significa que hay más personas a tu alrededor a las que debes proteger. Por eso vemos que las personas que viven con familiares apoyan el castigo de las conductas peligrosas”.