Por Gonzalo Cabrera Terrazas y Carlos Leonardo Oardi 24 Noviembre 2024
DISTENDIDO. Así se mostró Lucas Diarte en la semana, antes de un duelo clave.
Tras el entrenamiento, Lucas Diarte irradiaba una calma que se había vuelto constante durante la semana. El lateral izquierdo, un pilar en San Martín, cerró la práctica saludando a sus compañeros y, al acercarse a la prensa, dejó entrever su lado más humano. En la previa de la semifinal contra Gimnasia de Mendoza, “Luquitas” se tomó un momento para reflexionar sobre el difícil camino recorrido y la fortaleza que encontró en su familia para salir adelante.
La derrota contra Aldosivi dejó una marca profunda en el equipo de Diego Flores, pero para Diarte el golpe trascendió lo deportivo. Las críticas que circularon en redes sociales y algunos comentarios de los hinchas cuestionaron no sólo el rendimiento del plantel, sino también aspectos personales, algo que, según el propio jugador, resultó doloroso.
“Más allá de lo futbolístico, hay cosas que te hieren desde lo humano. Que duden de eso es triste, feo. En esos momentos la familia es el refugio. Mi señora, mi nena, mi viejo, fueron quienes me ayudaron a canalizar todo lo que estaba pasando. Esa semana prácticamente no me moví de la casa de mis viejos; necesitaba estar con ellos, hablar, sentir su apoyo”, confesó con honestidad.
El lateral destacó que esos días en familia fueron esenciales para dejar atrás la desazón de la final en Rosario y recuperar el ánimo.
“No solo uno sufre; ellos también sienten las derrotas, porque comparten el sacrificio. Pero, a la vez, son quienes más te empujan a levantarte. Mi hija Isabella, que tiene seis años, y Martina, de cuatro, no entienden de finales ni resultados, pero con una sonrisa o un abrazo logran que uno vea todo de otra manera. Es en esos momentos donde uno se da cuenta de que el fútbol es muy importante, pero finalmente no lo es todo”, apuntó el defensor.
Incluso las actividades cotidianas, como preparar hamburguesas para la cena, se convirtieron en pequeños momentos de reconexión familiar para el ex Estudiantes de La Plata. “Son cosas simples, pero fundamentales. Te devuelven a lo esencial y te hacen seguir adelante”, reflexionó.
Tras la caída en el “Gigante de Arroyito”, el lateral entiende que haber superado la serie contra San Telmo fue clave para renovar la ilusión del ascenso. “Dimos un paso firme, importante, después de lo que fue aquel partido contra Aldosivi. Ganar en la Isla Maciel fue clave; lo hicimos con convicción, y después ratificamos ese rendimiento en La Ciudadela con mucha contundencia. Fue un gran alivio porque pudimos demostrar lo que veníamos trabajando. Ahora, contra Gimnasia de Mendoza, buscaremos seguir en ese camino”, dijo Diarte.
Gimnasia de Mendoza aparece como un gran rival, pero Diarte más allá del respeto, no le teme. “Tienen jugadores de jerarquía, como Nazareno Solís, un delantero ‘picante’ que ya jugó en Boca. Es un equipo que hizo méritos para estar acá, cosechó muchos puntos en su zona. Pero nosotros también sabemos lo que somos. Vamos a plantarnos en Mendoza como lo hicimos en todas las canchas. La clave será mantener el arco en cero, algo que logramos en muchos partidos de la última etapa del campeonato. Eso nos da un plus, aunque no significa que vayamos a meternos atrás. Somos un equipo que defiende bien, pero también ataca con decisión”, dijo el lateral, que todavía guarda buenos recuerdos del estadio “Víctor Legrotaglie”. “La última vez que jugué en esa cancha fue en 2019. Ganamos 3-0 con goles de Claudio Mosca, ‘Emi’ Purita y ‘Nico’ Castro. Es un estadio grande, lindo, con un ambiente similar al de La Ciudadela. Va a estar bueno volver a jugar ahí”, expresó.
Finalmente, el defensor se permitió soñar con el ascenso y reflexionar sobre su vínculo con San Martín, donde encontró su lugar en el fútbol. “Desde que llegué al club nunca se me hizo fácil. Siempre hubo piedras en el camino, lesiones, la pandemia, finales que no se dieron. Pero eso me forjó como jugador y como persona. Estoy convencido de que este puede ser nuestro momento. Lo hablo mucho con mi esposa, lo pienso cada día, y sé que estamos haciendo todo lo posible para lograrlo”, concluyó Diarte con la firmeza de quien sabe que cada paso acerca al destino que tanto ansían.