Un esfuerzo excepcional se llevó a cabo cuando más de 30 “ballenas piloto” fueron salvadas luego de encallar en una playa de Nueva Zelanda. Vecinos y trabajadores en el área de conservación debieron arreglárselas con los recursos de rescate que encontraron: las sábanas de casa. A pesar de los intentos desesperados, cuatro de estos ejemplares murieron, según la Agencia de Conservación del país.
Contrario a su nombre, el calderón o ballena piloto es una especie que forma parte de la familia de los delfines y es la segunda más grande después de la orca. Esta puede llegar a medir más de seis metros y suele vivir en grupos numerosos de entre diez y treinta integrantes. Una de sus actividades más recurrentes es visitar las playas de Nueva Zelanda, un punto de incalculables encallamientos de ballenas, sobre todo si se trata de los calderones.
Vecinos y rescatistas lograron salvar a un grupo de ballenas encalladas en una playa de Nueva Zelanda
En el día de ayer, un grupo de socorristas del Departamento de Conservación junto con los vecinos de la playa Ruakākā cerca de la ciudad de Whangārei en el norte de Nueva Zelanda, logró rescatar un numeroso grupo de ballenas encalladas en la playa de aquel sitio. El lunes siguiente se establecieron equipo de monitoreo en la costa para que las cifras de varamientos no aumentara.
"Es asombroso presenciar el genuino cuidado y compasión que la gente ha demostrado hacia estos magníficos animales”, dijo Joel Lauterbach, portavoz del Departamento de Conservación, en un comunicado. “Esta respuesta demuestra la profunda conexión que todos compartimos con nuestro entorno marino”.
A pesar de los esfuerzo, cuatro ejemplares murieron en el intento de rescate
Sin embargo, a pesar de los cansados esfuerzos, cuatro de los ejemplares fallecieron en el operativo. En honor a esas ballenas, en el día de hoy se celebró una ceremonia conmemorando a los tres calderones adultos y una cría que fallecieron en el rescate. Los pueblos originarios de Nueva Zelanda consideran a las ballenas como un taonga (un tesoro sagrado) de importancia cultural.
Nueva Zelanda ha registrado más de 5.000 encallamientos de ballenas desde 1840. El varamiento más grande de ballenas piloto fue de aproximadamente 1.000 de ellas en las islas Chatham en 1918, según el Departamento de Conservación.
A menudo no está claro por qué se producen los varamientos, pero se cree que la geografía de la nación insular es un factor. Tanto la Isla Norte como la Isla Sur cuentan con tramos de costa saliente con playas poco profundas e inclinadas que pueden confundir a especies como las ballenas piloto, que dependen de la ecolocalización para navegar.