La sección de Cartas de Lectores de LA GACETA tiene para mí - y creo que para miles de tucumanas y tucumanos - una notable importancia como una herramienta para observarnos; pensarnos, confrontarnos, debatirnos. Es por eso por lo que no puedo dejar de responderle al lector Esteban Tortarolo quien, en su carta “59 y 60” del día 26/11, describe - con cierta nostalgia - su experiencia personal como usuario de las Líneas 59 y 60 de Buenos Aires y su mirada sobre aquella clase media que hizo de la Argentina un país avanzado en la Región de la América del Sur y Pueblos del Caribe. Caracterización que comparto, por cierto, no así en las causas o en los responsables de que esta esté desapareciendo. El Sr. Tortarolo culpa de ello a gobiernos progresistas como los de Néstor y Cristina, ponderando a su vez lo realizado hasta aquí por el del presidente Milei. La clase media nació y creció gracias a la Educación pública y gratuita; a la visión de país soberano, independiente e industrialista, cultivada por Yrigoyen, consolidada por Perón, defendida por Illia y renacida por la década “K”. Opuestamente, la destrucción sistemática coincidió con los períodos dictatoriales y con los gobiernos neoliberales de Menem, De la Rúa, Macri y ahora de Milei, abocados en sostener la visión de país primario, encadenado al poder financiero internacional mediante deudas externas de dudoso origen y uso, con acuerdos para destruir al Estado y rifar nuestros recursos naturales. Cuando el Dr. Raúl Alfonsín hizo el traspaso de la Banda Presidencial al Dr. Carlos Menem, habían transcurrido más de seis décadas desde la última vez que esto sucediera entre dos presidentes democráticos: esa es la mejor muestra de la tragedia que vivimos y de la que aún no logramos recuperarnos.
Javier Ernesto Guardia Bosñak