Hiperconectados pero solos
ImageFX: A symbolic representation of digital loneliness. ImageFX: A symbolic representation of digital loneliness.

Es consultor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.

¿Usás Facebook, Instagram o TikTok? Es una de las preguntas que hago en los talleres de formación en Inteligencia Artificial, Gestión de Proyectos y valores humanos. Suelen levantarse casi todas, sino todas las manos. Pero, ¿por qué pregunto eso? ¿Son malas las redes sociales? No. Ahora, el (ab)uso que hacemos de ellas, sí. Perdón: ¡SÍ! (con mayúscula y exclamación).

Me toca hablar con colegas, amigos o chicos que trabajan conmigo que me dicen que se sienten solos. Y no es solo mi impresión. Un estudio de la Universidad de Pensilvania demostró que reducir el uso de redes sociales como Facebook, Instagram y Snapchat disminuye significativamente los niveles de soledad y depresión. En el estudio, los participantes que limitaron su tiempo en redes sociales a 30 minutos por día experimentaron una mejora notable en su estado de ánimo y en su sensación de conexión con los demás.

Esto me hace pensar que, si bien las redes sociales nos permiten estar conectados con gente de todo el mundo, también pueden generar una falsa sensación de conexión que, en el fondo, nos aísla aún más. Es como si estuviéramos rodeados, pero al mismo tiempo, profundamente solos.

No te hablo hace 1000 años o 100 años atrás. Pensá hace unos 20 años atrás, no había redes sociales. Sí internet, computación y celulares. Pero no redes sociales. Y te aseguro que teníamos más tiempo para comer asados, para, en la mesa familiar, estar mirándonos a los ojos.

El espejismo de la conexión digital

Vivimos en un mundo hiperconectado. Millones de personas interactúan a través de las redes sociales, compartiendo fotos, videos, mensajes, opiniones. Parece que nunca estuvimos tan cerca los unos de los otros. Podemos chatear con personas de otros países, con otras lenguas, con otras culturas. Esto es fantástico. Pero, ¿es esta cercanía real o solo una ilusión?

Muchas veces, la conexión digital es un espejismo que oculta una profunda falta de conexión humana. Nos pasamos horas scrolleando, dando likes, comentando, pero al final del día,¿cuántas de esas interacciones se traducen en vínculos reales, en relaciones significativas? 

Hacé el trabajo de analizar los últimos 10 likes que diste. ¿Cuántos de ellos son a personas o negocios que realmente conocés en carne y hueso? Le clavamos likes a Franco Colapinto, sentimos que todos somos sus amigos. Pero ni el 0.01% de quienes interactúan con él realmente lo conoce. Esa es la paradoja de la conexión desconectada que estamos viviendo hoy.

Fiel lector,  estarás pensando: ¿Hoy Federico se despertó negativo? No, siempre voy a terminar hablando de las soluciones o de las cosas positivas de esta hiperconexión. Pero me parece muy importante anclar el estado de situación que pasa.

La hiperconectividad es un regalo maravilloso de esta Era de la Humanidad Aumentada. En mi caso me permitió conectarme con mentes brillantes de la ciencia y la medicina para desarrollar una WebApp para facilitar la gestión de pacientes con enfermedades raras. Hace unos años esto era imposible. A vos, seguramente, te habrá servido para, en momentos de soledad, sentir que estás viajando, que estás saboreando un plato que te encanta, etc.

Como todo en la vida, la virtud de la moderación y la templanza son claves. Las RRSS y sus algoritmos no son malos si es que nosotros los dominamos a ellos, y no ellos a nosotros.

Esclavos de algoritmos

Me preguntan no menos de 2 o 3 veces al día: ¿Che pero Terminator...? Nos preocupamos por si Terminator se va a levantar contra nosotros o si vivimos en la Matrix. Pero la verdad es que ya estamos viviendo en una. Una Matrix digital creada por algoritmos que nos conocen mejor que nosotros mismos. Algoritmos que deciden qué vemos, qué leemos, qué pensamos.

Y lo peor es que, si no paramos la bocha y pensamos, no nos damos cuenta. Creemos que tenemos el control, que elegimos lo que queremos ver. Pero la realidad es que los algoritmos nos muestran lo que ellos quieren que veamos. Nos encierran en burbujas de información, donde solo vemos lo que confirma nuestras ideas preconcebidas. Nos convierten en esclavos de nuestros propios sesgos.

Los “algoritmos de retención” (en inglés retention algorithm) son cálculos matemáticos entrenados, pensados y desarrollados para mantenernos el mayor tiempo posible en una red social.

Alexander Russo lo explica muy bien en este artículo de RD Station: “la solución encontrada por las redes fue la misma: crear un feed de noticias a partir de algoritmos basados en los intereses e interacciones de los usuarios". Es decir, estos algoritmos analizan cada like, cada comentario, cada segundo que pasamos mirando una publicación, y en base a eso, nos muestran más contenido similar, contenido que nos va a mantener pegados a la pantalla.

Russo también destaca que "el algoritmo de Facebook contiene más de 100 mil variables que, si se combinan, cruzan el comportamiento de los usuarios y la interacción con el contenido disponible en la red social". ¡Cien mil variables! Imaginate la cantidad de información que recopilan sobre nosotros.

Y no solo Facebook, todas las redes sociales funcionan de la misma manera. Nos tienen estudiados al detalle, saben qué nos gusta, qué nos disgusta, qué nos genera miedo, qué nos da placer. Y usan esa información para mantenernos enganchados, para que sigamos scrolleando sin parar, como zombies digitales.

Una avalancha de prejuicios

El problema es que eso crea un círculo vicioso: cuanto más interactuamos con cierto tipo de contenido, más nos muestra el algoritmo, y más nos encerramos en nuestra burbuja.

Si usás X.com, por ejemplo, y sos pro Milei o anti Milei. Seguramente los contenidos que veas en tu red social van a alimentar tus amores y tus odios. Por un lado leerás contenidos de “Kukardos” o de “libernazis”. Y ese refuerzo hacia los extremos del pensamiento son un cáncer para nuestro pensamiento crítico y analítico.

Nuestro cerebro es perezoso por naturaleza. Quiere ahorrar la mayor cantidad de energía posible. Sí, amigo mío, pensar cansa como salir a trotar (ponele). Por eso, solemos leer y consumir aquellos contenidos que no nos exigen un esfuerzo intelectual extra o no nos ponen incómodos.

Pero la realidad y la verdad, no está en los millones de posteos que consumimos a diarios ya sea en internet como en la radio o en la Tv. La realidad y la verdad está en tu experiencia personal de la realidad. Y no en nuestro pequeño dictador que rige nuestros prejuicios y sesgos en el neocortex.

Soledad como un virus silencioso

La soledad no es solo una sensación desagradable. Es un problema de salud pública, tan peligroso como la obesidad o el tabaquismo. Estudios demuestran que la soledad crónica aumenta el riesgo de depresión, ansiedad, enfermedades cardíacas e incluso muerte prematura. Es un virus silencioso que se propaga en la sombra, afectando a personas de todas las edades y condiciones sociales.

Y en esta era hiperconectada, la soledad se vuelve aún más paradójica y peligrosa. Porque nos hace creer que estamos rodeados de gente, que tenemos miles de amigos, cuando en realidad estamos más solos que nunca.

Reconectar y reconectarte

Pero no nos quedemos con la visión apocalíptica. Yo soy un optimista, creo en el potencial de la persona y de la Humanidad Aumentada. Creo que la tecnología, bien utilizada, puede ayudarnos a construir un futuro mejor. Y eso incluye combatir la soledad.

¿Cómo? Primero, siendo conscientes del problema. Dándonos cuenta de que la hiperconexión no es sinónimo de conexión real. Hablemos en casa de esto. Hablemos en los asados, en el aula o en la iglesia.

Y luego, tomando decisiones conscientes. Priorizando el contacto cara a cara, cultivando relaciones significativas, buscando experiencias que nos conecten con otros y con nosotros mismos.

ImageFX: A solitary figure sits peacefully by a tranquil lake, surrounded by lush greenery. ImageFX: A solitary figure sits peacefully by a tranquil lake, surrounded by lush greenery.

En definitiva, se trata de usar la tecnología para potenciar nuestra humanidad, no para reemplazarla. Se trata de recordar que, en un mundo cada vez más digital, lo que realmente importa son las conexiones humanas, esas que nos hacen sentir vivos, que nos dan sentido, que nos recuerdan que no estamos solos.

La soledad es más que un estado emocional; es un reto que podemos enfrentar conscientemente. Vos, querido amigo, tenés el poder de decidir no sentirte ni estar solo. Pero en el caso de que no puedas, siempre podés pedir ayuda a un profesional o familiar. 

Te invito a dejar tus ideas en el foro de La Gaceta. Seguro tenés ideas para enriquecernos. ¡No me dejes solo! (Cuack)

Fuentes:

Estudio relaciona el uso de las redes sociales con el aumento de la depresión y la soledad - Infobae: https://www.infobae.com/america/tecno/2018/11/26/estudio-relaciona-el-uso-de-las-redes-sociales-con-el-aumento-de-la-depresion-y-la-soledad/

No More FOMO: Limiting Social Media Decreases Loneliness and Depression https://guilfordjournals.com/doi/pdf/10.1521/jscp.2018.37.10.751

Cómo funcionan los algoritmos de Facebook, Instagram y Twitter https://www.rdstation.com/blog/es/algoritmo-redes-sociales/

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios