Alejandro Urueña
Ética e Inteligencia Artificial (IA) - Founder & CEO Clever Hans Diseño de Arquitectura y Soluciones en Inteligencia Artificial. Magister en Inteligencia Artificial.
Nano Rodríguez
El futuro del internet está aquí, y no es lo que imaginábamos. Si la Web3 nos prometió descentralización y propiedad digital, la Web4.0 y la llamada Post Web están listas para transformar nuestras interacciones de formas que desafían incluso nuestra imaginación más salvaje. Pero, ¿qué significa esto realmente para quienes navegamos a diario por la red?
El término web ha sido nuestro ancla para describir cómo interactuamos con la vasta red de información y servicios en línea. Sin embargo, como lo detalla el informe “The Post Web Thesis”, estamos entrando en una fase donde la web tradicional se encoge drásticamente. En lugar de interfaces humanas, IA y agentes autónomos comienzan a asumir el protagonismo, resolviendo nuestras necesidades mediante sistemas basados en intenciones, no clics.
Imaginate un mundo donde su agente de inteligencia artificial no sólo gestiona tu calendario, sino que negocia contratos, realiza transacciones financieras y hasta coordina tus vacaciones, todo sin tu intervención activa. Este es el núcleo de la Post Web: inteligencia al servicio de la voluntad humana, ejecutada por máquinas que piensan y actúan por nosotros.
De Web3 a Web4.0: la delegación total
Si todavía no estás familiarizado con esta jerga, hagamos un repaso rápido:
-Web1 (la web estática): Allá por los 90, el internet sólo servía para leer. Eran páginas estáticas en las que podías consumir contenido, pero no interactuar.
-Web2 (la web social): Con la llegada de las redes sociales y las apps, comenzamos a participar. Subíamos fotos, compartíamos opiniones y creábamos contenido. Pero esta interacción tenía un precio: cedimos nuestros datos y nuestra privacidad a unas pocas corporaciones centralizadas.
-Web3 (la web descentralizada): Con blockchain como protagonista, la Web3 prometió devolvernos el control. Ahora podíamos ser dueños de activos digitales y operar sin intermediarios. Pero esta versión del internet sigue siendo compleja, técnica y difícil de adoptar para el usuario promedio.
-Web4 (la web de la delegación): Aquí es donde todo cambia. La Web4 combina blockchain con inteligencia artificial (IA) para que los usuarios puedan delegar tareas a agentes digitales. Estos agentes no sólo entienden nuestras intenciones, sino que las ejecutan, conectándose directamente con sistemas descentralizados.
Si bien la Web3 marcó el inicio de la descentralización a través de tecnologías como blockchain, la realidad es que su complejidad ha sido una barrera para la adopción masiva. Aquí es donde la Web4.0 entra en juego, construyendo sobre esta infraestructura para integrar la inteligencia artificial como su capa operativa principal.
Según el reporte de Binance Research, la convergencia de IA con Blockchain abre un paradigma donde las tareas manuales y la navegación laboriosa son cosa del pasado. La clave está en delegar: los usuarios no sólo “poseerán” o “navegarán”, sino que “encomendarán” acciones a agentes digitales que operarán con precisión determinista y adaptabilidad contextual.
IA y Blockchain: Necesitan estar juntos
La clave para que esta revolución sea posible es la combinación de IA y BlockchainI. Si bien la inteligencia artificial puede procesar información y tomar decisiones, necesita un entorno que garantice confianza, autonomía y transacciones verificables. Y ahí es donde blockchain hace la diferencia.
En un sistema centralizado, como un banco, es imposible conectar un agente de IA para que opere de manera autónoma. Necesitás aprobación humana, identificaciones, y procesos internos que limitan la velocidad y flexibilidad. En cambio, el mundo blockchain permite que estos agentes interactúen directamente con contratos inteligentes y protocolos descentralizados.
Un ejemplo concreto de esto:
-Lo que no podrías hacer sin blockchain: Un banco jamás permitiría que un agente IA maneje directamente tu cuenta. Necesitás autorización humana en cada paso.
-Lo que sí podrías hacer con blockchain: Un agente IA podría gestionar automáticamente tus inversiones. Por ejemplo, puede analizar el mercado, identificar oportunidades, y ejecutar estrategias en tiempo real, todo de forma autónoma, sin intermediarios y con transparencia total.
Como bien señala Jamie Burke, fundador de Outlier Ventures, este no es el fin del internet como lo conocemos, sino su reimaginación. En lugar de un espacio dominado por la economía de la atención -y sus infinitos scrolls y notificaciones-, emergerá una economía de la intención, en la que cada interacción estará diseñada para satisfacer necesidades específicas, sin distracciones.
¿Y ahora qué?
La transición hacia la Post Web no será instantánea ni lineal. Nos encontramos en lo que llamamos la Web de Convergencia, una fase intermedia donde las tecnologías de Web3, IA, IoT y blockchain están comenzando a integrarse. Para los pioneros, este es un momento para experimentar, construir y moldear el futuro.
Así que, cuando la próxima vez que hablemos de “navegar por internet”, podríamos referirnos a algo completamente diferente: un espacio donde no navegamos, sino que delegamos; donde no interactuamos, sino que dejamos que agentes nos representen en una red diseñada para resolver nuestras intenciones con una precisión casi mágica.
¿Están listos para dejar de navegar, hacer clicks e interactuar para empezar a delegar?
Y resumiendo en términos futbolísticos, la inteligencia artificial juega en offside con la humanidad y no sólo eso, sino que le puso los parámetros al VAR.